Opinión

El Plan Estratégico de Melilla: luces y sombras

¿A quién se le ocurre programar la aprobación del Plan Estratégico de Melilla el mismo día que estaba previsto que el cantante David Bustamante llegara a la ciudad para hacer una campaña de Turismo?

Por la agenda que debe tener el artista es improbable que haya improvisado su visita a Melilla, así que o nuestros políticos además de no hablar entre ellos no leen la prensa o directamente algo aceleró la presentación de un documento que llevábamos esperando desde hace tiempo.

No sabemos si hubo intencionalidad, pero si la hubo, nos encantaría saber quién le pisó el callo a quién. El caso es que el cantante y la sonada ausencia de la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, han opacado un momento que debería haber sido el más importante de la ciudad, después de la aprobación de los Presupuestos.

Vamos por parte: si el Gobierno central apoya al 100% el Plan Estratégico, como dice Gloria Rojas, ¿por qué la delegada no estuvo en la presentación de este miércoles? ¿Qué otra cosa puede haber en Madrid más importante que la aprobación del Plan Estratégico de Melilla para los próximos 10 años?

Si se quería sacar el Plan Estratégico con el consenso de todas las fuerzas políticas ¿por qué el PP (el partido más votado de Melilla) tuvo voz, pero no voto a la hora de aprobarlo? ¿De verdad creen que ellos habrían aprobado un plan que suprime la ampliación del puerto, que es su proyecto estrella desde hace muchísimos años?

¿Por qué si el Plan Estratégico de Melilla es plurianual, pensado a largo plazo, no se contó con el principal partido de la oposición en Madrid para evitar que un cambio en la Moncloa nos deje tirados como una colilla sin la parte del dinero que Ejecutivo central debe poner para que esto salga adelante?

¿Por qué la vicepresidenta del Gobierno, Gloria Rojas, da una rueda de prensa antes de la presentación del Plan Estratégico y suelta el bombazo de que el Congreso del PSOE se celebrará los días 10, 11 y 12 de diciembre? ¿Cómo es que el Plan se ha aprobado por consenso y antes de presentarlo Rojas confesó a la prensa que en líneas generales le gusta, pero que hay alguna medida que no le convence?

Si se hubieran puesto de acuerdo, seguramente no habrían conseguido cometer tantos errores de comunicación en un solo día. Eso por no hablar de la convocatoria a la prensa, a primer ahora de la mañana, en la que no se dijo nada nuevo y hubo que hacer virguerías para sacar un titular tirando del llamamiento a la unidad, cuando ni entre ellos mismos se soportan. Sólo hay que ver las fotos del desayuno: ni un solo gesto de complicidad, ceños fruncidos, caras largas… Pero en fin. Hay que reconocer que hicieron el esfuerzo que les exigíamos. El tripartito ha sacado adelante el proyecto, aunque, de momento, no está respaldado con dinero contante y sonante.

Es lo que estábamos reclamando todos y el Gobierno de Melilla, a pesar de sus diferencias, ha conseguido poner de acuerdo a patronal y sindicatos. Se dice rápido, pero no es fácil y lo han conseguido.

Dicho esto, vamos a celebrar que, por fin, hay un Plan Estratégico aprobado en Melilla. Nos puede gustar más o menos. Pero tenemos un plan.

¿Qué me gusta? Que ya tenemos una hoja de ruta. Entendemos que todos queremos lo mismo: lo mejor para Melilla, y ahora hay una mayoría en el Gobierno que está de acuerdo en el camino a seguir para cambiar nuestro modelo productivo.

El Plan Estratégico es un documento extenso (236 páginas) y habrá que analizarlo con calma. Quienes ya lo han revisado a fondo creen que sienta las bases sobre arenas movedizas porque las proyecciones económicas se han realizado atendiendo a los datos económicos de 2016 a 2019 que, evidentemente, la pandemia ha puesto patas arriba.

Pero por otra parte, tranquiliza saber que detrás de este estudio hay gente con la cabeza bien amueblada que tiene muy claro lo que hay que hacer para cambiar el rumbo.

Me ha llamado la atención que nos planteamos una relación con Marruecos complicada. Tengo la sensación de que sólo nos interesan los turistas marroquíes “con capacidad adquisitiva suficiente”, pero se nos olvida que estamos pegados al Rif, una de las zonas más pobres de Marruecos.

Me gusta que nos propongamos atraer a esa clase media marroquí ofreciéndole servicios de educación, salud y compras. Lo de las ofertas de ocio, lo veo difícil, pero oiga, si nos lo proponemos, ¿por qué no? El caso es que no soy la única, hay incluso quien bromea y asegura que hay más movimiento cultural en Farhana que en Melilla.

Creo sinceramente que hemos dado un paso importante. Estábamos perdidos en el diagnóstico de la situación y ahora hay un estudio sólido sobre la mesa, un proyecto rico en el que han colaborado todos y que, espero que no esté cerrado a mejoras.

Pedíamos un Plan Estratégico y ya lo tenemos. Hay quien cree que es el Plan de Aberchán. Yo quiero creer que es el Plan de Melilla. Como decía hace unos días, algo es mejor que nada. Ahora falta lo más importante, el dinero para ponerlo en marcha.

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