¿Por qué nos iban a engañar?

Falta muy poco para la Fiesta del Sacrificio y arrecia la propaganda en contra de los ‘manolos’, los corderos españoles que se exportan a Arabia Saudí para la festividad del Aid El Kebir desde que este país levantó en el año 2016 la prohibición de importación de ovinos españoles.

El sábado pasado la web marroquí rifress.com publicó una foto comentada en la que se veían borregos muertos en una camioneta que habría sido descargada en el puerto de Melilla.

Desde el propio Marruecos dudaban de la autenticidad de las imágenes. Sin embargo, no era un fake. Ayer la Viceconsejería de Servicios Sociales y Salud Pública de Melilla confirmó a El Faro que, en efecto, han muerto de un golpe de calor 30 borregos de un lote de 600 trasladado a la ciudad en barco con motivo del Aid El Kebir.

Según explican, esta ratio de fallecimientos entra dentro de los parámetros normales que manejan los transportistas, por lo que desde la Ciudad Autónoma llaman a evitar la alarma social que, con toda razón, ha causado la difusión de las imágenes, sobre todo, por falta de explicación.

Todos sabemos que en los traslados de animales cabe la posibilidad de que muera alguno, pero si hablamos de borregos importados desde la península con motivo de la Fiesta del Sacrificio... quizás lo sensato habría sido ponerse la tirita antes de ver manar la sangre de la herida. Una explicación a tiempo es el mejor antídoto contra los rumores y las especulaciones.

A los que vieron estas imágenes de los ‘manolos’ muertos difícilmente vamos a convencerlos ahora de que la alarma por fiebre aftosa está del otro lado de la frontera. El daño ya está hecho.

La foto viral de los borregos muertos ha circulado en la misma semana en la que Aberchán lanzó un órdago a los socialistas de Melilla a vueltas con la prohibición de la entrada de borrego marroquí a la ciudad tras decretarse hace ya cuatro años un brote de fiebre aftosa en el país vecino.

En esencia, Aberchán vino a decir que si no se cambia la ley para corregir lo que él ve como un ataque a las tradiciones del pueblo amazigh, saldrá con sus ocho diputados del Ejecutivo del cambio.

La líder del PSOE en Melilla, Gloria Rojas, quitó hierro a la amenaza y dijo que la entendía como una frase hecha.

Vamos a tener tiempo de comprobarlo porque justo ayer la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, dio la cara para explicar que la aparición de nuevos casos de fiebre aftosa en Marruecos mantiene en pie la orden ministerial que prohíbe su importación a España.

Sea como fuere, el borrego vuelve a convertirse, un año más, en arma arrojadiza en el terreno político. Es normal que el PP, que sufrió en sus carnes el desgaste de tener que cumplir la ley e impedir el paso de corderos marroquíes a España, agite ahora a la opinión pública y pregunte a Aberchán si este año, que está su partido en el Gobierno, sacará a la gente a la calle a protestar por la agresión a las fiestas y tradiciones musulmanas.

El líder cepemista, entre la espada y la pared, ha hecho lo que esperaba su electorado que hiciera: que pusiera los puntos sobre las íes. Es un primer aviso. Vendrán más y tarde o temprano llegará el definitivo. Para que después no digan que no avisó. Entiendo que él es quien pone fecha de caducidad al Gobierno, entre otras cosas, porque es quien más diputados aporta al tripartito. Con que uno solo de Coalición por Melilla apoye una moción de censura del PP y Vox, al cuerno con el cambio y el discurso de la esperanza. It’s over.

Hace poco me explicaba un melillense que lo que diferencia a un ‘manolo’ del borrego marroquí es el olor, el peso y, sobre todo, el precio. El de Marruecos, me decía, es un animal que come de todo y por eso al pasar por el fuego su sabor y olor son muy característicos. El de España tiene una alimentación controlada y menos peso. Teniendo en cuenta que los musulmanes tienen que dividir su borrego en tres partes (para ellos, para la familia y los amigos y para los pobres), el cordero español no da la talla a la que están acostumbrados aquí. A eso, añade, hay que sumarle que es algo más caro y la economía familiar es lo que manda.

Y en esas estamos un año más. Hablando del borrego y haciendo frente a quienes en Marruecos se empeñan en desacreditar la producción ovina española. Nuestros corderos no son ni mejores ni peores: simplemente son nuestros. Salud Pública ha explicado lo sucedido. Sí han muerto borregos, pero defiende que las pérdidas entran dentro de la normalidad. ¿Por qué nos iban a engañar?

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