Educación

Primera Selectividad en dos sedes y con fuertes medidas de seguridad

No hay nada normal desde que llegó el coronavirus a nuestras vidas y la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad o como se conoce popularmente a estos exámenes, la Selectividad, no se ha librado de esta nueva realidad. Por primera vez se ha hecho en dos sedes, tanto en el Campus de la UGR como en el instituto Leopoldo Queipo y hasta allí nos acercamos para ver qué tal se estaba desarrollando esta primera jornada. A los más de 500 estudiantes que se han presentado les quedan aún las pruebas de mañana y las del jueves.

A la salida del primer examen, el de Lengua y Literatura, nos encontramos con Marian y Riduan. Estaban satisfechos con esta primera prueba. Ella aseguró que el examen no había sido tan complicado como lo había esperado.

Riduan explicó que pudieron escoger de las dos opciones los ejercicios que mejor se sabían y también estaba satisfecho. En este punto, la medida para facilitar el examen por los problemas que han tenido para seguir las clases desde casa por el coronavirus les ha beneficiado.

Entre esta primera prueba y la siguiente, la de Historia, iban a buscar una sombra en la que estar para seguir repasando. Riduan destacó que llevan muchos días estudiando todas las horas que pueden para hacer estos exámenes lo mejor posible y Mariam aseveró que los nervios no se habían ido porque aún quedaba mucho por hacer.

La distancia social

Y ¿qué tal se han sentido estos chicos en las aulas con todas las nuevas medidas de seguridad?

Marian afirmó que estaban cómodos porque al final cada uno tiene su lugar donde sentarse y no pueden compartir nada de lo que tienen con otros compañeros. Si necesitan algo, deben pedirlo a los profesores que les acompañan.

Otra alumna, Miriam, nos cuenta que se ha sentido un poco agobiada por la mascarilla, aunque por lo demás estaba cómoda. Aseveró que las mesas estaban separadas y cada alumno se sentaba donde le correspondía.

Las normas de seguridad que se han establecido en esta Selectividad son muy exigentes y no se ha dejado nada sin determinar por parte de la Administración. Cada paso que dan los alumnos está programado. Así nos lo contó la secretaria responsable de sede, María José Molina, que aseguró que los llamamientos se hicieron sin problemas a primera hora de la mañana y solo una de los 200 estudiantes que había en la sede del IES Leopoldo Queipo se confundió de zona a la hora de entrar en el instituto, pero en unos minutos se la reubicó en su aula.

Molina explicó que solo se podía ocupar un tercio de las aulas, ya que había que dejar 1,5 metros alrededor de cada alumno, y eso llevó a dividir a los estudiantes de Selectividad en dos grupos ante la imposibilidad de caber todos en el Campus universitario. Hay unos 300 en el Campus y otros 200 están en el Leopoldo Queipo.

Las normas de seguridad

También indicó que los institutos recibieron toda la información que debían saber los alumnos respecto a por dónde entrar y qué aulas ocupaban. En este sentido, agradeció a los institutos de estos estudiantes la implicación que han tenido para hacer llegar todos esos datos a los chicos.

Cada uno de ellos, según su apellido, debía entrar por una puerta diferente del IES Leopoldo Queipo. En este sentido, los que iban al Aula Magna por la peatonal y los que estaban en otras clases, por el acceso de vehículos.

Además, también según su apellido, se tuvieron que agrupar en 25 alumnos y estaban separados por los vallados. Cuando había que acceder a un aula, un profesor bajaba a por ellos al patio del Instituto y subía con ellos hasta la clase. Y con distancia de seguridad subía el siguiente grupo. Una rutina para garantizar la seguridad de estos chicos y de los docentes.

Implicación del centro

Molina subrayó que tanto la Dirección Provincial de Educación como la dirección del instituto se habían implicado para cumplir con la normativa e incluso que la señalización fuera fácil. Y es que había flechas y caminos marcados para que ningún estudiante se saliera de la zona en la que debía estar para llegar a su aula.

Aire, a ratos

Pero además de colocar las vallas en el patio del Leopoldo Queipo y separarles por grupos de 25, se han impuesto más normas, como el uso obligatorio de la mascarilla durante todo el tiempo que están en el centro, no pueden compartir sus materiales y el aire acondicionado solo se enciende cuando hay alumnos y se dejan abiertas las ventanas.

Esta última es una indicación de la Junta de Andalucía para evitar que si hay alguien contagiado de coronavirus, se pueda expandir el virus mientras están en clase.

Además, entre examen y examen se hace una limpieza exhaustiva de todas las aulas, y por supuesto, también antes del inicio de la jornada y al final de la misma.

Lo que no cambia son los nervios antes de entrar en las pruebas y que los alumnos repasen hasta el último minuto los temas de las asignaturas. Y es que se están jugando estos días su futuro.

 

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