El acusado alega legítima defensa al recibir un puñetazo de un marroquí en la frontera de Beni Enzar.
La causa contra un guardia civil de Melilla por un supuesto delito de lesiones quedó ayer vista para sentencia tras la celebración de la vista oral en la Sección 7º de la Audiencia Provincial de Málaga en Melilla. La Fiscalía pedía 10 meses de prisión para el agente de la Benemérita por presuntamente asestar un golpe a un ciudadano marroquí en la frontera de Beni Enzar por el que tuvo que ser atendido por los servicios sanitarios y recibir seis puntos de sutura en la cabeza.
La defensa del guardia civil solicitó la absolución de su defendido al considerar que no se ha probado que el agente propinara un golpe al supuesto agredido en la cabeza y que, en todo caso, en la trifulca el acusado se defendió de los puñetazos recibidos por el ciudadano marroquí.
Interrogatorio al acusado
El guardia civil acusado, A.M.B., relató los hechos sucedidos el 9 de febrero de 2012. Patrullaba, junto a dos compañeros, en las inmediaciones de la Plaza de España, cuando fueron requeridos por un grupo de congoleños que estaban manifestándose en esas fechas. Los inmigrantes le pidieron ayuda porque un ciudadano de nacionalidad marroquí en evidente estado de embriaguez les estaba increpando.
Para evitar una trifulca, los agentes de la Benemérita ofrecieron a R.A. acercarle a la frontera, retirándole una bolsa con varias latas de cerveza, según testificó el guardia civil ante el tribunal. Una vez llegados a la frontera de Beni Enzar, A.M.B. acompañó a R.A. al paso fronterizo y de tener una actitud “tranquila” comenzó a “insultarme, escupirme y tirarme el pasaporte a la cara”. Sus compañeros acudieron al aseo, por lo que había ido él solo a acompañar al ciudadano marroquí a cruzar el paso fronterizo.
En medio de la trifulca, según afirmó A.M.B., recibió un puñetazo en la cara, momento en el que el guardia civil utilizó su “defensa de dotación”, esto es, una porra de goma, con la que le propinó un primer golpe en una pierna para intentar reducir la agresividad de R.A. Sin embargo, el ciudadano marroquí continuó insultando y en un segundo intento de darle otro puñetazo, el guardia civil asegura que le dió un nuevo golpe en el hombro izquierdo.
R.A. se alejó de la frontera para volver unos diez minutos después con una hemorragia en su oreja izquierda. En ese momento, los agentes de la patrulla de la Guardia Civil que le habían trasladado a la frontera fueron los mismos que llevaron a este ciudadano a los servicios sanitarios para que le atendieran. Los facultativos dieron seis puntos de sutura a R.A., según destacó la fiscal en la sesión de ayer.
El acusado quiso dejar claro en todo momento que nunca asestó un golpe en la cabeza a R.A. y la defensa puso de relieve que tras la trifulca el agredido no se quejó de un dolor ni se puso la mano en la cabeza, por lo que en su alegato final el abogado manifestó al tribunal que no se había probado que su defendido fuera el que le diera un golpe directo.
El Ministerio Fiscal preguntó al acusado y a los tres testigos citados, también guardias civiles, si en algún momento el ciudadano marroquí les manifestó que quería entrar en Melilla para comprar unas medicinas y les enseñó unas recetas que se encontraron entre sus pertenencias. Los cuatro interrogados dijeron desconocer la existencia de tales recetas médicas, pues R.A. no se las mostró en ningún momento durante los hechos acaecidos.
Declaración de los testigos
Los dos compañeros de patrulla del acusado y un guardia civil que estaba apostado en la frontera de Beni Enzar el 9 de febrero de 2012 y que vio lo ocurrido fueron los siguientes en comparecer en el juicio.
Los guardias civiles que, junto con el acusado, estaban ese día haciendo el servicio de Seguridad Ciudadana y recogieron a R.A. para llevarlo a la frontera confirmaron la versión del acusado hasta la llegada al puesto fronterizo. El único que vio parte de la pelea entre A.M.B. y el ciudadano marroquí fue otro agente de la Benemérita quien aseguró que R.A. propinó un puñetazo a su compañero y que éste respondió con la porra de goma en la zona del brazo izquierdo.
Este testigo aseguró que tanto el acusado como el marroquí supuestamente agredido caminaban “tranquilos” hasta llegar a tierra de nadie, donde, afirmó, muchos ciudadanos marroquíes se “envalentonan” y cambian su actitud a una más agresiva.
Ni el agredido ni su abogado comparecen
Tras las declaraciones del acusado y los tres testigos citados, el tribunal se retiró a deliberar para tomar una decisión sobre el procedimiento ante la no comparecencia del supuesto agredido, R.A., y de su abogado defensor.
Ni uno ni otro acudió a la vista oral de ayer al no poder ser localizados para notificarles la citación judicial, según explicó la Fiscalía durante la vista. El supuestamente agredido, al no asistir al juicio, fue declarado en rebeldía por el tribunal tal y como establece el artículo 496 de la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil.
Así las cosas, el tribunal comunicó al Ministerio Fiscal su decisión de considerar en su resolución final únicamente la causa contra el guardia civil por supuesto delito de lesiones, emplazando a la fiscal a intentar localizar al ciudadano marroquí agredido o a su abogado defensor con objeto de que su causa pueda ser juzgada, pero en este caso por un juzgado de lo Penal.
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