Profesionales del Ingesa analizan el clima emocional en los equipos de trabajo

La Dirección Territorial del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) en Melilla ha anunciado que el pasado lunes comenzó el curso “Equipos con emoción: clima emocional en equipos” en el que participan treinta profesionales ´del Área Sanitaria. El curso se realiza por la necesidad de coordinar a todos los profesionales que intervienen en la atención a los pacientes, ya que pertenecen a varias categorías profesionales y equipos diversos. El objetivo es tener un buen clima de trabajo entre quienes componen los equipos para conseguir una mayor calidad asistencial. Es por ello que las treinta personas inscritas en esta acción formativa pertenecen a nueve categorías profesionales, siendo las pertenecientes a Enfermería más de un tercio del total.

El curso se realizó el lunes de forma presencial, en el salón de actos del Hospital Comarcal, y tendrá una segunda fase a través de videoconferencia el próximo nueve de noviembre. El docente de esta actividad formativa es el facultativo especialista en Salud Pública y doctor en Medicina Joan Carles March Cerdá, de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada, con quien mantuvimos la siguiente entrevista.

-¿Qué aspectos se tratan en el curso?

-Normalmente todos somos más individualistas que predispuestos a hacer un buen trabajo en equipo y para hacer un buen trabajo de equipo se necesitan una serie de cosas. Por un lado, tener buenas relaciones interpersonales (si hay buen rollo la gente consigue hacer “piña” y hacer un mejor equipo); pero, junto a eso, que diríamos es una base, hay algunos aspectos que son importantes: hay que reconocer lo que sabe cada uno para que la gente sienta, primero, que se le reconozca, que se le identifique que es de lo que sabe y eso es un elemento que favorece la existencia de un buen equipo. Y, ademas de eso, también favorece que haya un buen equipo el hecho de tener un proyecto común.

Esos tres aspectos generan lo que se llama un buen clima emocional en los equipos.

Hemos hecho estudios que dicen que los equipos que tienen buen clima emocional obtienen mejores resultados. También se sabe que un tercio de los resultados de un equipo, de una organización, va ligado a que exista un buen ambiente de trabajo.

Por tanto, ligando todo eso, la necesidad de que se favorezca un buen trabajo en equipo es fundamental no sólo para trabajar más a gusto, que es un elemento que lo favorece, sino para conseguir mejores resultados de los equipos.

-¿Qué peculiaridades tienen los equipos de ámbito sanitario con respecto a otros ámbitos?

-El ámbito sanitario tiene una connotación que va ligada a que, normalmente, cada profesión es “muy” de cada profesión y eso, a veces, dificulta el trabajo en equipo; pero, hay que intentar valorar lo que aporta cada uno, cada uno tiene unas funciones y unas aportaciones y esa es la clave para conseguir el cambio. Pero eso necesita quitarse un poco esa idea que se cierra de que “esto es mío y esto no es tuyo” e intentar favorecer un cambio en ese sentido.

Para eso, primero hay que querer hacer el cambio y hay que favorecer esa idea de cambio que se consigue, por un lado con generosidad. Es decir, hay que trabajar de alguna forma los aspectos emocionales que generan la necesidad de un cambio, “yo veo que si yo no soy generoso con el otro, difícilmente voy a aportar para hacer un buen trabajo en equipo”. Por tanto, aspectos como generosidad, gratitud, compromiso… son elementos fundamentales. Además, hay un elemento clave que consigue que el conjunto de los equipos tengan un buen funcionamiento: es que hay que intentar funcionar con una buena participación, “si yo participo y formo parte de las historias, está claro que participo de los proyectos y eso me ayudará”. Si además existe una buena comunicación, “si conozco lo que hace el otro, cuál es objetivo, si sé que se espera del proyecto, si sé todo eso”, también favorece que haya un buen equipo.

Y, por último, se necesita un buen liderazgo, un liderazgo afectivo, efectivo, humano y “con alma” que digo yo.

-¿Liderazgo de arriba hacia abajo?

-En estos momentos en los liderazgos la clave no está en el gran líder, sino los líderes en plural: “yo puedo ser un líder de un grupo determinado porque ahora llevamos este proyecto y yo lo lidero; pero, mañana, yo estoy a tus órdenes”. Esto es lo que se llama liderazgo distributivo, en el que básicamente la clave no es que “yo sea el que mande siempre y tú el que estás a las órdenes”, sino que “a veces, yo mando; pero, a veces, tú mandas”.

Por eso, antes, señalaba la importancia de la generosidad como un elemento que favorece que sumemos.

La clave de los equipos es sumar, generar sinergias y para eso te tienes que plantear qué te puede aportar el otro. Por tanto, actitud de ver al otro como una persona clave en ese sentido y, por otro, además de valorar que te puede aportar el otro, hay que intentar generar un ambiente que favorezca eso. Y, para conseguir ese objetivo, tienen un papel fundamental los líderes para ayudar a que la gente se sienta favorecedora de ese cambio.

-¿Cómo afectan los turnos, los horarios diferentes?

-Hay factores que dificultan que los equipos funcionen. Sin duda alguna, el hecho de la turnicidad no ayuda a que se haga un buen trabajo en equipo; pero, -también lo dije antes- tampoco lo favorece el hecho de haya tantas categorías profesionales, desde un celador hasta un facultativo hay un todo conjunto de categorías profesionales y cada una tiene unas funciones diferentes. Pero, es evidente que hay que intentar valorar que, cada una de ellas, puede aportar algo a la historia. Por tanto, si cada una puede aportar, lo que cada uno tiene que intentar es ver lo que aporta, no “etiquetar” a las personas, porque si “yo etiqueto” y, por tanto, veo las cosas con perspectiva “éste no me va a aportar nada, no voy a tenerle en cuenta”. La importancia de tener en cuenta a cada una de las cosas en lo que aporta. Teniendo en cuenta en lo que aporta cada una, somos capaces de hacer un buen equipo.

Por tanto, sumar sinergias como elemento fundamental y tener claro que el trabajo en equipo vale por dos. Es decir, que el hecho de que trabajemos en equipo, de que consigamos un equipo que tenga un buen clima emocional, al final se consiguen mejores resultados.