Un joven se enfrenta a una posible condena de cinco años de prisión por ser el presunto autor de un delito de robo con violencia. La fiscal sostiene en su escrito de acusación que propinó un puñetazo en la cara a una menor, a la que le robó el teléfono móvil. El acusado, sin embargo, sostuvo ayer en el juicio que él no pudo cometer dicho robo porque ni siquiera se encontraba en la ciudad, ya que entonces vivía en Málaga.
Los hechos que se plantearon ayer ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla tuvieron lugar el 11 de febrero de 2015, sobre las 15:30 horas, en el Paseo de Ronda de la ciuda. “Yo pasé ese año entero en Málaga con una novia con la que vivía”, sostuvo el procesado. El joven aseguró que las veces que venía a Melilla era para visitar a su madre y no para pasar el tiempo en la calle.
Por otro lado, el encausado manifestó en el juicio que la letrada que se le asignó en el Turno de Oficio no volvió a ponerse en contacto con él desde que pasó a disposición judicial. En este sentido, se quejó de que no hubiera hecho nada por su defensa, de la que finalmente se encargó otro abogado. Éste hizo saber al juez que se había denunciado a la letrada de oficio por deslealtad profesional. “Debería haber trabajado para acreditar que el acusado se encontraba en Málaga, como él le manifestó”, expuso ante el magistrado.
No recuerdan al ladrón
La víctima del robo, que en el momento de los hechos era menor de edad, prestó declaración a través de una videoconferencia. La joven recordó que aquel día se encontraba con una amiga. Estaba sentada y tenía su móvil encima de la pierna. Entonces, se acercaron dos muchachos e iniciaron una conversación con ellas. Repentinamente, uno de los chicos le cogió el teléfono móvil y salió corriendo. La denunciante los persiguió y consiguió alcanzar al que le había quitado el dispositivo. “Lo agarré y él me dio un puñetazo en el oído”, testificó. La joven, que pudo ver al encausado a través de la pantalla de la videollamada, señaló que no estaba segura de que el procesado fuese la misma persona que le robó el móvil y le propinó un puñetazo. “No lo recuerdo muy bien”, explicó. No obstante, apuntó que tras el robo sí pudo reconocerlo en comisaría a través de fotografías.
Un testigo de los hechos tampoco supo decir si el acusado era la persona que llevó a cabo el robo con violencia hace algo menos de tres años. “Lo único que hice fue avisar a la Policía”, expuso.
El caso ha quedado visto por el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla para dictar una sentencia.
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