El pasado miércoles tuvimos la ocasión de conocer el programa de trabajo que la consultora TRAGSATEC –por la ‘módica’ cantidad de 600.000 euros– ha preparado para que dentro de varios meses el Gobierno nos diga cual va a ser el futuro de Melilla al igual que el de Ceuta.
De entrada, nos han comentado muy brevemente –según las propias palabras de doña Marta Cabrerizo– el ‘Documento de Caracterización y Diagnóstico para la Ciudad de Melilla’ con su DAFO correspondiente –como se debe esperar de una consultoría estratégica– y que –como era de esperar, también– no aporta nada que no supiéramos ya pues se pusieron de manifiesto por escrito en las conclusiones del Plan Estratégico 2020–2029 fruto del trabajo de un amplio número de agentes sociales, económicos e instituciones de la Ciudad Autónoma de Melilla y de otras entidades (Universidades de Granada, Sevilla y Málaga, Agencia Tributaria) y otros Departamentos de la Administración General del Estado. Ahora, desde TRAGSATEC, se va a invitar a participar en unas encuestas tanto a las administraciones locales como a los agentes sociales. Este trabajo ya se hizo hace meses y mucho me temo que va a ser una pérdida de tiempo más pues la triste realidad socioeconómica de ambas Ciudades Autónomas sigue siendo la misma o peor, lamentablemente.
Voy a aprovechar el reportaje publicado el pasado domingo en El Faro de Melilla sobre la empresa Envasadora Purosol para poner de relieve alguna de las carencias –y cómo se pueden solucionar– y algunas ventajas de nuestra Ciudad y en qué es lo que debería emplear TRAGSATEC el tiempo de sus expertos y el dinero recibido:
Materia prima y transportes. Ya sabemos antes de que lo “certifique” TRAGSATEC que no hay materias primas en Melilla. Por tanto, esta empresa las trae de otros lugares más o menos lejanos. Cierto que no ya operan líneas de portacontenedores en Melilla, pero una operadora logística de esta ciudad –nuestra empresa familiar– le ha aportado las soluciones para poder traer los contenedores desde cualquier parte del mundo y enviar sus productos ya procesados a donde quiera. Así de fácil, le llegan los anacardos en contenedores desde Costa de Marfil. Lamentablemente, el coste de los transportes marítimos es muy alto –y más desde hace meses– y no tiene ningún tipo de bonificación y eso –por desgracia– no lo podemos solucionar las empresas logísticas. Espero que TRAGSATEC aporte las soluciones y las medidas legislativas necesarias para resolver este gran problema: el alto coste de los transportes de mercancías y pasajeros. La extra territorialidad está contemplada y apoyada financieramente por la UE y habría que conseguir que Melilla y Ceuta fuesen asimiladas a las regiones ultraperiféricas. A ver si ellos indican quién y cómo lo puede conseguir.
Personal. Era un problema la falta de formación del personal para poner en marcha la industria del procesado de los anacardos. Problema solucionado gracias a la formación de jóvenes sin experiencia alguna a través de Promesa. Supongo que TRAGSATEC propondrá una mayor inversión en formación de forma que no se vuelvan a perder los casi 5 millones perdidos en cursos para desempleados por una pésima gestión de la Dirección provincial del SEPE en Melilla en los últimos dos años. En este punto, no confiamos mucho en que nos devuelvan esos fondos perdidos, ni siquiera en que se gestionen bien los que vengan por la Administración responsable.
Fiscalidad. Las bonificaciones en las cuotas de la seguridad social y en los impuestos sobre la renta y de sociedades es una de las ventajas que han decido al empresario Javier Gómez a invertir en la ciudad en vez de hacerlo en cualquier otro punto de la península con costes de transportes mucho más bajos. También resaltar la facilidad otorgada por la Oficina de Gestión del IPSI para no tener que desembolsar el IPSI a la importación de los anacardos ya que el nuevo producto y sus residuos van a ser exportados. Es una de las ventajas de ser Territorio Franco equivalente a una Zona Económica Especial. Si nos convirtiéramos en una ZEE se podría aprovechar su creación para dotar a la misma de más ventajas fiscales. Espero que TRAGSATEC proponga esta solución al Gobierno que le ha contratado y que las actuales bonificaciones se incluyan definitivamente en un nuevo Régimen Fiscal para que no puedan ser anuladas por el Ministerio de Hacienda a través de los PGE o ‘colarlas de rondón’ en cualquier otra Ley como suele hacer este Gobierno cuando le interesa. También debería proponer la modificación del actual IPSI para que deje ser un impuesto arcaico y nada neutral en las distintas fases y con tipos impositivos más bajos aún que los actuales para ciertas importaciones y algunos servicios.
Unión aduanera
Ningún problema representa para esta empresa y su desarrollo el estar fuera de la Unión Aduanera. Sus productos originarios de terceros países, tras su proceso, van a seguir siendo considerados como de terceros países, pero no van a pagar aranceles comunitarios cuando se envíen a la Península o a otro país de la UE porque este producto no está sujeto a arancel. ¿Qué tiene que hacer trámites aduaneros a la llegada a Melilla y a la salida hacia la Península? Pues claro, como los tendría que hacer si entramos en la UA manteniéndonos –como se ha dicho– fuera del territorio de aplicación del IVA que es lo que algunos pretenden con el único argumento de “ser más España y más Europa”. La solución que ha buscado esta empresa es encargar las declaraciones aduaneras al mismo operador logístico que le gestiona el transporte de la mercancía. TRAGSATEC, por su parte, debería poner negro sobre blanco la ventajas e inconvenientes de entrar en la Unión Aduanera y/o proponer la mejora concreta de las actuales Reglas de origen en caso de seguir fuera de la UA y –como poco– analizar con detalle qué productos de terceros países pueden ser transformados aquí para obtener el ‘origen Melilla’ y quedar exentos de los aranceles comunitarios. ¿Tendrá tiempo, expertos y dinero para ello?
Hay otros grandes problemas en Melilla que, aunque no afectan a esta nueva industria directamente, deberían poder ser solucionados con las medidas que proponga TRAGSATEC en su Plan Estratégico: el paro endémico, la sanidad y los servicios públicos, el aseguramiento del abastecimiento de agua potable y el suministro energético menos contaminante, el tratamiento de los residuos orgánicos e inorgánicos, la falta de suelo urbanizable, etc. La cuestión de la defensa de la Frontera Sur de Europa y las consecuencias de la inmigración irregular que sufrimos a expensas del capricho de Marruecos –como bien ha señalado la delegada del Gobierno en Melilla en su intervención– es una demanda de los empresarios para tener una “frontera fluida y segura” y que, por cierto, iba a arreglar el PSOE en cuanto llegara al poder, pero sigue estando igual o peor que el año 2018. Por ello, sobre todo, el Plan Integral –anunciado hace ya demasiados meses – debe generar esperanza en un futuro mejor y alejado de la actual incertidumbre sobre el mismo. Tendremos que esperar aún al verano para ver el fruto del trabajo encargado el pasado septiembre a la consultora y la voluntad del Gobierno de España para ponerlo en marcha sin más dilación. Menos palabras y estudios, por tanto, y más hechos que es lo que necesitamos.