Los miembros de la Ponencia de estudio sobre la insularidad y la situación periférica de las ciudades de Ceuta y Melilla que forman diez senadores en calidad de ponentes, entre ellos la melillense Sofía Acedo (PP), han pedido declarar hábil el mes de enero para poder celebrar las comparecencias pendientes y cerrar ese ciclo antes de entrar en la fase de concreción de conclusiones, según ha explicado la parlamentaria de la ciudad hermana.
Hasta ahora han pasado por ese foro un total de 42 personas entre autoridades, funcionarios y otros comparecientes, entre ellos los presidentes de los archipiélagos balear y canario y las dos ciudades autónomas, que fueron quienes iniciaron su calendario en febrero pasado. Desde Ceuta también ha intervenido en el Senado el presidente de la Cámara de Comercio, Karim Bulaix, y está igualmente previsto que lo hagan su homólogo de la Confederación de Empresarios (CECE), Bhagwan Dhanwani; el politólogo y sociólogo especialista en Geopolítica y Geoestrategia Enrique Ávila, secretario académico de la UNED local; y el jurista y politólogo Alejandro Arnet, técnico de la Ciudad Autónoma.
De la última tanda de intervinientes han formado parte el presidente de Puertos del Estado, Francisco Toledo, y el expresidente de Melilla, Juan José Imbroda, que para Acedo realizaron aportaciones “de mucho interés” en relación con las ciudades autónomas.
“Al presidente de Puertos del Estado le planteamos la necesidad de invertir en los de Ceuta y Melilla y que haya una explotación rentable de los mismos, así como si entiende que requieren de un tratamiento específico y de cómo regularlo para que se erijan en motores económicos de ambas ciudades”, ha señalado Acedo en relación con su comparecencia, que como todas las demás fue a puerta cerrada.
“Toledo se mostró de acuerdo con el planteamiento que hemos realizado los ponentes del PP y nos trasladó que, si la situación actual de los puertos de las dos ciudades se convierte en estructural y no coyuntural, como él cree, habrá que abordar un tratamiento especial para ambos”, se congratuló la senadora.
Imbroda, por su parte, se centró “en la necesidad de que salga adelante un plan global para Ceuta y Melilla al margen de colores políticos que permita su mantenimiento en el tiempo”. A su juicio “tiene que abordar la cuestión económica para el desarrollo de una alternativa que acabe con la dependencia que, hasta hace unos años, hemos tenido de el tránsito comercial con Marruecos”.
También “la cuestión de Schengen, pues si ya no existen las causas que dieron lugar a la excepción para las fronteras españolas norteafricanas en el Tratado, no tendría sentido mantenerla”.
Igualmente incidió en la conveniencia de “buscar un equilibrio entre llevarnos bien con el país vecino sin dejar de ser muy firmes en la defensa de la integridad territorial de nuestro país” y en la necesidad de “trabajar en el nuevo estatus de Ceuta y Melilla en el marco de la UE con la entrada en la Unión Aduanera manteniendo nuestro Régimen Económico y Fiscal, para lo que existe el referente canario, y conseguir un trato especial de las instituciones comunitarias en cuanto a programas y fondos equiparables al que tienen las Regiones Ultraperiféricas”.
Los senadores del PP presentarán el Plan Estratégico aprobado por su partido de ambas ciudades autónomas el pasado verano para que forme parte de los elementos que “sustancien” las conclusiones de la Ponencia de estudio sobre la insularidad y la situación periférica de las ciudades de Ceuta y Melilla del Senado, según ha adelantado la parlamentaria Sofía Acedo a este periódico.
Vivas e Imbroda presentaron a mediados de julio su receta conjunta frente al “doble impacto que en las economías de Ceuta y Melilla ha tenido la pandemia y las presiones ejercidas por Marruecos sobre sus fronteras, agravadas por la crisis diplomática”, que desde su punto de vista exige “adoptar medidas globales y urgentes, que refuercen y potencien la presencia del estado y de la Unión Europea en ambos territorios e incentiven su desarrollo socio económico”.
El documento recoge siete grandes epígrafes, uno de los cuales está completamente dedicado al estatus europeo que se plantea para ambas ciudades autónomas y que recoge la incorporación a la Unión Aduanera, pero manteniendo y potenciando su régimen fiscal; y la eliminación de la excepcionalidad Schengen en sus fronteras “sin que ello sea óbice para el deseado restablecimiento de las buenas relaciones de vecindad y la aspiración de crear zonas de prosperidad compartida”.
También alude a la agilización del tránsito transfronterizo de personas por razones socioculturales, turísticas, laborales, de formación superior y/o universitaria o económicas, debidamente justificadas; y al régimen asimilable al de las regiones ultraperiféricas.
En resumen aboga por “un mayor anclaje en Europa que se combina con un refuerzo de la presencia del Estado español y sus administraciones en las dos ciudades norteafricanas y un plan suficientemente dotado para que despeguen las áreas estratégicas de nuestra economía”.
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