Medio Ambiente lo considera el principal problema para la gestión de estos residuos.
La Consejería de Medio Ambiente endurecerá el control sobre los vertidos irregulares de obras y demoliciones de cara a optimizar el tratamiento y reciclaje de estos materiales. Así se indica en el Plan de Gestión de Residuos de la Ciudad Autónoma, al que ha tenido acceso a El Faro, y que indica que Melilla tiene aún varios problemas por resolver en este terreno.
Por un lado, el documento advierte de que hay que distinguir entre los residuos tratados, es decir, los que se convierten en arena, grava de diferentes granulometrías, zahorra y similares, de los residuos reutilizables, que son los que se deben considerar como verdaderamente reciclados.
Gestión de residuos
Mientras que en el primer caso se gestiona el 70% de los desechos, una cantidad “buena y conforme” a los objetivos del plan, en el caso de los reutilizables la ciudad se encuentra en una situación muy desfavorable, dado que tienen “escasa salida”.
En segundo término, el plan señala que los vertidos incontrolados, principalmente en la Pista de Carros, constituyen un problema a tener en cuenta. A raíz de la puesta en funcionamiento del vertedero de residuos, con pago de tasas, han aumentado considerablemente los vertidos ilegales con el objeto de evitar realizar desembolso económico alguno.
La situación empeora si tenemos en cuenta que la Ciudad Autónoma es la que se ve obligada a asumir los costes de recogida y transportes de estos materiales y que en raras ocasiones se conoce la identidad de los infractores. Así pues, esta irregularidad supone un perjuicio económico para las arcas municipales y un gasto innecesario de tiempo.
Residuos peligrosos
Por otro lado, Medio Ambiente apunta que en estos vertidos irregulares se hayan habitualmente residuos peligrosos de demolición y construcción, tales como amianto o plomo.
Asimismo, el documento señala que a los pequeños productores se les debe ofrecer la infraestructura adecuada para deshacerse de estos materiales. En el caso de las grandes empresas, deben cumplir con la legislación a través de gestores de residuos autorizados y asumiendo la totalidad de los costes.
Para atajar los inconvenientes derivados de estas prácticas ilegales, la Consejería propone crear “lo más pronto posible” dos puntos para la gestión de residuos. En ambos se aceptarán gratuitamente depósitos de hasta unos 0,5 metros cúbicos por día y obra, con separación de materiales.
De manera complementaria, una vez construidos los puntos limpios y previa campaña de comunicación con duración de tres meses, se aconseja poner en práctica medidas disuasorias, aprobadas en la correspondiente Ordenanza Municipal, mediante sanciones de hasta 2.000 euros por metro cúbico vertido de manera incontrolado. Asimismo, se apunta que las multas podrían ser sustituidas por trabajos a la comunidad.
En lo tocante a los residuos peligrosos de obra, como el amianto o el plomo, el plan señala que en las pequeñas producciones, con separación de materiales, se podrán depositar en los puntos limpios, hasta 0,1 metros cúbico por día y con intervalos de 48 horas por obra, quedando la gestión de éstos a cargo de la Ciudad Autónoma de Melilla. Para esta gestión se construirá un lugar de acopio, que permita reunir las cantidades que hagan viable su traslado a la península a centros de tratamiento adecuados.
Para las grandes obras de demolición, la gestión de los residuos peligrosos será por cuenta del productor, o sea, la empresa que hace el trabajo en cuestión. En el proyecto que se presente para su aprobación deberán incluirse los procedimientos de gestión que se utilizarán para estos residuos así como los gestores autorizados que participarán.
Por último, se recomienda multar con hasta 1.500 euros por metro cúbico el camuflar residuos peligrosos en otros que vayan a ser depositados en el vertedero.