Resulta que las reivindicaciones de los sindicatos policiales, a estas alturas, se asumen por parte de todas las formaciones política de cara a las elecciones del próximo diez de noviembre. Todos sabemos que el Partido Popular está haciendo mucho hincapié, de manera principal en las visitas de Pablo Casado, a Melilla y a Ceuta de acudir casi siempre la frontera. Del gran número de visitas que el líder de los populares ha realizado a ambas ciudades, en casi el noventa por ciento de ellas, ha terminado o bien en el paso de Beni Enzar o en el paso del Tarajal.
Siempre ha venido en señalar que se incrementará el número de agentes, tanto del Cuerpo Nacional de Policía como de la Guardia Civil si llega en las próximas semanas al Palacio de la Moncloa. Pero que también si ello no se produjera sus parlamentarios estarían dando la lata en el Congreso de los Diputados y Senado para lograrlo.
Entiendo perfectamente a los sindicatos policiales y a las asociaciones de la Guardia Civil en ese resquemor que puedan tener por parte de los dos partidos políticos mayoritarios, ya que a pesar de las promesas y más promesas resulta que, al final, ni unos ni otros cumplieron.
No es cuestión, a buen seguro, de dudar de las palabras de Pablo Casado, ya que todavía no ha tenido la oportunidad de no cumplirla porque para ello, lo primero que tiene que hacer es poder sentar sus reales en el Palacio de la Moncloa.
Pero los antecedentes que existen ya no dan pie, por supuesto, a ser optimistas por parte de los representantes genuinos tanto de los policías como de los guardias civiles.
Vuelvo a repetirlo, porque en su día clamó al cielo, los engaños que hizo el que fue ministro del Interior durante el último gobierno de Mariano Rajoy. Zoido se reunió en multitud de ocasiones, tanto con el entonces presidente de Melilla, Juan José Imbroda como con el todavía presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Vivas. Les prometió de todo. Incluso, en más de una reunión llegó a descolgar el teléfono para hablar con autoridades del vecino país y al final nunca logró nada de nada para solucionar los problemas en ambos pasos fronterizos.
Y de policías nacionales y guardias civiles tendríamos ambas ciudades llenas si cada vez que prometió hubiera cumplido.
Pero, por otro lado, el PSOE tampoco está mucho más lejos. Fue una reivindicación histórica por parte de los socialistas en la oposición, para hacer frente al mismo Zoido, la necesidad de tener más recursos humanos en ambas fronteras. Cuando el actual ministro del Interior en funciones llegó al despacho hizo suya la famosa reivindicación, pero resulta que ha pasado un año y medio y nadie ha visto nada de nada. Porque por no cumplir no ha cumplido ni su famosa medida estrella como era el eliminar las concertinas de las dos vallas.
Los líderes e integrantes del PP y del PSOE de ambas ciudades no tienen la culpa. Tantos unos como otros han transmitido a Madrid, por fas y por nefas, esas peticiones, pero, luego, resulta que no encuentran el suficiente campo de cultivo para que sus peticiones lleguen a buen puerto.
Vuelvo a repetir que es normal que los sindicatos policiales y las asociaciones de la Guardia Civil estén más que escarmentadas, lo que sucede es que no tienen más remedio que seguir insistiendo y la única forma que tienen son con las reuniones con las formaciones políticas aunque nos encontremos en pleno período de elecciones.
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