El Palacio de la Asamblea acogió ayer por la mañana el último Pleno de Control del año. Se esperaba que el del pasado 28 de noviembre cerrara el actual curso político, pero aún quedaba una sesión por celebrar, en concreto la que se tuvo que cancelar en julio de 2013. El escaso tiempo transcurrido entre el pleno de noviembre y el de ayer provocó que algunos temas se repitieran, sobre todo los referentes a paro y pobreza. No obstante, como dijo el líder de CpM, Mustafa Aberchán, el problema no es que siempre salgan a debate las mismas cuestiones, sino que existen problemas que no se solucionan, como los mencionados.
Fue una sesión bastante más hosca que las anteriores y todo apunta a que esa será la tónica habitual de ahora en adelante, principalmente a causa de la proximidad de las elecciones locales, que se celebran en mayo del año que viene.
Incluso CpM, que durante toda la legislatura ha sido el grupo que mayor nivel de entendimiento ha mantenido con el Gobierno local, está prácticamente inmerso en la precampaña electoral. Bien es cierto que la formación política de Aberchán continúa siendo la menos crítica y la que más iniciativas propone, pero poco a poco se deja entrever que la ‘tregua’ entre populares y cepemistas tiene los días contados.
La ausencia de Imbroda
Uno de los protagonistas de la mañana fue el presidente Juan José Imbroda, algo curioso, principalmente porque no asistió el Pleno, al encontrarse en el Senado, tal y como explicaron los diputados del Grupo Popular.
La ausencia del jefe del Ejecutivo no gustó a la oposición y Aberchán llegó a pedir que se suspendiera la sesión, pues apuntó que no tenía mucho sentido celebrarla si el presidente no podía responder a las interpelaciones y preguntas del resto de grupos.
A los diputados del PP no les gustó nada la postura de Aberchán, pues recordaron que ya se había avisado en Junta de Portavoces de que Imbroda no asistiría al Pleno. Daniel Conesa, portavoz de los populares, señaló que el presidente se encontraba en Madrid, asistiendo al debate de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en el Senado. Asimismo, resaltó que se había informado previamente a los grupos de la oposición, a los que se ofreció la posibilidad de celebrar el pleno este viernes, algo que rechazaron CpM, PSOE y PPL.
Marín fue un paso más allá y señaló que el reproche de Aberchán era “surrealista” e insistió en que los grupos de la oposición fueron avisados con tiempo.
El cepemista llegó a pedir que los diputados votaran si querían que la sesión se celebrara o no, algo a lo que se opuso la vicepresidenta de la Asamblea, Cristina Rivas, pues el Reglamento no contempla esta votaciones en sesiones de Control
Entre explicaciones y críticas arrancó el Pleno, pero el líder cepemista estuvo recordando insistentemente durante su turno de palabra que Imbroda no se encontraba en la sala, algo que también hicieron posteriormente los diputados de PSOE y PPL.
Dos llamadas al orden
Buena prueba de que el debate de ayer fue más tenso que en otras ocasiones es que se produjeron dos llamadas al orden, algo prácticamente inédito en lo que llevamos de legislatura y más propio de la anterior, cuando solamente estaban en la oposición CpM y PSOE.
Rivas sacó ‘tarjeta amarilla’ a Aberchán y al diputado socialista Dionisio Muñoz. En lo que respecta al primero, se empeñó en emplear parte del tiempo de la segunda interpelación en contestar a Miguel Marín una cuestión relacionada con la primera.
Rivas le pidió insistentemente que se olvidara de la primera interpelación y comenzara a plantear la segunda, pero Aberchán trató por todos los medios de replicar a Marín, a quien llegó a comparar con Chiquito de la Calzada. Finalmente, la vicepresidenta de la Asamblea le amenazó con quitarle la palabra y le llamó al orden.
Algo parecido pasó con Dionisio Muñoz, quien quiso responder a Conesa unas críticas vertidas instantes antes contra Gloria Rojas, número dos del PSOE y candidata a las próximas elecciones locales. Rivas le advirtió que si insistía en responder a Conesa le quitaría la palabra. Muñoz no dio su brazo a torcer y la vicepresidenta de la Asamblea zanjó el asunto llamándole al orden.
Quien no se llevó ninguna ‘tarjeta amarilla” de Rivas fue Julio Liarte, aunque como es costumbre protagonizó algunos de los momentos más tensos del pleno, sobre todo cuando en su segunda interpelación hizo referencia a los casos de corrupción en los que supuestamente están implicados miembros del Gobierno local.
El tono del debate fue subiendo y alcanzó su clímax cuando Liarte hizo alusiones a los puestos que ocupan familiares del Gobierno local en instituciones públicas y que podían hacer “pensar mal” a los ciudadanos melillenses, algo que también hizo Marín en su turno de palabra, al hacer alusiones a la hija del portavoz de PPL.
En resumidas cuentas, fue el Pleno más áspero del año, aunque parece que los grupos de la Asamblea seguirán esta senda a partir de ahora y la tensión subirá conforme se aproximen las elecciones de mayo. Antes de cerrar el ejercicio aún debe celebrarse la sesión para debatir los presupuestos locales, el que Gobierno y oposición volverán a medir fuerzas.
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