La CONSEJERÍA de Medio Ambiente hizo ayer un llamamiento a la responsabilidad de los melillenses a la hora de ir a la playa. Desde el Gobierno local advertían de que la fotografías registradas en algunas zonas de baño no eran nada edificantes. Se han producido aglomeraciones de personas, especialmente jóvenes. Que no respetaron las distancias de seguridad obligadas para evitar el contagio del coronavirus.
Este tipo de situaciones no pueden repetirse. Para ello, los primeros que deben ser conscientes del riesgo que se corre cuando no se llevan a rajatabla las indicaciones de las autoridades sanitarias son los propios ciudadanos, y en el caso de los menores son sus padres los que tienen la obligación de hacer entender a sus hijos de la importancia de respetar las pautas marcadas.
Por otro lado, a la Administración no le debe temblar el pulso a la hora de sancionar a aquellos que no cumplan. No hay excusa posible. Las directrices son claras y llevamos más de tres meses escuchando hablar sobre la facilidad con la que se contagia el COVID-19 y el riesgo mortal que supone.
Si hay que tomar medidas disciplinarias con quienes no hagan caso y pongan en peligro su salud y la de los que les rodean así debe ser. Se ha advertido por activa y por pasiva, luego no servirá de nada lamentarse.