La fiscal reclama una pena de dos años de prisión para un acusado de robo con fuerza en las cosas. Según se relata en el escrito acusatorio, el individuo forzó la persiana metálica de una cafetería de la ciudad en septiembre de 2013. El establecimiento tenía cámaras de seguridad, lo que sirvió de prueba a los Policías para identificar al procesado.
El juicio se celebró este martes en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, a pesar de que el encausado no acudió a la vista. Esto es posible cuando la pena que solicita la acusación no supera los dos años de cárcel. De ser superior, el juicio se habría tenido que suspender.
Los hechos llevados ante la juez tuvieron lugar en la madrugada del 10 de septiembre de 2013 en una cafetería situada en la calle General Villalba, en el Real.
Versión policial
Según declararon los agentes de la Policía Nacional, se solicitaron las grabaciones de las cámaras de seguridad al propietario del establecimiento y, durante el visionado, reconocieron al procesado como el autor del delito.
El primer policía que testificó aseguró que no tenía “ninguna duda” de que el acusado era la misma persona que aparecía en las grabaciones. Su compañero apuntó que el encausado era “una persona conocida por nosotros”, refiriéndose a la Policía. Asimismo, coincidió en que no cabía duda alguna en el reconocimiento de hombre tras el visionado de las imágenes.
Drogodependencia
El letrado de la defensa preguntó a los dos agentes si, como se dejó constancia en el informe policial, eran conocedores de los problemas con la droga del acusado. “En el mismo se dice que esta persona es drogodependiente y que por eso roba”, insistió el abogado. Ninguno de los policías recordaba haber reflejado tal afirmación en el documento.
Tras las declaraciones, la representante del Ministerio Fiscal solicitó una sentencia condenatoria para el acusado por un delito de robo con fuerza en las cosas. Además de dos años de prisión, reclamó el pago de 440 euros para compensar los daños en la persiana metálica y en la caja registradora, además del dinero sustraido.
El letrado, por su parte, pidió la absolución de su cliente. Según defendió, el hombre captado por las cámaras de seguridad aparece con una capucha y no se le puede ver el rostro. Además, insistió en que para que las grabaciones supongan una prueba directa, tienen que ser visualizadas por la propia juez.
Al finalizar la exposición de las conclusiones, la magistrada declaró que el caso había quedado visto para dictar sentencia.
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