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Se ubica en Cándido Lobera y necesita obras para facilitar la entrada a personas con discapacidad
El centro diurno para menores de Save The Children sigue sin tener una fecha exacta de apertura. Falta adecuar la entrada del local para que sea accesible para personas con discapacidad.
Según explica Clara Bajo, responsable del Área de Migraciones de la ONG, una rampa con varias escaleras dificultan el acceso al establecimiento.
Ya se ha presentado el proyecto de mejora que consiste en habilitar una silla elevadora, pero falta conocer la resolución antes de cometer las reformas.
También queda por adaptar los baños para que cumplan la normativa y sean accesibles para niños o niñas con discapacidad.
Save The Children estima que, de contar con los permisos pertinentes, el centro podría estar abierto y funcionando a finales del próximo mes de octubre. “Yo creo que recibiremos alguna noticia a lo largo del mes de septiembre. Mientras tanto seguimos trabajando en locales que vamos alquilando y que sí disponen de licencia”, expone Bajo.
Biblioteca y ordenadores
El establecimiento que pretende utilizar la ONG se ubica en la calle Cándido Lobera, número 9. Este dispone de un espacio de 250 metros, en los que la asociación quiere atender a unos 40 niños y niñas, aproximadamente. “La superficie es suficiente para poner varias mesas y poder dar clases o para organizar actividades de ocio”.
El local, además, contará con una biblioteca y con varios ordenadores que estarán a disposición de los menores no acompañados. “Será una especie de ludoteca”, avanza la responsable.
Situación de vulnerabilidad
La ONG se enfocará en aquellos menores en situación de vulnerabilidad, priorizando aquellos con más dificultades de inserción psicosocial, educativa o con problemas en la escuela.
El centro, aclara Bajo, también estará abierto para los niños que estén en situación de calle, ya que ellos “precisamente requieren de una atención especial e integral”.
La idea de Save The Children es continuar trabajando en este centro de día en la misma línea que lo han hecho en el último año en los centros de acogida de la Ciudad.
“Las actividades que ofrecemos son de refuerzo educativo, de idiomas, psicosociales, de fomento, otras al aire libre…”, enumera Bajo. Todo, insiste, con el fin de procurar la mejor integración de los niños que llegan solos a Melilla.
La ONG pretende intervenir en la calle con un equipo de mediadores culturales
Save The Children también pretende contar con un equipo que se una a los educadores de calle de la Consejería de Bienestar Social. La intención es apoyar a la Ciudad en la intervención con los niños extranjeros no acompañados que rechazan la acogida en los centros de menores de Melilla.
La responsable del Área de Migraciones, Clara Bajo, asegura que, en este momento, la asociación se encuentra inmersa en el diseño de una estrategia para actuar en la calle y para definir a los integrantes que formarán parte del equipo. La idea, según avanza Clara Bajo, es contar con mediadores culturales y que, en coordinación con Bienestar Social, puedan ayudar a los menores para que sus necesidades más básicas queden cubiertas, además de vigilar el estado de salud, físico y mental, en el que se encuentran estos niños.
“El número de mediadores que saldrán a la calle dependerá de los menores que encontremos fuera de los centros y en situación de vulnerabilidad, pero la idea inicial es que los equipos estén formados por dos, tres o cuatro personas”, adelantan desde la ONG.