La diputada del PP de Melilla Paz Velázquez no estuvo acertada con el tuit que publicó pretendiendo criticar la mala gestión turística del Gobierno de la Ciudad. Lejos de ir al grano, utilizó fotos de un sin techo, durmiendo entre cartones en la playa, para asociarlo a la llegada de los primeros turistas a Melilla. Ella quiso decir: no hay turistas, pero empezamos a ver de cerca la pobreza extrema y en su lugar se retrató a sí misma como una persona insensible e inmadura.
Ante el aluvión de críticas que le cayó por su falta de sensibilidad, liderado por el ataque frontal del presidente Eduardo de Castro, la diputada popular borró el tuit, pero para entonces ya había capturas hasta en Marte. Sus amigos y enemigos (‘amienemigos’) estaban al acecho y Paz Velázquez les sirvió su cabeza en bandeja de plata.
Supongo que a estas alturas ella ya sepa que es inaceptable mofarse de la desgracia ajena. No es sólo lo que escribió sino el acto de fotografiar a un sin techo para utilizar la imagen con fines políticos. ¿Es esa la clase de líderes que queremos en Melilla?
En este caso, el fin no justifica los medios. Nuestra gestión turística es desastrosa. Más mala que la de la era Imbroda que fue también mediocre. Una foto de la llegada del barco o del puerto vacío habría sido explícita para demostrar que Melilla se ha convertido en una tierra a la que sólo venimos cuatro gatos. Tenemos mucho que ofrecer, pero lo vendemos a precio de oro.
Es caro venir a Melilla y no somos capaces de mostrarle al resto de España la maravilla de sinagoga que tenemos en la ciudad; ni los amaneceres con los llamados a la oración en las mezquitas; ni los edificios modernistas; ni la gastronomía espectacular que tenemos ni la bandera española ondeando al fondo de la playa de La Alcazaba, ni el paseo de Horcas Coloradas; ni las vistas desde cualquier azotea del barrio del Real o del Pueblo; ni el cementerio; ni la iglesia del Sagrado Corazón… Somos ‘agarraos’ y no queremos gastar en publicidad. No nos conoce ni el Tato y la práctica ha demostrado que nadie paga un dineral por venir a ‘descubrirnos’. No nos merecemos la tierra que pisamos.
Paz Velázquez se equivocó, pero no se equivocó sola. Con ella se retrataron también Juan José Imbroda y Sofía Acedo, que suscribieron con un retuit cada palabra de la ex lideresa de PPL. A Acedo intelectualmente le faltan muchos hervores, pero a Imbroda, después de 20 años en el Gobierno no le podemos pasar por alto la falta. Es un resbalón de libro que nos demuestra, como bien dijo Paz Velázquez en Cablemel, que ya él no es lo que era. ¿O es que siempre fue así?
Por eso creo que el tuit de Paz Velázquez no podemos verlo como un error aislado sino como una señal más del grado de descomposición del PP de Melilla. El partido necesita regenerarse desde el centro, sin radicalismos y con nuevos liderazgos.
Con este resbalón, Paz Velázquez demostró a sus compañeros de partido que todavía no está preparada para ser la cabeza de cartel del PP. Es una líder nata que, en mi opinión, se ha equivocado de formación política. Podría ser la número uno en la lista de Vox y arrasar en las elecciones de Melilla, pero ella prefiere seguir militando en el Partido Popular, a la sombra de Imbroda. No sabemos por qué no acaba de dar el salto.
Esto no es una metida de pata sin más. Es tan torpe como cuando en medio de la polémica de los borregos marroquíes y los manolos, ella recomendó a los musulmanes de Melilla que se fueran a otra parte si no entendían que por motivos sanitarios quedaba prohibida la entrada de corderos desde Marruecos para prevenir la fiebre aftosa.
Aquello fue un escándalo. ¡A quién se le ocurre pedir a la gente que ha nacido en esta tierra, que se vaya a otra parte! Aquello fue lamentable y con esas pocas palabras se enfrentó a los musulmanes de esta ciudad. Nada más y nada menos que al 60% de la población. No entendió que sin el voto musulmán no hay mayorías absolutas.
A eso tenemos que sumarle que después de pelearle votos al PP a cara de perro como lideresa de PPL no sólo apoyó a Imbroda para gobernar sino que además disolvió su formación. Fue una traición en toda regla a sus votantes.
Hagamos cuentas ahora de los enemigos que ha ido ganando con sus actos. Por un lado, musulmanes (60% de la población); desafectos al PP (los que le apoyaron en PPL y no le perdonan la coalición y posterior fusión) y afines al PP (los que no olvidan sus ataques desde Cablemel) y por supuesto, los empresarios que apostaron por ella y perdieron dinero y credibilidad. A eso, añadimos ahora, a toda la gente de bien que se ha sentido ofendida por el tuit del sin techo. Conclusiones: le queda Vox y poco más.
Paz Velázquez ha perdido una oportunidad de oro para destacar en el PP durante la pandemia, teniendo en cuenta que ella controla el tema sanitario. Si hubiera dedicado todas sus energías a criticar con seriedad la mala gestión de la crisis del coronavirus que ha hecho el Gobierno central en Melilla, hoy sería un referente de los populares a lo Ayuso. Sé que el partido de Imbroda no le iba a poner alfombra roja y atril para lucirse todos los días en rueda de prensa, pero con las redes sociales al alcance de todos, no hace falta ese altavoz. Su tuit del sin techo se lo ha demostrado.
Este año, finalmente no habrá Congreso del PP de Melilla. La guerra ha quedado aplazada. Hay quienes creen que una mujer tendría opciones de ganar a Imbroda. A Paz Velázquez le sobran agallas para merendarse al jefe, pero le falta lo más importante: público en las gradas para aplaudir. La espera puede ser larga y en política, cada día cuenta.
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