Unas catorce horas fue lo que duró el registro de una vivienda y de un comercio en la calle Cuesta de la Viña el pasado 23 de junio. La Guardia Civil entraba en una casa de varios pisos para detener a un hombre marroquí de nacionalidad danesa de 40 años por financiar, captar y enviar yihadistas a zonas de conflicto. Recibió en nombre de ‘operación Malassa’.
Desde primera hora de la mañana un grupo de hombres se instalaba en esta calle, junto al cordón policial para no perder detalle de lo que pasaba. En el extremo opuesto, en la esquina de Cuesta la Viña con García Cabrelles se situaban los periodistas.
Esos hombres empezaron a ponerse más nerviosos con el paso de las horas y gritaban a los agentes que estaban en la calle. Pero, como ya recogió El Faro en el periódico del 24 de junio del pasado año, los ánimos se caldearon aún más cuando la Guardia Civil sacó al detenido de la vivienda para entrar en el local comercial que había justo enfrente.
En esos momentos gritaron con más fuerza y decían, entre otras frases,: “¡Estamos aquí! ¡Alá es grande!”
Entre esos hombres, dos individuos destacaron por sus amenazas a los agentes. De hecho, el pasado 30 de agosto se procedía a la detención de estas dos personas de 20 y 24 años por amenazas terroristas, según se informó desde la Benemérita.
Ésta explicó en una nota de prensa que los dos jóvenes “profirieron diversas amenazas de muerte contra los agentes policiales, así como consignas a favor de los postulados de la ideología yihadista” . Además, subrayó su “actitud violenta”.
No obstante, no fue hasta ayer cuando se dieron a conocer cuáles fueron esas amenazas.
Uno de los individuos trató de intimidar a los agentes diciendo: “porque no tengo nada afilado, si no os atravesaría a todos”, “esto no va a quedar así, esto es solo una batalla, no penséis que habéis ganado” o “en un corto de espacio de tiempo todo cambiará y recuperaremos Al-Andalusí”.
Fue el pasado 23 de junio cuando Cuesta de la Viña se cerró al paso de los vecinos para la operación antiyihadista. La Guardia Civil estuvo casi 14 horas registrando una vivienda de la calle y el local de enfrente, propiedad de un marroquí pero con nacionalidad danesa, que fue detenido por financiar, captar y enviar yihadistas a zonas de conflicto.
La red era de las más activas de las que se han desarticulado en España. Este danés habría defraudado alrededor de ocho millones de euros a través de empresas.
El detenido, M.E.M., nacido en Tensamane (Marruecos) y de 40 años, se servía de un entramado societario en Dinamarca para evadir elevadas sumas de dinero para financiar esta red de captación de alcance internacional.
La Benemérita mantenía abiertas varias investigaciones, algunas desde el año 2012, sobre varios residentes melillenses que, careciendo de la más elemental formación económica, ostentaban puestos de responsabilidad en empresas danesas.
El entramado societario era de tal extensión y complejidad que, tras cursar una comisión rogatoria (procedimiento judicial) internacional a las autoridades danesas, hasta junio se habían identificado un total de 24 empresas diferentes, de ahí que se estimara que el importe total defraudado supera los ocho millones de euros.
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