Un individuo se enfrenta a dos años de prisión y a una orden de alejamiento de cinco años por ser el presunto autor de un delito de violencia de género. Según sostiene la Fiscalía en su escrito, el hombre amenazó de muerte a su mujer. “Cuando llegue a casa te voy a matar; te voy a dar una paliza y te voy a mear encima”, fue lo que le dijo, según la acusación. Presa del pánico, la víctima escondió todos los cuchillos de la casa. Sin embargo, el encausado consiguió encontrar uno, por lo que la mujer cogió a su hijo pequeño y escapó asustada de la vivienda, según la fiscal. La víctima acabó refugiándose en el centro de día de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer, ubicado en la plazoleta de Enrique Nieto.
Estos hechos tuvieron lugar el 29 de julio de 2016, sobre las 13:30 horas. El juicio se celebró ayer en la sala del Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla en ausencia del encausado, ya que no compareció, pese a haber sido citado en tiempo y forma.
La víctima, por su parte, se acogió a su derecho a no declarar. Es el artículo 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal el que contempla la dispensa de los testigos a declarar en contra de personas acusadas con las que hayan mantenido una relación sentimental.
Las auxiliares del centro
Dos trabajadoras del centro para enfermos de alzhéimer testificaron en la vista. Según expusieron, la mujer entró con el hijo muy nerviosa. Llegó corriendo y llorando, gritando que su marido le perseguía con un cuchillo porque la quería matar.
Las auxiliares pusieron de manifiesto que la mujer se encerró en un almacén y que no se atrevía a salir. Según señalaron, ni siquiera quería salir cuando llegaron agentes de la Policía Nacional por miedo a que su marido apareciera y le hiciera algo a ella o al niño.
Detienen al hombre
Esto último fue confirmado por uno de los policías que intervino tras recibir el aviso del centro de alzhéimer. “La mujer estaba muy asustada”, recordó. Según señaló el funcionario, él y sus compañeros tardaron unos dos o tres minutos en convencer a la mujer para que saliera del almacén en el que se había refugiado con su hijo.
Al respecto, explicó que uno de los agentes calmó a la mujer, mientras otro trataba de tranquilizar a los usuarios del centro por el alboroto que se había formado.
Por otro lado, el policía señaló que esa misma mañana detuvieron al acusado después de que las auxiliares del centro avisaran a los agentes de que el hombre estaba en la plaza frente al edificio. Aclaró que el procesado no portaba ningún cuchillo cuando lo vieron y que no mostró resistencia a ser detenido por los funcionarios.
Tras escuchar todas las declaraciones, la Fiscalía solicitó una sentencia condenatoria para el procesado, ya que consideró que había quedado debidamente acreditada la acusación. Además de los dos años de cárcel, reclamó una orden de alejamiento para que el individuo no pudiera comunicarse ni acercarse a su mujer a menos de 200 metros durante cinco años.
La defensa, por su parte, insistió en que el hombre debía ser absuelto, ya que no se le encontró el cuchillo con el que supuestamente amenazó a la mujer.
La juez tendrá que decidir.
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