Da escalofríos revisar el parte actualizado con el número de fallecimientos por covid registrado en Melilla este mes de febrero. Estamos en la primera quincena y ya sumamos 17 muertos en la ciudad: más de uno al día.
Revisando los informes publicados por el Ministerio de Sanidad, comprobamos que el 7 de febrero (lunes de la semana pasada) ya teníamos 11 muertes en febrero.
El dato asusta, sobre todo si lo comparamos con el de Ceuta, que en el mismo período sólo registró 1 fallecido por coronavirus. Se dice rápido, pero se digiere peor. ¿Por qué tenemos 11 muertos en Melilla en una semana y uno solo en Ceuta? ¿Qué está pasando en Melilla?
Las cifras locales son aún más brutales si las comparamos con las de País Vasco (1 fallecido) o con la Rioja (8). En porcentaje de letalidad de la pandemia teníamos hace una semana un 0,7%. Es una cifra que está por encima de los datos de Galicia, Murcia, Baleares o Canarias (0,6%).
Para que se entienda, en números absolutos nos hemos puesto a la altura de comunidades con mayor población como Comunidad Valenciana o Navarra (0,7%).
No ha ido mejor en los últimos siete días. Las estadísticas nacionales a fecha 14 de febrero recogen 6 fallecidos en Melilla y dos en Ceuta: ¡Tenemos el triple en la última semana!
Aquí hay más fallecimientos por covid que en País Vasco (0). La letalidad del virus en Melilla (0,7%) es superior a la que se está registrando en Galicia, Baleares, Canarias o Cantabria (0,6%).
¿Cómo es posible que aquí la pandemia se haya desbocado de esta manera? ¿Alguno de nuestros políticos se ha hecho esta pregunta? ¿Alguno tiene una respuesta?
La consejera de Salud Pública, Francisca García Maeso, compareció la semana pasada para darnos una noticia que nos puso los pelos de punta: hemos alcanzado el pico de contagios de la sexta ola, pero aún no hemos tocado techo con los fallecimientos. Dijo que la cosa podía ir a más y así ha sido.
En ese contexto horroroso, cuando aún no hemos terminado de enterrar a nuestra gente, vemos que se levanta la prohibición del uso de la mascarilla en lugares públicos. Puede que estemos ante un capítulo inédito de eutanasia progresista.
Los ciudadanos seguimos teniendo la sensación de que el coronavirus está mal gestionado en Melilla. Antes atribuíamos el problema al ex súperconsejero Mohamed Mohand, que entre paella y viajes, parecía que no sacaba tiempo para ocuparse del covid. Mohand era el malo de la película. El culpable de todos nuestros males. Pues bien, Mohand no está ya al frente de Salud Pública y estamos peor sin él.
Y, ojo, desconocemos la verdadera magnitud de la tragedia. Los datos de Salud Pública no son fiables porque no sabemos realmente cuántos melillenses se contagiaron de verdad durante la sexta ola. Lo hemos denunciado muchas veces y lo volvemos a hacer ahora: el Gobierno está ahorrando dinero en pruebas PCR.
No me creo que la guadaña, a ojo de buen cubero, elija esta autonomía o esta otra para hacer estragos. Por tanto hay que preguntarse por qué hay tantos muertos en Melilla en la sexta ola de la pandemia. Alguien debería tener una explicación porque decir que es cosa del azar no nos convence.
Melilla sigue teniendo problemas para gestionar la pandemia. El Gobierno local no hace nada por fomentar la vacunación en un momento en que la doctrina antivacunas gana terreno después de que ómicron nos demostrara que los vacunados caen a la par que los no vacunados. Y eso es lo que pensamos, a menos que Salud Pública haga públicas las estadísticas y nos demuestre con cifras en la mano que la mayoría de los muertos que hemos tenido en febrero en Melilla son no vacunados.
Nos gustaría conocer esos datos. No podemos culpar eternamente a las "patologías previas" porque en ese caso deberíamos preguntarnos por qué en Melilla hay tanta gente con "patologías previas".
Desde la Administración no mueven un solo dedo para informar a la gente que no tiene Twitter o Telegram de qué tiene que hacer para vacunarse. En mi opinión están haciendo dejación de funciones.
Por no saber, los melillenses no saben ni siquiera a dónde acudir y en qué horario hacerlo para vacunarse. Y si no me cree, haga la prueba y pregunte a cualquiera para que lo compruebe. No va a encontrar usted en toda la ciudad un solo cartel que informe sobre ello.
Han dejado en manos de la buena voluntad de los medios de comunicación la enorme responsabilidad de informar a la ciudadanía sobre las fechas, horarios y puntos de vacunación. A este ritmo, se nos echarán a perder miles de vacunas en Melilla y cuando eso ocurra reclamaremos responsabilidades a los políticos al frente del Gobierno de la ciudad.
A estas alturas de la pandemia, Melilla debería estar empapelada con información sobre qué hacer si te contagias y a dónde acudir si quieres vacunarte y en qué horarios. Pero eso no existe porque nuestros políticos van desbordados. Tenemos gente amateur haciendo el trabajo de profesionales y así nos va.
La política no puede ser sólo para personas sin estudios y buena voluntad. Aquí tienen que llegar los mejores y si es posible, por vocación. Sólo así tendremos un país mejor. Mientras eso no ocurra, estaremos poniendo nuestras vidas y nuestro futuro en manos de aficionados sin formación; activistas políticos que lo mismo se apuntan a un entierro, que a un homenaje.
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