La oposición no dejó de quejarse de falta de tiempo para expresarse y el Gobierno de entonar su pesar por tener como adversarios a los actuales dirigentes de CpM y PSOE. En medio de un sopor insufrible, y no sólo por causa del mal funcionamiento del sistema de aire acondicionado del Salón de Plenos, se celebró ayer el último Debate sobre el Estado de la Ciudad correspondiente al presente mandato electoral.
A lo largo de la sesión, desarrollada por espacio de poco más de dos horas, el contenido resultó cansino por repetido y poco novedoso. Sólo el presidente Imbroda, en su repaso de actuaciones de su Gobierno durante el último año y anuncio de nuevas medidas en el que resta hasta las elecciones de 2011, introdujo alguna novedad en una sesión que, a causa del extremo calor y la reiteración de argumentos, concluyó con sabor agrio y sensación general de pérdida de tiempo.
Entre las novedades, la creación de una línea de microcréditos (ver más detalle en página 5 de esta misma edición) y otras medidas como “un paquete melillense” con el que activar el sector de la restauración, hostelería y agencias de viajes, que unido a un plan de choque para el arreglo de fachadas se convirtió en lo más noticiable del mismo Pleno.
De hecho, la creación de la línea de microcréditos fue la principal propuesta de una sesión, en la que la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas, en lo relativo a Melilla, también tuvo un gran protagonismo, principalmente por el interés del portavoz socialista Dionisio Muñoz de hurgar en sus porcentajes de forma distinta a la interpretación general que sitúa a Imbroda, junto al ceutí Juan Vivas, como los mandatarios autonómicos mejor valorados en toda España.
Rifirrafe
No hubo especial tensión, sí el habitual intercambio de muecas, gestos y provocaciones desde posturas aparentemente pasivas, y sobre todo reediciones de acusaciones ya conocidas como las que sostiene el presidente de CpM respecto del Gobierno Imbroda, al que tildó, una vez más, de regirse por “la crispación y la corrupción”.
Mustafa Aberchán no sólo volvió a aludir a los casos de Valenzuela, Llanos de Hidum o Isla Talleres, a pesar de que sus denuncias fueran archivadas judicialmente en algunos de los casos, sino que también reiteró sus denuncias recientes sobre un presunto intento del Gobierno local por influir en la Justicia y desvirtuar la independencia que debe regir en los jueces, mediante la colaboración del decano del Colegio de Abogados –hermano de la primera autoridad local- y la organización de cursos, jornadas y seminarios dirigidos a la judicatura y la abogacía. “Cuando yo llegué a la Presidencia de Melilla –le replicó Imbroda- ya llevaban más de cinco años organizándose por esta Ciudad Autónoma jornadas jurídicas de ese tipo”.
El diálogo, entre unos y otros, fue de sordos permanentemente. Mientras que desde la oposición se afeaba al Ejecutivo melillense falta de transparencia, opacidad, cortapisas y obstáculos constantes al quehacer de la oposición, desde el Gobierno se entonaba una y otra vez, como si se quisiera cantar la vieja copla, aquella canción de la “pena, penita, pena” que los populares dicen les provoca la oposición. “Para nosotros es bueno que sea así, nos asegura renovar victorias y que ustedes sigan perdiendo diputados en esta Asamblea. Pero para la ciudadanía, no es bueno que tengamos una oposición de pena como la que tenemos”, sentenciaba el portavoz del PP, Daniel Conesa.
Policía y otros temas
Tampoco dejaron de salir en el Pleno algunos de los viejos tics que marcan el discurso de unos y otros. Fue el caso, por ejemplo, de la intervención de Muñoz cuando reprochó al Gobierno local que una asociación que tilda de afín e impulsada por el PP, en referencia a la Comunidad Annur de Melilla, se hubiera puesto “en contra de la Policía y de parte de los que provocaron un incidente en la frontera”, al hilo del suceso que el pasado viernes motivó una queja formal de Marruecos ante España por un supuesto exceso policial contra cinco jóvenes marroquíes, residentes en Bélgica. “Estamos convencidos de que la Policía Nacional no maltrata a nadie que cruce la frontera”, le replicó el portavoz popular, Daniel Conesa, para al tiempo reiterar el apoyo del Gobierno melillense a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a los que alabó sus servicios “muchas veces sin recursos suficientes”.
Por supuesto, no faltaron tampoco las alusiones a los medios de comunicación que, en opinión del socialista Muñoz, exigen de racionalizar el gasto en publicidad institucional “mediante concurso” con carácter previo a cualquier contrato con los mismos medios, a fin, dijo, “de preservar” su papel de transmisores de una opinión “libre y plural”.
Pero, sobre todo, para el PSOE, el principal objetivo a solventar en la Asamblea es su falta de praxis democrática, de ahí que propusiera medidas para “regenerarla” en un canto común con sus socios de CpM, que al unísono y reiteradas veces se quejaron de la falta de tiempo para poder exponer sus argumentos. El Pleno, como marca el Reglamento de la Asamblea, se rigió por veinte minutos iniciales para el presidente y cada portavoz de los distintos grupos que lo componen, más diez en un segundo turno de esos mismos portavoces que, finalmente, dieron paso a una intervención concluyente de la primera autoridad local por espacio de quince minutos.