Un joven se enfrenta a una posible condena de tres años de prisión como presunto autor de un delito de robo con violencia e intimidación. Según la acusación de la fiscal, propinó dos puñetazos a otro individuo en el rostro y el torso, y luego le sustrajo el teléfono móvil. El procesado negó ayer estos hechos ante el magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Melilla.
Los hechos que ayer fueron llevados a juicio tuvieron lugar el 8 de agosto de 2015. Según explicó el encausado, conocía al denunciante por su fama de “chivato”. De acuerdo con su relato, aquella noche se encontró con la víctima en las naves del polígono industrial. “Comenzamos a discutir y, cuando me di cuenta, le dije: déjame en paz, que eres un chivato de la Policía”, expuso el acusado.
Supuesta denuncia falsa
Según continuó diciendo, los que estaban con él comenzaron a abuchear al denunciante y este se marchó del lugar en compañía de otros dos jóvenes. “A la hora llegó la Policía y me dijo que me tenía que llevar detenido porque me habían denunciado”, contó el procesado. “¿Usted cree que el chico se lo ha inventado todo para perjudicarle?”, le preguntó el juez. “Digo yo”, respondió el encausado.
El siguiente en declarar fue el querellante. Según sostuvo, los hechos tuvieron lugar cerca de la plaza Aviación Española y no en el polígono de la ciudad. El joven relató que aquella noche lo agredió un grupo de personas entre los que estaba el acusado. “Me pegó en la boca y en el costado”, rememoró. Luego, siempre según su versión, el encausado le dijo que sacara todo lo que llevaba en el bolsillo y le quitó el teléfono móvil.
Quiere perdonar al acusado
El denunciante también señaló que, después de que le sustrajera el teléfono, el procesado le pidió dinero para poder recuperarlo. Según reconoció, aquella noche había tomado pastillas por lo que hay hechos que no recuerda del todo bien, pero insistió en que la persona que ayer se sentó en el banquillo de los acusados era la misma que le dio dos puñetazos y robó el teléfono, el cual no llegó a recuperar.
El joven señaló que conocía al procesado porque había tenido problemas con él en el pasado. El magistrado se interesó por el motivo de esta mala relación anterior, a lo que el testigo respondió que “se metía conmigo por la cara” cuando eran adolescentes. “Yo quiero perdonarlo”, manifestó luego.
Dos agentes de la Policía Nacional testificaron en el juicio. Según señalaron, el perjudicado denunció al acusado, diciendo su nombre y dando su descripción. “No tardamos en detenerlo, era conocido por nosotros”, apuntaron.
Ambos policías aseguraron en la sala que el procesaso, de forma espontánea, reconoció que le había robado el móvil, aunque no llegaron a localizar el teléfono.
Una vez finalizadas las declaraciones, la fiscal solicitó el dictado de una sentencia condenatoria por un delito de robo con violencia. El letrado de la defensa, por su parte, reclamó la libre absolución de su cliente. Según manifestó, “es absurdo” pensar que el joven hubiera reconocido el robo del móvil.
Ahora queda que el magistrado decida la sentencia.
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