El Ministerio de Trabajo y Economía Social envió el pasado viernes a los agentes sociales un documento en el que se plantea reducir de forma inmediata la jornada laboral a 38,5 horas y, a partir del próximo mes de enero, a 37,5 horas. Según refleja el texto, se aplicará de forma inmediata, concretamente una vez el decreto sea aprobado y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La idea de los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) sigue siendo la de reducir la jornada hasta las 35 horas semanales, pero admiten que en estos momentos no parece factible. En cualquier caso, a ellos les gustaría que la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) se sentaran a negociar también, y de hecho tienen para comunicar sus propuestas hasta el lunes, cuando la ministra Yolanda Díaz se verá las caras con los agentes sociales para dar luz verde al texto antes de presentarlo ante las Cortes.
Los sindicatos aseguran que, si los empresarios presentaran alguna iniciativa, seguramente se llegaría a algún tipo de acuerdo que podría modificar la cantidad de horas o los plazos de ese descenso.
Sin embargo, desde la Confederación de Empresarios de Melilla (CEME-CEOE), su presidente, Enrique Alcoba, no lo ve tan claro. Para él, el principal problema es que el Gobierno se está entrometiendo en la negociación colectiva entre empresarios y sindicatos para establecer “un monólogo y una imposición” por parte de Yolanda Díaz, que, cree Alcoba, tiene que “apuntarse un tanto después del fracaso que ha tenido en las elecciones en Cataluña y Galicia”.
El representante de los empresarios en Melilla dice que, si la pregunta que se hace es si se quiere trabajar menos y cobrar lo mismo o más, todo el mundo –empresarios y trabajadores- va a estar de acuerdo, pero que a ellos les parece “inviable”, quizá no tanto para las grandes empresas, pero sí para las pequeñas y medianas. En este sentido, el presidente de la CEME recuerda que ya existen grandes empresas con convenios de 34 horas semanales, pero insiste en que esa reducción puede no ser factible en algunas áreas como la agricultura, el comercio, la hostelería o el gremio de las empleadas de hogar, a quienes también saldría más caro contratar. “Esto repercute negativamente a todas las personas, sean empresarios o no", reitera.
El presidente de la patronal melillense tiene muy claro que “no hay tanta prisa” para hacer un cambio que “nadie ha demandado”, por lo que lo mejor es negociarlo con tranquilidad entre empresarios y sindicatos sin la intromisión del Gobierno, que, si aprueba el decreto, no tendrá su apoyo. Lo expresa mediante un símil deportivo: “Esto no se llama negociación colectiva. Esto es un monólogo en el que el árbitro, los sindicatos y el Gobierno están en el mismo equipo y los empresarios en el otro y, antes de empezar el partido, ya se sabe cuál va a ser el resultado”.
Por lo tanto, los empresarios no se van a sentar con estas condiciones ni van a aceptar el “ultimátum” del Ejecutivo central, según Alcoba, quien reitera que la negociación tiene que ser entre ellos y los sindicatos y sector por sector.
El presidente de la CEME cree que ya han incrementado los salarios, el Índice de Precios al Consumo (IPC) y el salario mínimo interprofesional (SMI) y que esta reducción de horas no es sino una subida encubierta del 6,5 por ciento en el salario del trabajador. Así, advierte de que “todo esto, al final, va a provocar que se contrate menos, que se despida a más gente y que cierren más empresas”.
Lamentablemente para ellos, Alcoba cree que “muchas personas del Gobierno no entienden de economía, no tienen ni idea de cómo funciona esto y se mueven por los titulares, los decretos, las imposiciones y el protagonismo de querer sacar nuevas leyes son contar con el apoyo de los empresarios”.
“El Gobierno se tiene que limitar a gobernar y tiene que dejar a los agentes sociales la libertad de negociar los convenios en cada sector y ciudad”, anota nuevamente Alcoba, quien alerta de lo siguiente: “Si a un comercio o a una hostelería le limitas los horarios, venderá menos. Y lo que no se va a hacer es contratar a más personas tal como está la situación hoy en día. Entonces, si se va a trabajar menos y se va a tener menos productividad, lógicamente irá en contra de la economía, de la empresa y de la creación de puestos de trabajo”.
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