Ninguno de los cuatro ciclistas melillenses pudieron terminar cada una de las carreras en las diferentes categorías que entraron en liza.
El pasado fin de semana se disputó en Murcia los Campeonatos de España de Ciclismo en Carretera para las categorías júnior y Máster.
Para estos Campeonatos de España, Melilla ha contado con un total de cuatro ciclistas que han representado a nuestra ciudad en las categorías júnior Masculina, Máster 30 y Máster 40.
La expedición melillense, que había preparado a conciencia la prueba de carretera más importante de carácter nacional, partió con el único objetivo de intentar finalizar la prueba en cada una de las pruebas donde teníamos representantes. Objetivo que no ha podido cumplirse debido fundamentalmente a que el Alto del Santuario de la Fuensanta, el cual debía ser superado hasta en 7 ocasiones para los júnior, 6 para los Máster 30 y 5 para los Máster 40, ha sido mucho más exigente de lo que en un principio se preveía. Además, nuestros corredores se han encontrado con un enorme nivel y un gran ritmo de carrera que ha sido imposible aguantar, sobre todo por la escasez en la acumulación de kilómetros de competición en las piernas.
El primer corredor melillense en participar fue el júnior Juan Manuel Pardo, que el pasado viernes disputó la prueba contrarreloj sobre un circuito de 18 kilómetros cuyo perfil fue totalmente llano. En esta prueba de lucha contra el cronómetro, el melillense se entregó al 100% y consiguió un magnífico tiempo de 30 minutos y 11 segundos, consiguiendo una velocidad media de 35,7 kilómetros/ hora. Tiempo bastante bueno para nuestro corredor pero bastante alejado del marcado por el resto de competidores de todas las Autonomías, salvo Extremadura, Canarias y La Rioja, puesto que anduvieron en torno a los 27 minutos. Se notó que la mayoría de estos chavales son auténticos especialistas en estas pruebas ya que pasan la mayor parte del tiempo entrenándolas en velódromos.
A pesar de ello, el resultado cosechado se considera positivo de cara al próximo año, ya que Juanma Pardo será júnior de segundo año y tendrá margen de mejora.
En la jornada del sábado se disputaron las pruebas en línea para los corredores Máster 40, por la mañana, y Máster 30, por la tarde.
En la categoría Máster 40, Melilla estuvo representada por dos de sus mejores corredores, Filiberto Ontiveros y Joaquín Ledo. Ambos corredores habían realizado una puesta a punto de forma específica para estos Campeonatos y venían en mejores condiciones que el pasado año. La prueba se disputaba sobre un recorrido de 86 kilómetros, en el que se debía completar cinco ascensiones al Santuario de la Fuensanta.
En la prueba de Máster 40, tomaron la salida un total de 163 corredores pertenecientes a todas las Comunidades Autónomas. Desde el inicio de la prueba el pelotón rodó a un ritmo muy vivo, pasando muy estirado por las diferentes pedanías de la capital murciana. En los primeros compases de la prueba, justo antes de iniciar el ascenso al santuario, se produjo la primera escapada de la jornada en las que saltaron tres unidades del pelotón. Entre los tres corredores que protagonizaron la fuga se encontraba nuestro representante Fili Ontiveros. La fuga llegó alcanzar una ventaja de 8 segundos respecto al pelotón, pero en plena subida fue neutralizada puesto que los favoritos no querían sorpresas y no se permitía ningún tipo de concesiones.
La dureza del ascenso a la Fuensanta ya provocó la primera criba, quedando descolgados del pelotón un buen número de corredores. Los melillenses aguantaron aunque sufrieron de lo lindo. De hecho, Chimo perdió unos metros en la zona de bajada que le llevó a encarar el tramo llano rodando en compañía de un corredor de la Federación Madrileña, con escasas posibilidades de reengancharse. Por su parte, Fili Ontiveros se mantuvo y consiguió encarar una nueva ascensión. Sin embargo, en esta segunda subida ya quedaron descartadas las posibilidades de finalizar la carrera puesto que quedaba descolgado y posteriormente retirado por orden de los comisaros de carrera, al superar los 3 minutos su desventaja.
Y es que era tal el ritmo que se marchaba en el pelotón que, de los 163 corredores que tomaron la prueba, tan solo 54 fueron los que consiguieron finalizarla. De ahí, la enorme exigencia y el gran nivel existente en esta prueba.
A las 17:00 horas y bajo un calor sofocante, se daba la salida al Campeonato Nacional de Máster 30, donde Melilla estuvo representada por el ciclista más fuerte del momento, Santiago Montoya. El deportista melillense llegó a esta cita en un gran momento de forma. Durante todos estos meses había preparado el Campeonato de España a conciencia puesto que se celebraba en su tierra de natal. De hecho, ya había estado reconociendo el circuito, durante las semanas previas, en compañía de algunos de los mejores ciclistas de la Región de Murcia. Realmente, era la principal baza de la selección de Melilla en estos Campeonatos de España.
En esta prueba tomaron la salida un total de 168 corredores. Desde el inicio de la misma el pelotón rodó a un ritmo infernal, completamente estirado, y donde se sucedían una y otras vez las intentonas de fuga. Los Máster 30 debieron completar un total de seis ascensiones al Santuario de la Fuensanta, completando un recorrido de 103 kilómetros.
Nuestro corredor se mantuvo firme y sólido en el seno del pelotón, aguantado ese enorme ritmo que provocó una sangría de corredores pertenecientes a otras Comunidades Autónomas. Ya en la quinta vuelta, cuando tenía completados 80 kilómetros y todo parecía que Santi llegaría a meterse en la parte final de la carrera en la disciplina del pelotón, un corte al término del quinto ascenso al Santuario provocó que nuestro corredor quedara rezagado con un grupo de 20 ciclistas que en todo momento mantuvieron diferencias mínimas, de apenas 40 segundos, respecto al pelotón. Finalmente, un comisario de carrera tras tomar nota de los dorsales, decidió retirar a todos los hombres de este grupo secundario, dejándolos fuera de carrera cuando tan solo quedaba la última subida y teniendo al pelotón a tiro de piedra. Y es que lo que realmente primaba era entorpecer lo mínimo el tráfico, por lo que decidían abrir la carretera nada más pasar el pelotón.
De los 168 corredores que tomaron la salida, tan solo la completaron 71. De no haber sufrido ese corte, a buen seguro que Santi Montoya hubiera finalizado la carrera en el seno del pelotón, porque piernas, corazón y pundonor no le faltó, y lo dio todo por representar a Melilla de la manera más digna posible.