“Podría vivir sin muchas cosas y lo pasaría mejor o peor, pero sin crear no ”

Hoy se inaugura a las 21:00 horas en el Centro de Arte Moderno Hospital del Rey la exposición de la artista madrileña Olimpia Velasco titulada ‘Siguiendo el hilo’.

El Centro de Arte Moderno Hospital del Rey acoge desde hoy la exposición ‘Siguiendo el hilo’. En esta muestra del trabajo artístico de la madrileña Olimpia Velasco  se podrán ver obras pintadas en acrílico sobre tela, serigrafías y otras técnicas que domina y que le permiten expresar los conceptos claves de estas piezas únicas. Velasco es ganadora de varios premios y ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas.
Arte contemporáneo al alcance de la mano y que permitirá a los melillenses, que desconozcan el camino de las manifestaciones artísticas actuales, adentrarse en un mundo de colorido y que admite  una libre interpretación de las obras expuestas. La inauguración será a las 21:00 horas esta noche en el Centro de Arte Contemporáneo, y se contará con la presencia de la pintora.
–¿Fue una de esas niñas que sostiene siempre colores en la mano o su interés por el arte fue más tardío?
– Me ha encantado siempre pintar ,pero también escribir. Era una vocación creativa y no estar todo el día pintando. De hecho, creo que me di cuenta de que me gustaba pintar a los 18 años. Sabía que me gustaba, pero no que era realmente mi vida. Intuía que era algo que quería hacer, pues es algo creativo. También hay que admitir que cuando te dedicas al Arte hay ese miedo al fracaso. Se trata de algo que te gusta, en lo que crees, pero surgen las dudas de si sirves. Para mí ahora, no es que me guste pintar, es que lo necesito para vivir. Si no pinto, va muy mal mi vida. Es una necesidad creativa. Es como mi psicoanálisis personal. Creo que podría vivir sin muchas cosas, y lo pasaría mejor o peor, pero sin crear no. Es como mi forma de vivir.
–¿El dominio de las técnicas de expresión artística es importante para los artistas?
- Me considero una pintora, que utilizo las técnicas según lo que quiera decir. Hay cosas que no las puedo decir pintando y tengo que utilizar una instalación, pero si uso cristal, no me pongo yo, sino que mando a hacer esos moldes, aunque soy la creadora de ese espacio. Intento que lo que quiero decir se haga de esa forma y no lo veo de otra. Aunque necesito pintar además de hacer instalaciones. Cada proyecto necesito plasmarlo según cómo lo vea, ya sea bordado, estampado o como lo sienta. Lo bueno es que ahora hay muchas técnicas. Algo que también puede ser malo porque pueda superar al concepto de la obra, pero te da muchas posibilidades de trabajo.
– ¿Pero no le preocupa que la técnica cobre más protagonismo que la propia obra, y que, por ejemplo, llame la atención de su exposición el que haya un cuadro bordado?
– Lo del cuadro bordado era un reto para mí. Empecé creando una obra sobre ‘la mujer araña’ y necesité bordar y tener la sensación de hacerlo. No sé si es mejor o peor, pero no entendía que esa obra fuera pintada sino bordada. Me parecía que era otra forma de dibujar, aunque no utilizando el lápiz, con el hilo consideré que estaba dibujando, no haciendo un tapete o cosiendo un botón. Era una forma de dibujo.
– ¿Con el uso de estas nuevas técnicas es necesario una preparación más exhaustiva del proceso creativo?
– Eso depende. Por ejemplo, el tema de serigrafía o grabado a veces yo no lo hago, es decir, preparo las planchas y las mando a hacer en un taller. Lo mismo ocurre con el vídeo, ya que yo preparo las secuencias o con una estructura de hierro que diseño. Yo no considero que sirva para todo y las encargo a personas que sí saben. Aunque hay cosas que en una instalación hago porque me gusta e incluso, cuando he tenido mucho volumen de trabajo me han comentado el porqué no diseño por ordenador. Pero no me sirve, porque necesito el trabajo físico. Tengo una parte conceptual que sé que no abarco, como una vez que hice fotografía, pero no me considero fotógrafa, sino que utilicé este medio porque consideraba que era la mejor forma de hacer ese trabajo. Pero si tuviera que hacer una fotografía de mi obra no la haría yo, sino que contrataría a alguien que sepa del tema y que sea un experto. Lo importante es lo conceptual, pero el cuerpo me pide trabajo, no puedo sólo pensar.
–¿La formación para los jóvenes que deseen emprender una carrera artística es importante?
– En mi opinión sí. Para decir algo tienes que saber y conocer y sobre todo, me parece importante la formación porque ves lo que está haciendo la gente a su alrededor y que es contemporánea a ti. Si te metes en tu estudio a trabajar y no tienes referencias, pues no tienes comparativas. Lo más importante de una facultad es que hay gente como tú y ves que se está haciendo.  
– ¿Cuál sería su mejor consejo para aquellos jóvenes que no saben si dedicarse al arte o no?
– Tienes que hacer lo que tú quieras en tu vida. Me da igual lo que sea, si es Arte, Literatura o Arquitectura. Lo importante es que lo que hagas te lo creas. El Arte no es un camino de rosas con lo cual hay que luchar. Yo he hecho lo que he querido y me ha costado. Cada uno tiene que hacer lo que desee o por lo menos, intentarlo, pero con esfuerzo.
–¿Cómo convencer al público melillense de que venga a ver arte contemporáneo?
– Es un problema de aprendizaje. Si en los colegios no te enseñan qué es el arte contemporáneo pues no puedes llegar a ver o motivarte. Si te ponen fútbol, al final te gusta. Si en tu casa no hay libros, pues es probable que no leas. Es un problema que hay que resolver de base y se debe fomentar en los colegios. Animaría a todo el mundo a ver arte, no sólo lo mío, sino las obras de todos. Por lo menos, que el público tenga la capacidad de empezar a ver. No tiene que interesarle o gustarle a todo el mundo, aunque haya gente que luego si sienta interés.
Al ser éste un museo institucional animaría a que los colegios  pasen por estas exposiciones. Una salida cultural sería ver una exposición que se esté dando en Melilla. Por lo menos, yo realizaría dos al año, para que los niños tengan referencias nuevas. Si no van a ningún sitio no verán nunca nada y no tendrán una comparativa. De lo que no ves no puedes entender ni valorar.
–¿De qué forma definirías tus obras a los melillenses?
– Van a encontrar una obra coherente, que puede gustarte más o menos, pero sí que tiene mucho trabajo detrás. Además, está muy bien ver un trabajo nuevo, y no sólo el mío, ya que se dispone de un espacio al que viene gente de fuera. Hay que venir a ver lo nuevo, pues te va a enriquecer. Si no lo ves, no lo puedes ni entender ni explicar.
– ¿Cómo es su proceso de creación? ¿Es de las artistas que trabaja de forma incansable o espera a que llegue la inspiración?
– Como diría Picasso “que me pille trabajando”. La inspiración me viene trabajando. Para vivir y estar bien necesito crear. Es mi alimento. Si no lo hago estoy mal, por lo que genero cosas porque siempre estoy produciendo. No me pasa el sentarme en una silla y no tener nada que decir, porque siempre llevo varios proyectos a la vez y, por lo tanto, siempre estoy generando ideas y apuntando. Es una dinámica en la que si paras, a lo mejor te bloqueas, pero para mí es una necesidad. Nunca me ha pasado de estar mucho tiempo sin hacer nada. Además, tengo una línea de trabajo que intento seguir y que, a veces, ha cambiado porque pasa el tiempo, pero no me considero una artista genial. Soy más una corredora de larga distancia. Soy muy trabajadora, realizo mucho esfuerzo y le pongo voluntad.
– ¿Cuánto tiempo puede dedicarle a una obra?
– Una persona me dijo que tenía un problema grave porque tengo el corazón de artista y cabeza de ingeniero, y que eso me genera mucho conflictos. Yo me pongo un horario y plazos para todo, porque sino, no termino. Soy muy estricta conmigo y si ha llegado el plazo y no he terminado, pues me quedo el fin de semana trabajando o una noche entera, aunque sea para nada, pues no se lo tengo que entregar a nadie. Tengo una agenda en la que apunto todo mi trabajo y así funciono. Cuando voy a mi estudio tengo que subir una cuesta y no hay día que no la haya subido que no lo hiciera feliz, me siento bien y me alegro de haber ido. Para el último momento no dejo nada. Lo tengo que hacer con tiempo y las exposiciones están montadas un mes antes por lo menos. Por lo que reconozco que es muy difícil trabajar conmigo.
– ¿A alguna de las obras tiene especial cariño?
– Sí, le tengo cariño a todas. ‘Hormigón’, por ejemplo, me gusta mucho, pero no le tengo mucho apego a las cosas . Los cuadros me gustan cuando los creo, es decir, cuando me los imagino o el proyecto que hago me encanta cuando estoy en el proceso creativo. Cuando lo estoy haciendo disfruto y al terminar ya no es igual. Mi ilusión tiene que empezar otra vez. Lo que más me hace disfrutar es el proceso creativo, más que el cuadro pintado.
– ’La mujer araña’ es el título de una de sus obras y además, es motivo recurrente en varios formatos, como el lienzo o la instalación.
– Fue un proyecto que hice y la verdad es que me recordé un poco a Penélope tejiendo, y a Aracné encerrada en su propia maraña. Fue una etapa en la que pasé mucho tiempo sola y me obsesioné. Comencé con el cómic y luego cree una serie de pesadillas y miedos que tengo y que empecé a probarla en diferentes técnicas. Me gusta crear personajes y de hecho ahora estoy con otro. Me hace ilusión.
– ¿Son personajes que reflejan sus miedos e impresiones?
– Son propias y recogidas. Este trabajo era bastante personal. Son las historias de mis sueños y pesadillas.
– ¿Realiza obras por encargo?
– Cuando era joven y estaba en la facultad sí, pero ahora ni hablar. ¿Qué me digan lo que tengo que hacer no? ¡Eso se acabó hace mucho tiempo!
– ¿Le gustan los premios de pintura?
– Me gusta que me den premios para poder seguir trabajando e invirtiendo. Mucha gente te dice que qué vas a hacer con el premio y para mí es mi sueldo de este y de varios meses, pues en el arte no hay un sueldo estable. Pero es que en este mundo estás o no estás. No puedes decir que te tomas tres años sabáticos porque no existes y desapareces. Todo es tan fugaz que tienes que estar, aunque sólo sea para que sepan que existes. Y además, no me queda más remedio porque si tuviera una solvencia económica pues sí podría decir que paso de los concursos, pero no queda otra. En ocasiones no me gusta lo que veo, pero es lo que hay.
– ¿Y las exposiciones?
– Las exposiciones sí me gustan porque haces lo que quieres. El arte es una maravilla porque hago lo que quiero, que es lo que más me gusta en el mundo. Por eso cuando trabajaba de diseñadora gráfica en publicidad lo odiaba, pues tu trabajo dependía de lo que el cliente quisiera. En el arte haces lo que tú quieres.
– ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
– Tengo una exposición individual en septiembre en Mallorca y en 2012 en Madrid. Luego hay proyectos, como concursos y exposiciones colectivas.
– ¿Tiene algún sueño por cumplir?
– Seguir viviendo del arte. Mi sueño es que pueda seguir haciendo arte,  que tenga la capacidad, no creativa, sino económica, de seguir dedicándome a esto. Que se consolide mi trabajo y que pueda decir a veces “me lo merezco”; sobre todo, por el trabajo que realizo, la voluntad y porque le dedico muchas horas a esto.
– ¿Y ver algunas de sus obras en un museo de arte contemporáneo, como el Reina Sofía?
– Sí me gustaría porque eso supone muchas cosas, como que tienes solvencia económica y que puedes seguir. Pero uno de los sueños que se puede hacer real y que tengo es que mis obras lleguen a Asia. Sé que tienen buena apreciación porque expuse en una feria coreana. Mi proyecto a la larga es poder tener una galería en Nueva York y otra en Asia, más que en Europa. Con eso sería feliz.