Unidas Podemos en Melilla ha instado al Gobierno de Melilla, y en especial a la Consejería de Medio Ambiente, a que aplique las recomendaciones del Plan de Acción contra el Ruido de Melilla.
La formación morada recuerda que hay un Plan de Acción contra el ruido que data de 2014 y que, en 2019, el Ejecutivo actual se gastó cerca de 10.000 euros para que una empresa privada ejecutara mediciones acústicas en las distintas zonas de la ciudad, dando como resultado una contaminación por ruidos elevada.
Gemma Torres, miembro del Grupo de Coordinación de Unidas Podemos en la ciudad, detalla que las conclusiones de las mediciones son alarmantes. “En todas las zonas de evaluación se han registrado niveles de ruido globales por encima de los Objetivos de Calidad acústicas definidos para áreas urbanas. Son unas cifras que no han cambiado desde 2013, cuando se aprobó el Mapa Estratégico de Ruido de la ciudad”.
Torres asegura que encargar informes y estudios sobre el ruido en la ciudad es “un primer paso, pero no sirve de nada si se guardan en un cajón y no se aplica ninguna medida para disminuir el efecto de la contaminación acústica”.
Y es que, según Unidas Podemos, las administraciones públicas competentes o, en su caso, los titulares de las actividades o infraestructuras que más ruido generan deberían tomar medidas. “No lo decimos nosotras. Lo dicen las propias conclusiones del informe encargado por la Ciudad Autónoma. Aquellos que generan ruido deben elaborar un plan zonal específico para la mejora acústica progresiva con medidas correctoras y sistemas de control. ¿Alguien ha hecho algo?”, se ha preguntado Torres.
Focos de Ruido
Los principales focos de ruidos de la ciudad no han variado desde 2013, siendo la red viaria, el tráfico, el principal foco de contaminación acústica que afecta a un mayor número de personas y edificios expuestos a elevados niveles sonoros.
Además, según indica Torres, el ruido industrial es el segundo foco más importante. “Hablamos de la actividad portuaria e infraestructuras industriales como la planta generadora de energía eléctrica de ENDESA, la incineradora de REMESA, la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) y la desalinizadora”.
Ruido de ocio
El Plan de Acción contra el Ruido de Melilla, iniciado en 2014 y con una última actualización en 2019, aseguraba que la Ciudad Autónoma estaba redactando un nuevo Reglamento de Protección contra la Contaminación Acústica . “Va a terminar la legislatura y no sabemos nada de ese nuevo reglamento. A la Consejería de Medio Ambiente y, por extensión, a la de Salud Pública le importa poco los efectos nocivos del ruido en los melillenses”, ha criticado Torres.
Por último, desde Unidas Podemos piden a la consejera de Cultura, Elena Fernández Treviño, que no concentre todas las actividades culturales en la calle O'Donnell y adyacentes. “Está muy bien que se revitalice la zona centro con actividades culturales, pero también debe ser compatible con el descanso de los vecinos. Nos dicen que en la intersección de O'donnell y Chacel tienen lugar infinidad de eventos. Los vecinos están un poco cansados. Hay que buscar un equilibrio”, ha finalizado.
Estamos de acuerdo con Podemos en que la Conserjería de Medio Ambiente, debería de ponerse las pilas y empezar a regular y controlar los ruidos de la ciudad. Sobre todo en las madrugadas, con las velocidades y música escandalosas de vehículos en las calles y avenidas de largo recorrido. Controlen en las madrugadas los alrededores de los 24h, y verán que macro discotecas se forma en los estacionamientos de las mismas. Melilla ha dejado de ser una ciudad cómoda y tranquila , y la ciudadanía sería y responsable requiere con urgencia un mayor control de estos escándalos. Sea cual sea el partido político que gobierne, estos problemas deben de ser castigados, y máxime cuando están regulados por leyes tanto nacionales como europeas.