Problemas de seguridad y espacio en los juzgados de Melilla

En la última Memoria Anual del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Ceuta y Melilla se expresa que el edificio del Quinto Centenario, donde se encuentran los órganos judiciales de Melilla, cuenta con serios problemas de espacio, seguridad y un inadecuado mantenimiento. Detalla que los espacios pequeños y sin ventilación, aparte de goteras, son algunas de las deficiencias de los Juzgados melillenses.

Otro de los datos que aporta la memoria es la carga de trabajo por magistrado y en Melilla (Sección 7ª) indican que se han registrado 464 asuntos en 2019, se han resuelto 402 con 3 magistrados y la media de ingresos por cada uno es 155 asuntos. La Sección Séptima, perteneciente a la Audiencia de Málaga, presenta unos ingresos por debajo de la carga referencial de trabajo para las Secciones mixtas de Audiencias Provinciales y añaden que tiene una carga de trabajo penal muy inferior. Explican más adelante que ambas Ciudades Autónomas tienen una planta equilibrada, en función del número de asuntos, civiles y penales, ingresados. Además, en las dos ciudades se cuenta con un Juez de Adscripción Territorial, añadido al número de titulares de órganos unipersonales, y que viene desempeñando funciones de sustitución o refuerzo.

Sobre los Juzgados de Vigilancia Penitenciaria, recuerdan que en la Ciudad Autónoma de Melilla “no se ha constituido un Juzgado exclusivo en esta materia y las funciones de Vigilancia Penitenciaria están asignadas a uno de los titulares de los Juzgados de Instrucción destinados en la ciudad”.

En cuanto a datos acerca del movimiento de asuntos penales, al comiendo del año 2019 habí 46 pendientes, se registraron 348, se resolvieron 345 y quedaron pendientes 40 al final del año. Así pues, la tasa de resolución es del 0,99, la tasa pendencia 0,12 y y tasa de congestión 88%, es decir, el porcentaje de la carga resuelta.

Por otro lado, la cantidad de asuntos civiles pendientes de resolución aumentó en las Secciones quinta y sexta, disminuyendo en la Sección cuarta y séptima (Melilla), en la que el tiempo medio de resolución de esta pendencia, aproximadamente es de un mes.

Al comienzo del año 2019 había 9 asuntos civiles pendientes al inicio y durante el periodo se registraron 116, se resolvieron 122 y queraron pendientes al concluir el año 5. La tasa de congestión es del 98%.

Conclusiones

La Memoria manifiesta que todos los análisis detectan que nuestra Administración de justicia tiene problemas de institucionalidad y gobernanza, siendo necesario modificar radicalmente su organización para adaptarla a las nuevas realidades y conflictos, al tiempo que perfeccionar la gestión de los medios personales y materiales, mejorando los mecanismos e instrumentos de evaluación y rendición de cuentas ante la sociedad.

“Año tras año mencionamos los diversos indicadores que elabora la Comisión Europea, alertando sobre nuestro defectuoso sistema organizativo y de distribución de la carga de trabajo, anclado en formas del siglo XIX” aseguran.

Por otro lado, “hemos de insistir en las dificultades que derivan de la confluencia de tres Administraciones públicas en la gestión de los medios personales y materiales en Justicia, lo que abunda en la necesidad de una mayor coordinación y consenso en el diseño y ejecución de las reformas necesarias”.

En la Administración de justicia las competencias “están muy fragmentadas y la crisis del coronavirus ha venido a poner de manifiesto todas las debilidades de un sistema, en cierto modo ineficaz, necesitado de mayor unificación en el mando”.

En este contexto, “aparece otro aspecto desestabilizador de enorme calado: la imprecisión entre funciones gubernativas y jurisdiccionales, que se confunden y solapan a menudo, y nos lleva a otro tema muy negativo, a saber, lo difuminado e impreciso con que aparece en la organización judicial el principio de jerarquía, factor MEMORIA 2019 9 de enorme trascendencia en la organización de cualquier colectivo”.

“Sería necesario superar esa arcaica estructura organizativa que todavía tenemos y que no permite adaptarnos a formas de organización del trabajo y de gestión de los efectivos personales mucho más modernas y eficaces”.