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¿Por qué no hay que recoger a las crías de las aves que se caen de los árboles?

La asociación Guelaya Ecologistas en Acción de Melilla ha alertado sobre las caídas de los nidos de las crías de aves urbanas que se producen durante los últimos coletazos de la primavera. Los ecologistas recomiendan a la ciudadanía que si ven a una cría en la calle, no la cojan y se la lleven a sus casas porque, aunque estén fuera del nido, continúan siendo alimentadas por sus padres. 

En estos días de finales de primavera, las aves urbanas, como gorriones y mirlos, se encuentran en un momento crucial de su ciclo reproductivo. Las crías, tras haber nacido en el nido y crecer bajo el cuidado de sus padres, están a punto de emprender el vuelo. 

Es en este periodo cuando comienza la fase de alimentación fuera del nido, donde los polluelos, aún con plumón y torpes en sus movimientos, se ejercitan para volar y conseguir su independencia.

Sin embargo, esta etapa crítica se ve amenazada por la desinformación de algunas personas que, al ver a estas crías fuera del nido, las confunden con polluelos abandonados y las capturan. 

Por este motivo, Guelaya cree que es fundamental recordar que, en la mayoría de los casos, los padres siguen cerca y se encargan de alimentar y proteger a sus crías, incluso cuando estas se encuentran fuera del nido.

De ahí que aconsejen que, si por algún motivo alguien se encuentra con una cría de gorrión o mirlo fuera del nido, por ejemplo, lo mejor que se puede hacer es no tocarla y dejarla en un lugar seguro, que esté lo más cercano posible a donde se la ha encontrado. De esta manera, sus padres puedan volver a encontrarla fácilmente y seguir cuidándola.

Es importante, recomiendan los expertos, evitar llevar la cría a casa, ya que, sin los cuidados adecuados, puede morir. Además, tampoco se debe alimentar, porque sin los conocimientos necesarios, la comida que se les da podría ser perjudicial para ellas.

En Melilla, sin embargo, Guelaya ha puesto de relieve otros dos problemas a los que se enfrentan las aves urbanas esta primavera. Y es que, a la situación natural de aprendizaje de vuelo de las crías, se suman las podas que está realizando la Ciudad Autónoma fuera de fecha, en plena época de cría, y que “contribuyen al abandono de los nidos antes de tiempo”, exponiendo a las crías a un mayor riesgo de depredación y desamparo.

Por otro lado, los ecologistas exponen la abundancia de gatos callejeros en la ciudad como un “peligro añadido” para estas crías que se encuentran en una situación tan vulnerable. Por ello, al elegir un lugar seguro para dejar a la cría, es fundamental asegurarse de que esté fuera del alcance de los felinos, porque de ello depende su supervivencia. 

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