Este es el primer verano que Melilla dispone de una playa canina. Por ello, El Faro ha visitado la playa de Horcas Coloradas para conocer a sus bañistas y a sus mascotas. Son tan solo 25 metros los que están habilitados para que estas personas puedan disfrutar de la playa con sus amigos caninos, pero ya se han hecho usuarios muy frecuentes en esta zona de la costa.
Sergio viene con su novia y su perrita Nala para pasar un buen rato con ellas. Asegura que venir con perros a la playa es "la mejor forma que tienen ellos de desgastarse un poquito enérgicamente. En el caso de Nala, un activo border collie, venir a la playa es algo liberador. Su dueño dice que es un perro que necesita "un desgaste muy grande de energía" y en la playa al no hacer calor se pasa el rato corriendo de un lado a otro. "Aparte es también para ellos una experiencia diferente a la ciudad", explica.
Otra familia que viene casi todos los días es la de Kay, un joven boxer. Con sus dos años es un perrito de gran envergadura que necesita espacio para correr. Cristina, su dueña, cuenta que son usuarios habituales de esta zona de Horcas Coloradas desde que se abrió la playa a este tipo de público. Aunque se encuentra con Kay y su familia a medio día y se están marchando ya porque han aprovechado la mañana, revela que hay más gente que prefiere venir a la playa por la tarde, a partir de las 16:00 horas.
Por otro lado, Íñigo es otro de los bañistas que se atreve a hablar ante cámara, y cuenta que tiene una perrita llamada Coco. Aunque hoy ha venido con ella, cuenta que la trae dos o tres veces por semana. "Si ella se lo pasa bien, nosotros también, porque venimos por ella", asegura.
Ha venido a pasar la mañana con amigos, entre ellos está la dueña de Dona y Cai (su nombre viene en honor a la ciudad de Cádiz; de hecho, el buen andaluz con acento llama así a esta ciudad). Son dos divertidos perros de agua que se pasan el rato jugando entre ellos y sus amigos humanos, corren en la arena y se zambullen en el mar.
En cambio, Sergio revela que traían a Nala a Horcas Coloradas desde hace ya un tiempo, aunque había problemas con la ley de costas a la hora de traer a su perro a la playa. "Ahora que no nos dicen nada venimos bastante más", cuenta.
Ellos vienen mucho en los días de diario, ya sea por la tarde o por la mañana; sin embargo, cuando más se dejan caer por esta zona costera es en los fines de semana, ya que esos días son para disfrutar con su mascota. "Igual que nosotros disfrutamos de la playa por las tardes en La Hípica, pues ellos disfrutan aquí", comenta antes de tirar una pelota al agua que su perrita trae tras haberse lanzado al agua enérgicamente.
Al contrario de lo que nos contaba Cristina, según este bañista dice que es más habitual ver a más gente los fines de semana por la mañana. Además, Sergio señala que suele haber más gente que se deja caer en esta zona de la playa que en la que no están permitidos los perros, aunque señala que este sábado el viento deja un poco complicado encontrar a mucha gente.
La mar esta picada y también aquellos valientes que se atreven a lanzarse al agua salen de forma inmediata porque el aire de poniente viene un poco más fresco de lo habitual. "Nosotros que somos súper aventureros, venimos", expresa contento.
Como siempre suele haber críticas a la presencia de animales en las playas, los bañistas con perros sostienen que en ocasiones quienes más ensucian no son los canes. Para los bañistas de esta playa canina está bastante limpia y es que ellos mismos se preocupan para que esté así. Por lo menos para la seguridad de sus mascotas, ya que pueden coger del suelo huesos de otros animales muertos como gaviotas que acaban en esta orilla e incluso de otros animales, ya que la gente viene a esta playa también a hacer moragas y de las barbacoas pueden dejarse basura, restos y huesos.
El dueño de Nala, Sergio, dice que la gente está equivocada. "Tienen miedo de las cacas de los perros, de los pipís, pero yo creo que el 90% de los dueños de perros vienen con sus bolsitas y se lo llevan y el que no, como es nuestro caso que nos hemos encontrado alguna caquita, la hemos quitado nosotros", asevera.
Señala además que esta playa canina por lo general está limpia, aunque cree que hace falta un poco más de mantenimiento. Sobre todo los fines de semana, ya que los equipos de limpieza están de descanso, de modo que se pueden encontrar muchas algas en la orilla.
íñigo, por su parte, también sostiene que "los más guarros somos los humanos" ya que toda la suciedad la producimos nosotros. "Los perros no son los guarros, son los dueños en todo caso", asegura. Señala que las playas de Melilla "están fatal" aunque haya gente limpiando; sin embargo, espera que todo vaya a mejor. Le gusta la zona de Horcas Coloradas para venir con los perros, a pesar de que le gustaría que ampliasen ese espacio. "La zona está bien pero siempre se puede mejorar", declara.
Disponer de una playa canina ya era una antigua demanda de los melillenses que ya disponen de un espacio para poder disfrutar del verano junto a sus mascotas. Estas últimas disfrutan recorriendo ese espacio que se ha habilitado para ellos. Se lanzan al agua para librarse del calor y vuelven a salir dando zancadas a saludar a sus amigos tanto humanos como caninos.
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