Arte Más de 40 pintores retrataron ayer las diferentes imágenes que las calles, playas y monumentos ofrecen a los melillenses y turistas que visitan la ciudad. Algunos por primera vez y otros que ya han visitado antes Melilla a raíz de este certamen de pintura rápida se vieron embargados por la belleza de la luz que reina a cualquier hora del día en este rincón de España. Al óleo, con acrílicos, con acuarelas o con una técnica mixta, estos artistas dieron rienda suelta a su destreza con los pinceles.
Más de 40 artistas se distribuyeron ayer por las calles, plazas, parques y playas de Melilla para retratar en unas horas las estampas más identificativas de la ciudad. El objetivo era ganar el VIII Certamen de Pintura Rápida Ciudad de Melilla que comenzó a las 11:00 y finalizó con la entrega de las obras, por parte de los pintores, a las 18:00 horas en el Hospital de la Cruz Roja.
Este año los artistas que han participado podían elegir el tema de sus cuadros, lo que aportó mayor libertad a las mujeres y hombres que lienzo en mano buscaron a primera hora de la mañana dónde colocar sus pinceles para dar rienda suelta a su técnica artística.
El parque Hernández, El Pueblo, el centro modernista, la plaza de España y el puerto fueron algunas de las imágenes que atrajeron la atención de estos participantes.
‘El Faro’ charló con algunos de ellos y aseguraron que la luz de Melilla es una de las ventajas de esta ciudad, además de poseer numerosos rincones hermosos y que permiten ser pintados sobre un lienzo. Además, confirmaron que las ayudas que ofrece la Ciudad Autónoma a través de la Consejería de Cultura son un aliciente para poder visitar Melilla y participar en un concurso como éste.
Entre las técnicas más utilizadas estuvieron el acrílico, el óleo y las acuarelas. Aunque otros artistas optaron por mezclaralas sobre sus lienzos.
Esta actividad cultural no sólo atrajo a pintores, sino también al público que se paraba con cada artista para preguntarle sobre su obra.
En ensanche modernista... por el pincel de Franchu Medialdea
Este joven de Jaén cogió el barco en Málaga para llegar a participar en este certamen de Pintura Rápida de Melilla. No conocía la ciudad y en cuanto a la oportunidad que se les brindaba para visitarla mientras participaba en este concurso comentó la importancia de recibir una beca para sufragar los gastos de este viaje.
Era la primera vez que estaba en Melilla y conoció este concurso a través de un amigo que ya ha ganado en ediciones anteriores este certamen.
Su pintura recogió el enlace entre la Plaza de España y la avenida Juan Carlos I con una combinación entre el acrílico y el óleo.
Entre luces... con las acuarelas de Loli Lucas
Para la Loli Lucas ésta es la tercera vez que participa en el certamen, el cual conoció a través de un compañero pintor como ella. Ella es de Almería y llegó a la ciudad con parte de los componentes del Grupo de Acuarelistas de Almería.
De la experiencia de años anteriores comentó que le encanta la ciudad por la luz y porque le atrae la diversidad de gente que pasea por sus calles.
Su espacio elegido fue entre las sombras de las buganvillas frente a uno de los edificios de la avenida de la Democracia.
En primer lugar realizó un boceto de las líneas que deseaba marcar en su lienzo y más tarde lo completó con los colores de sus acuarelas.
Paula Castel Ruiz pintó al óleo... el edificio antiguo de Correos
Esta joven estudiante viajó de Granada a Málaga para llegar por primera vez a este certamen de Pintura Rápida.
Ella recibió una de las ayudas que ofreció la Consejería de Cultura para los pintores foráneos. En este sentido, aseguró que en caso contrario, no hubiera podido costearse el desplazamiento y el hotel de este viaje.
Paula Castel Ruiz ya había estado en Melilla antes, por lo que optó por retratar el antiguo edificio de Correos. Así, indicó que siempre le había llamado la atención y al haber temática libre en el concurso decidió plantar sus lienzos y sus pinturas frente al Kursaal para retratar esta imagen. Castel pintó al óleo, una técnica que prefiere por encima de todas.
Diego Fernández, un experto... en retratar la belleza de Melilla
Este artista lleva varios años participando en este certamen y siempre vuelve. No en vano ha ganado dos primeros premios y una vez quedó segundo.
Diego Fernández es de Huelva y llega a Melilla desde la ciudad de Gijón. Aseguró que le encanta la ciudad y que siempre se le ha acogido con mucho cariño.
El ambiente, la luz, los edificios y la diversidad de gentes de Melilla son los aspectos que más le gustan de esta ciudad.
Su elección fue pintar el inicio de la avenida Juan Carlos I desde la posición de Enrique Nieto.
¿Por qué elegir este espacio? Fernández comentó que en ocasiones anteriores las normas del concurso marcaban qué se debía pintar, pero este año al ser una temática libre le daba opción a recoger con su pincel una realidad que le atraía desde el primer momento que conoció Melilla, como es el inicio del ensanche modernista.
Por otro lado, comentó que había sido beneficiario de una de las becas que proporcionaba la Consejería de Cultura, y que se alegraba de iniciativas como ésta, pues permitían a los artistas conocer una ciudad que sería complejo venir a visitarla por su lejanía y por el precio alto de los transportes.
Las luces del Paque Hernández bajo la mirada... de Mari Durá
Esta joven conoció el certamen a través de otros compañeros pintores y es el primer año que viene a Melilla para concursar, siendo una de las beneficiarias de la ayuda que da la Consejería de Cultura.
Al no conocer Melilla paseó por los alrededores del Hospital de la Cruz Roja hasta que topó con el parque Hernández. Fue entre las fuentes y la vegetación donde Mari Durá instaló sus pinturas y comenzó a dar las primeras pinceladas. Además, se vio sorprendida por la luz de la ciudad.
El puerto con pigmentos... naturales de Pablo Rodríguez
El pintor Pablo Rodríguez conoció la existencia de este certamen a través de unas páginas de Internet. Una de las ventajas de este concurso es la ayuda que presta la Consejería de Cultura con el pago del hotel y el transporte, ya que muchos artistas no podrían permitirse este viaje sin esta especie de beca, tal y como explicó.
Su lienzo fue tiñéndose de acrílicos y pigmentos naturales a los pocos minutos de llegar hasta un lugar poco habitual para los pintores, la pequeña plaza que está situada entre las Torres del V Centenario y el Club Marítimo. Desde esta perspectiva, Rodríguez comenzó a pincelar el puerto de Melilla. Una imagen que le cautivó y por la que optó para su participación en este concurso.
Era la primera vez que venía la ciudad y su impresión fue muy grata, pues no sabía de la belleza de Melilla.
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