Su máximo dirigente, José Palazón, cree que la Delegación del Gobierno ha demostrado buena voluntad para resolver la situación, por lo que la protesta “pierde sentido”.
El caso de los tunecinos del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla continúa sin aclararse, ya que sus miembros se encuentran sumidos en una profunda división de opiniones después de que el pasado viernes anunciaran que continuaban su protesta con una huelga de hambre.
Según el máximo dirigente de la ONG Prodein, José Palazón, lo mejor que podrían hacer estos inmigrantes es abandonar su protesta y dar un voto de confianza a la Delegación del Gobierno, la cual ha dado muestras en las últimas semanas de su capacidad y voluntad política para resolver este tipo de situaciones.
No obstante, los tunecinos continuaron ayer adelante con su ayuno, aunque sólo la mitad del grupo, unas diez personas, se muestra completamente decidida a seguir adelante con esta determinación, mientras que el resto piensa que lo mejor sería abandonar la Plaza de España y regresar al CETI. La posibilidad de dar por concluida su protesta tomó fuerza el pasado viernes, pero voces ajenas al grupo les recomendaron seguir adelante, por lo que la situación dio un giro de 180 grados: Mantuvieron su sentada e iniciaron una huelga de hambre.
Para Prodein, ésta no es la mejor postura ahora mismo. Palazón recalcó que no tiene sentido tomar decisiones tan drásticas cuando desde Delegación ya han expresado su deseo de que este tipo de casos se resuelvan en el menor tiempo posible.
Así, recordó lo ocurrido con el colectivo de congoleños, que también solicitó su traslado a la península mediante una sentada frente a la sede de la Delegación del Gobierno y cuyos miembros comenzaron a salir de la ciudad el pasado jueves destino a Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la península, lo mismo que reivindican los tunecinos.
Así pues, el máximo dirigente de Prodein aseveró que, en su opinión, deberían conceder un margen de tiempo a Delegación para que solucione su traslado fuera de Melilla, el cual se encuentra paralizado a día de hoy porque los contactos con la embajada de Túnez son muy irregulares, a causa de la inestabilidad política que atraviesa el país desde la ‘Primavera Árabe’.
Los miembros de este grupo aseguran que permanecerán en la Plaza de España hasta que alguien solucione su situación, aunque en opinión de Palazón podrían abandonar la protesta “en cualquier momento”, ya que la tensión interna dentro del colectivo a causa de la disparidad de opiniones es cada vez más profunda.
Desde la Delegación del Gobierno piden a los inmigrantes que tengan paciencia, pues se está haciendo todo lo posible para trasladarles a la península, no sólo a ellos, sino a buena parte de los residentes del CETI, con el objetivo de que el centro vuelva a presentar unos niveles de ocupación dentro de su capacidad real, que es de 480 personas.
La sentada pierde fuerza por la división del grupo.
No hay novedades destacables sobre la protesta de los tunecinos, aunque la división interna del grupo transmite la sensación de que ha perdido fuerza en los últimos días. Por parte de Delegación, ya expresaron que no se dejarían influenciar por medidas de presión de este tipo, por lo que todo indica que el traslado de este colectivo a la península depende más de los tiempos legales y de los contactos con su embajada que de la voluntad del Ejecutivo central.
Habrá que esperar a los próximos días para ver cómo evoluciona la sentada de este grupo de inmigrantes, que hoy afronta su cuarta jornada en huelga de hambre. Por el momento, permanecen en la Plaza de España con la firme esperanza de salir de Melilla. Su objetivo no es otro que conseguir un trabajo en la península y poder enviar dinero a sus familiares.
Estos inmigrantes llevan en la ciudad unos cinco meses, aunque algunos suman casi un año de estancia. Para ellos, carece de sentido permanecer más tiempo en Melilla, ya que su deseo es poder trabajar. Así, no abandonarán su protesta hasta alcanzar su objetivo.