EL presidente Imbroda anunció ayer que la Ciudad tiene intención de financiar proyectos empresariales serios para paliar la falta de créditos bancarios. La idea es francamente buena porque está claro que ni las ayudas que dio Zapatero ni las que dio Rajoy ni las que dio Europa a los bancos españoles han facilitado los préstamos. Todo lo contrario, el puño cada vez está más cerrado y el dinero está y seguirá caro. Por eso la Administración ha decidido, sin hacerle competencia a los bancos, abrir una fuente de financiación que dé un respiro a los que a estas alturas de la crisis no se dan por vencidos. Damos por hecho que en estos momentos no faltan ideas. El problema para los que tienen alma de emprendedores es conseguir liquidez para sacar sus proyectos adelante y ahí es donde quiere intervenir el Gobierno autonómico. Llevamos dos días seguidos de propuestas que buscan dinamizar la economía local. El pasado miércoles Promesa anunció que estaba organizando una jornada de superrebajas en 300 comercios locales para el 14 de junio. Ayer, el presidente Imbroda adelantó que la empresa pública también trabaja en el diseño de los préstamos para proyectos solventes. Es un alivio saber que la economía marca la agenda de la Ciudad. Ahora hace falta que la iniciativa de los préstamos de Promesa calen entre los que tienen ganas de montar su propio negocio y no quieren esperar a que escampe para ir sobre seguro. De nada serviría que el Gobierno esté dispuesto a prestar dinero si la gente no se atreve a pedirlo. Habrá que esperar para leer la letra pequeña de los préstamos, pero en principio, la música suena bien. A este ritmo, Melilla seguirá siendo la envidia de media España.