No sabe cómo se escribe su nombre en español. En inglés lo pronuncia "Shul". Es de Sudán, tiene 22 años y un gesto muy duro, mezcla de dolor y rabia. Vino a España huyendo de la inestabilidad política en su país. No se marchó de allí porque tenía hambre. Lo hizo porque estaba "muy triste".
"Estábamos sufriendo en mi país. Necesitábamos ayuda", señala a preguntas de El Faro. Habla por él y por un amigo que perdió el viernes en la masacre de Marruecos.
Shul no entiende por qué España no abre un corredor humanitario en África como el que se abrió para recibir a los ucranianos que huyen de la guerra. "¿Por qué no nos dejan entrar en España si saben que somos de Sudán y necesitamos asilo?", pregunta a El Faro.
Él está en el CETI de Melilla desde hace cuatro meses. Saltó la doble alambrada tras atravesar Libia, Túnez, Argelia y sobrevivir en Marruecos. Es uno más, dentro del medio centenar de migrantes que este lunes se concentró en las afueras del Centro de Estancia Temporal de Melilla, para denunciar la muerte de decenas de jóvenes como ellos, que no pudieron entrar en España y que perdieron la vida intentando saltar la valla.
Shul es de los pocos migrantes sudaneses que puede comunicarse en inglés. Sostiene, junto a dos amigos, una pancarta en la que se pregunta "por qué España y Marruecos están matando jóvenes negros africanos".
Cuando se le pregunta por lo ocurrido el viernes, Shul resume la tragedia como algo "es muy triste. "Murieron jóvenes africanos en la valla. No hay derechos humanos en Europa", dice con sequedad.
Él, como el resto de los manifestantes que protestó este lunes en el CETI, cree que el número de muertes en la valla es muy superior a las cifras que han dado las autoridades y ONG marroquíes (23 y 37 respectivamente).
"Murieron muchos más", dice y aclara que los fallecidos no son sólo de Sudán.
"No me preguntes solo por Sudán. Pregúntame por toda África", contesta subiendo el tono, cuando se le pregunta por la nacionalidad de los migrantes que protestaron este lunes en las afueras del CETI de Melilla.
Shul se acercó a las inmediaciones de la valla durante el salto del viernes pasado, en el que, según la Delegación del Gobierno de Melilla, medio millar de inmigrantes se abalanzó sobre la valla y rompió la puerta por la zona de Barrio Chino.
Sin embargo, él no pudo ver lo que estaba pasando del otro lado de la frontera. "Yo estuve ahí, pero no vi qué pasó", añadió a este diario.
Como muchos de los sudaneses que entraron en Melilla en el salto a la valla del 2 de marzo, Shul ha pedido asilo en España. Se asombra de que en España no sepan por qué vienen huyendo hacia nuestro país.
"No tenemos hambre. Estamos tristes porque tenemos guerra", recalca.
Sobre la tragedia del viernes que habría dejado 60 muertos, según los migrantes del CETI, él tiene claro que no se investigará lo ocurrido.
"No creo que las autoridades marroquíes investiguen nada. No creo que vayan a hacer nada por mis hermanos", concluyó.
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