La Policía Nacional ha desarticulado una buena parte de una banda montada a ambos lados de la frontera, que introducía migrantes irregulares en Melilla.
La Guardia Civil, por su parte, ha detectado artefactos explosivos frente a la desaladora de la ciudad, que próximamente serán desactivados por la Armada y también ha detenido a un padre y su hijo, acusados de tentativa de homicidio.
Son actuaciones potentes que refuerzan nuestra sensación de seguridad y este factor psicológico influye mucho en la calidad de vida de los melillenses que bien sea por la pandemia o por el miedo a ser víctima de los delincuentes han dejado de salir a la calle.
Da mucha pena salir a dar un paseo y ver nuestras avenidas y parques vacíos. Nunca antes Melilla estuvo tan triste. La ciudad parece desolada y hay que levantar el ánimo, hay que recuperar la ciudad para los ciudadanos.
Todas las operaciones de los últimos días, tanto del Instituto Armado como de la Policía Nacional, nos envían un mensaje claro a los melillenses: nos dicen que están ahí y que vigilan por nuestro bienestar.
La tasa de delincuencia ha bajado mucho en Melilla desde que la frontera está cerrada. Sin embargo, el ciudadano no ha recobrado la sensación de seguridad.
Actuaciones como éstas, iniciadas y cerradas con prontitud, irán calando en una opinión pública que poco a poco recuperará la normalidad porque los melillenses no nos damos por vencidos.
Pese a que la pandemia ha golpeado a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, la Guardia Civil y la Policía Nacional han incrementado las actuaciones importantes y han demostrado un grado de resolución que anima a confiar en que nuestras calles son hoy más seguras que nunca... (menos cuando hay que cruzarlas a pie).
No hay que olvidar que guardias civiles y policías nacionales prestan servicio con una plantilla coja desde hace años, que se refuerza puntualmente, pero que no crea nuevos puestos de trabajo.
El Gobierno actual prometió que reforzaría nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y no lo ha cumplido. Tampoco se ha actualizado el número de agentes que necesita Melilla no sobre el papel, sino en la vida real.
En todo caso, tenemos que estar orgullosos de Policía Nacional, nuestra Guardia Civil y nuestros militares. Sólo falta que este espíritu se contagie a la seguridad vial que en este inicio de año deja mucho que desear.
Nunca antes las calles de Melilla han sido tan peligrosas para los peatones. Por eso animamos a Seguridad Ciudadana a tomar medidas urgentes para que ninguna otra familia tenga que pasar por un trance tan difícil, en tiempos que además ya son muy difíciles.
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