Díaz de Otazu: “Para que las pequeñas ciudades sean prósperas, debe serlo también España”

El diputado por el PP de Melilla en el Congreso, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, asegura a El Faro que si el país está en un desequilibro lo vamos a padecer todos. Afirma que buscar el beneficio de una región frente a otra es una barbaridad y que se construye un país buscando el bien de todos los ciudadanos sin importar su región de procedencia o a quién votó.

–El pasado año fue elegido dos veces como diputado por Melilla. ¿Cree que durará más en el tiempo esta nueva legislatura?

–Más desde luego que la anterior porque aquella duró solo 120 días desde la composición hasta la disolución de la Cámara y ésta debe durar al menos un año o nueve meses que es el periodo, en principio, blindado cuando el presidente es investido por la Cámara. ¿Cuánto más de eso? Pues depende de muchos factores. Lamentablemente, tal y como se ha configurado, esto tiene una cierta inestabilidad grande porque hay confrontaciones entre los propios socios de Gobierno. La propia difusión de los nombres de los miembros del Gobierno ya sufrió disfunciones. Esto es inestable y no es bueno para España. Y ahí añadimos que el componente sustancial de esta arquitectura tan inestablemente conformada lo proporciona los independentistas catalanes que tienen su propia agenda dividida a su vez en dos, al haber una de ERC y otra de JxCat, que además votaron de forma diferente en la investidura de Pedro Sánchez. Todo esto es más inestabilidad. Desde el PP no creemos que esto sea lo que le conviene a España, pero es el camino que ha iniciado Sánchez.

–¿Qué opina del macro Gobierno de Sánchez y de todos esos intereses que hay sobre la mesa y que incluyen a partidos regionalistas?

–Creo que es profundamente irresponsable lo que ha hecho Sánchez, aunque está dentro del margen de lo que la ley permite. Pero hay que pensar en la estabilidad de España. Todos estos apoyos que ha venido reclutando de manera individualizada no aventuran nada bueno. El creer que se puede conformar la consistencia de nuestra nación sobre la base de los sumatorios de pequeños grupos que persiguen cada uno objetivos muy locales no es real. No es posible tener una Teruel próspera en una España conflictiva y con problemas. Hay que construir un proyecto de nación que debe ser armónico. Pero los apoyos orientan al Gobierno hacia Cataluña, País Vasco o hacia Teruel e incluso amenaza a Cantabria con romper los acuerdos si no les votan. Todo esto es un mecanismo semi mafioso de organizar las cosas y de dirigir a quién se debe de votar para tener acceso a los recursos del Estado y, sino, no los tienes. El Gobierno nacional vela por los intereses de España, no por la subsistencia o supervivencia del presidente Sánchez en el Palacio de la Moncloa al precio que sea. Para que las pequeñas ciudades como Melilla, como cualquier región, sean prósperas debe serlo también España. Si el país está en desequilibrio, todos lo padeceremos.

–No está de acuerdo entonces con las afirmaciones de Mustafa Aberchán, líder de Coalición por Melilla, que asegura que un diputado suyo pudo ser determinante y beneficiar a Melilla en la investidura de Sánchez.

–Es una barbaridad inmensa. Melilla podría haber tenido, como lo ha tenido el señor Tomás Guitarte (Teruel Existe), un minuto de foto y haber sido objeto de mensajes. Pero todos estos discursos identitarios que pretenden reivindicar quien es el representante genuino de Melilla porque asegura que ‘el pueblo melillense soy yo’ son barbaridades.

Yo soy vasco, como todo el mundo sabe y CpM se empeña mucho en ponerlo de manifiesto. Vengo de una región en la que de esto se ha hecho bandera: presionar al Gobierno de Madrid al objeto de obtener beneficios para esa comunidad. Pero esto es una aberración. No se puede construir España si no se gestiona el sistema de las autonomías sobre la base de la lealtad. El convertir las autonomías en un mercadillo en el que hay que presionar para un lado para ver qué se obtiene no es bueno. Esta España no se puede construir. Si CpM pretende desde esta parte de España aportar y hacer su contribución a la mejora de las condiciones de la vida a nivel nacional sobre la base de presionar para que se entreguen recursos de otros sitos para la ciudad, no es la forma de construir España. He dicho muchas veces que nuestra democracia camina de una democracia súbdita, acostumbrada a obedecer al que manda, a una democracia ciudadana en la que las personas asuman que son copartícipes, copropietarios y corresponsables de lo que pasa en nuestra nación. Estamos en un estadio intermedio que es la democracia tóxica en la que los grupos políticos juegan a marear a los ciudadanos con cosas que son espúreas, fraudulentas y que no van a resolver realmente sus problemas, sino que quieren resolver los problemas de los políticos. Ellos buscan su supervivencia electoral a base de decir cosas a los ciudadanos que desean escuchar, que es lo que hacen los populistas. Esto lo hace la diputada de Vox Rocío Monasterio y el líder de CpM aquí, Mustafa Aberchán. Pero a los ciudadanos hay que decirles otras cuestiones, como que España es una gran nación que necesita ser orientada. Y no convertir esto en el cantonalismo del siglo XVIII que tantos prejuicios trajo a España.

Ahora la población joven tiene un conocimiento de nuestra historia un poco más liviana que la población adulta. Pero en la primera República, Cartagena se enfrentó con Murcia, Gijón se enfrentó con Oviedo... Todo eso no conduce a ningún sitio. Eso fue abandonado por España, pero hay quien pretende traerlo a colación desde Teruel, desde Cantabria o desde Melilla. Y creo que eso es malo.

–¿Cuál será la estrategia del PP en la oposición? Se habla de si será un PP más blando o duro.

–Son todos también en el ámbito de la democracia tóxica, mensajes intoxicándose que dirige el que pretende hacer oposición a la oposición. En un régimen democrático, unos asumen la responsabilidad de Gobierno porque lo decide la ciudadanía y otros la oposición. Además, la oposición no tiene como misión derribar al Gobierno, sino contribuir a que el Ejecutivo ejerza su tarea de responsabilidad para todos los españoles en beneficio del proyecto colectivo.

El papel que va a jugar el PP en la oposición es el que le corresponde: controlar la acción del Gobierno, aún cuando el Ejecutivo lo ponga muy difícil. Será el de siempre: el del rigor en la búsqueda de soluciones adecuadas a los problemas reales que tienen los españoles; la no creación de problemas artificiales que los españoles no tienen; y la superación del desencuentro entre españoles. Vamos a trabajar desde la máxima lealtad institucional. El PP siempre trabaja por todos los españoles y lamentablemente el PSOE cuando gobierna lo hace para lo que él llama la ciudadanía progresista.

–¿Cómo afronta esta legislatura?

–Todavía no se han organizado las comisiones y previsiblemente me partido volverá a designarme para la Comisión de Defensa debido a mi bagaje profesional. Trabajaré también con la Comisión de Exteriores porque ya he empezado a trabajar en ella y en la Comisión de Interior en asuntos relacionados con la gestión de nuestras fronteras y con las relaciones hispanomarroquíes con interlocuciones con el Reino de Marruecos sobre la base de la buena vecindad. Tenemos un acuerdo suscrito entre los dos países que hace que las zonas fronterizas tengan que gestionarse de una manera colaborativa y no de manera confrontacional. Eso para mí es muy importante. Así mismo tengo un componente muy importante de Defensa en el cual el PP confía en mí y lo ejerceré con responsabilidad porque hay muchos colectivos dentro de defensa con dificultades personales. También estaré atento a los asuntos de la política exterior de España como es la crisis abierta entre EEUU e Irán en cuyo marco tenemos dos contingentes militares españoles, uno en Irán y otro en el Líbano que pueden verse envueltos en esta crisis. Y hay que seguir trabajando para el parlamento nacional. La política nacional, no es a pesar de lo que tienda CpM bajo su prisma particular para hacer política identitaria. El Parlamento Nacional gestiona la política para todos los españoles representación de toda España para que todas las perspectivas formen parte de la política nacional y no es un sumatorio de alcaldes que vengan a hablar de lo suyo.

En la legislatura anterior también estuve en la Comisión de Cooperación para el Desarrollo porque muchos de los problemas migratorios y a través de Melilla o hacia Melilla están relacionados con este tema y la relación que hay con los países de salida y de tránsito.

–En la anterior legislatura preguntó al Gobierno sobre varias cuestiones, por ejemplo, la readmisión de los menores extranjeros por parte de Marruecos, la escolarización de menores marroquíes sin empadronas en Melilla y la aduana comercial. ¿Volverá sobre esos temas?

–Esta semana he formulado varias preguntas sobre nuestra frontera. En este sentido pregunté con respecto a lo que pasó hace unos días en la frontera de Farhana y si el Gobierno prevé aumentar los efectivos de la Policía Nacional y de la Guardia Civil cómo se hablaba la campaña electoral; si se prevé hablar con Marruecos sobre la gestión de la frontera y de la creación de un espacio de seguridad para que las fuerzas policiales marroquíes y españolas no estén absolutamente pegadas, sino que haya un espacio entre ambas que proporcione un espacio de reacción.

En cuanto a la pasada legislatura hablé sobre los menores extranjeros no acompañados, sobre la escolarización, también sobre el colegio de Educación Especial Reina Sofía y la aduana comercial. En esta misma línea vamos a continuar y tengo que preguntar por el abandono del proyecto de ampliación del puerto comercial y volver a insistir en cómo va la progresión de las gestiones del Ministerio de Defensa para la cesión de los espacios a la ciudad que forman parte de acuerdos ya antiguos para la creación, por ejemplo, de un emplazamiento hotelero y un colegio en el acuartelamiento Primo de Rivera.

–Se retomarán todos estos temas.

–Bueno, no es que se retomen. Como soy católico le diré que es el pan nuestro de cada día. Es continuar con todo.

–¿Le sorprendió escuchar a Mustafa Aberchán asegurar que el PP es quien tiene la representatividad de la ciudad y que le recordara al PSOE que es el cuarto, siendo su socio de Gobierno en la Ciudad?

–Bueno es lo de siempre. Es la vuelta a la democracia tóxica. Es una manipulación de los argumentos. Cuando se produce un proceso electoral no hay un ordenamiento de las candidaturas. El PSOE no es la cuarta ni CpM es la segunda. Hay un proceso electoral por el que la ciudadanía elige a un diputado y punto y final. El decir que yo como tuve más votos tengo más derecho a un porcentaje de interlocución con el Gobierno nacional que el que obtuvo menos votos en la elecciones de los diputados nacionales... Lo que ocurre es que cuando CpM usa el argumentario del diputado de oro, cuando dicen que un diputado suyo hubiera conseguido más cosas para Melilla, mi respuesta es que la interlocución con el Gobierno central la tiene el Gobierno de la Ciudad por escala jerárquica.

Hay que aplicar el sentido común. ¿Quién representa a los melillenses frente al Gobierno de la Nación? ¿Yo? No. Yo solo lo hago en el Congreso. El presidente Eduardo de Castro el que representa a los melillenses ante el Ejecutivo central. Además, el Gobierno tiene aquí una Delegación para gestionar las cosas que dependen directamente de él. Hay un funcionamiento de las cosas de forma lógica. Y los ciudadanos no se merecen que los problemas, en ocasiones muy personales, de los políticos se los trasladen a ellos como si fueran los suyos. Si Rojas y Aberchán discuten, es problema de ellos y no de los ciudadanos. Si dentro de un Gobierno monocolor hay pugnas, en un Gobierno tricolor con diferentes impresiones sobre la política, se pone más de manifiesto.

“Es ilusionante pensar que hago un trabajo en beneficio de mi país y de Melilla”

–¿Sería posible establecer una ‘mesa de diálogo’ con la Ciudad para llevar temas de Melilla al Congreso? Está claro que cuando el PP estaba en el Gobierno local esa comunicación era constante, entre otras cosas, porque Juan José Imbroda era a la vez presidente de Melilla y senador.

–El PP no gestiona sus propias agendas, sino que busca la solución efectiva a los problemas de los ciudadanos sea cuales sean y vengan de donde vengan. En lo que ha mí respecta hablo con todo el mundo. No tengo restricciones porque no tengo motivos de enfrentamiento personal. Pero tampoco hay una confrontación o falta de diálogo. Por lo que esa propuesta de una mesa de diálogo...

–Bueno, sería hacer un acercamiento para abordar los temas de la ciudad en las Cortes.

–Yo dialogo con todo el mundo e incluso con aquellos que para sentarse a hablar conmigo lo primero que hacen es cuestionar mi legitimidad para representar al ciudadano melillense.

Siempre he dicho que había que reducir el nivel de bronca en la política. Me marché de Melilla en el año 2010 y cuando volví en el 2014, un periodo en el que pasaron las operaciones ‘Ópera’, ‘Tosca’ y ‘Lisbeth Salander’, me pregunté qué había pasado en Melilla porque cuando me fui era un ambiente sosegado y en cuatro años cambió. Le decía de broma como comandante general al entonces diputado del PP, Antonio Gutiérrez, que estaba por pedirle al Gobierno que organizara una operación de mantenimiento de paz en Melilla para pacificar. Hay que volver a la relación ordinaria y reducir el nivel de bronca.

–¿Cree que Podemos podrá entrar en la Delegación?

–Es una cosa que tienen que negociar entre ellos. Yo imagino que su representante Gema Aguilar tendrá que ver con el Gobierno y canalizar esto. No quiero hacer valoraciones sobre si creo que le corresponde un trozo o dos. No me corresponde. Es un acuerdo de coalición entre ellos a nivel nacional y no sé si se tienen que reproducir en toda la geografía nacional o no.

–¿Cuál es su opinión sobre la sentencia del Tribunal Supremo que llevó a cambiar el Gobierno local? ¿Será un tema de esta legislatura?

–De momento esto está contemplado en el Estatuto de Autonomía de esta manera porque no somos comunidad autónoma ninguna de las dos, sino ciudades autónomas. Tenemos un régimen especial a medias entre un régimen autonómico y otro local. En este punto, le diría que en un Estado de Derecho es muy importante acogerse a lo que dicen las leyes porque, sino entraríamos en la jungla de la ley del más fuerte. Las leyes dicen lo que dicen y para cambiarlas hay que hacer propuestas, no se pueden sortear o ignorar. Si Melilla puede tener más o menos grado de autonomía es debatirle. El Estatuto de Autonomía no se puede modificar aquí, como aseguran los independentistas catalanes que pueden hacer en Cataluña.

–Antes de finalizar, me gustaría saber cómo ha vivido esos meses en la política. ¿Le ha sido grata o le ha decepcionado?

–No me ha decepcionado, en absoluto. He descubierto un colectivo de personas dentro del PP que son de una gran valía y entrega. La política vista desde fuera siempre es, lamentablemente, un espectáculo mediático. Creo que nuestro camino hacia la democracia ciudadana, pasando por esta fase de toxicidad en la que nos encontramos, iremos avanzando en que la política sea lo que tiene que ser: un servicio público para los ciudadanos. Yo he estado toda mi vida en el servicio público buscando lo mejor para el ciudadano sin consideración partidista, ideológica o social. En este sentido, para mí es ilusionante pensar que puedo estar haciendo un trabajo en beneficio de mi país y de Melilla. Yo estoy enamorado de España desde hace muchos años y pretendo dedicarle todos los años que pueda a ese servicio público y esta actividad me lo permite. Es mi vocación.