Un hombre acusado de un delito contra la salud pública no se presentó al juicio que ayer se celebró en el Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla, pero se enfrenta a una pena de un año de prisión, que es lo que pide la Fiscalía, por intentar embarcar en el puerto con destino a la península con dos kilos de droga adosados a su cuerpo, en el argot ‘enfajada’. Dada la pena solicitada por el Ministerio Fiscal, menos de dos años de prisión, el juicio se celebró en ausencia del acusado. Por este delito, la pena máxima es de tres años de cárcel. El caso quedó visto para sentencia.
Dos de los tres agentes del Cuerpo Nacional de Policía que intervinieron en la identificación, cacheo y detención del procesado declararon, a través de videoconferencia, que el 13 de febrero de 2010, durante el embarque en la Estación Marítima, identificaron al joven A.A. de 28 años. Al percatarse de cierto estado de nerviosismo del joven procedieron a su cacheo superficial detectando que bajo la ropa llevaba “un bulto” pegado al cuerpo. Se trataba de tres placas de hachís de casi dos kilos de peso.