El paseo del Espaldón abre antes de verano, tras invertir un millón de € en seguridad

• Afirma que se va a contar con 329 cámaras que vigilarán todas las zonas del puerto

La Autoridad Portuaria de Melilla ha invertido más de un millón de euros en la instalación de más de tres kilómetros de vallas y nuevas cámaras de seguridad para resolver el problema de inmigración irregular que sufre el puerto por parte de menores y adultos que acceden de manera irregular a la zona. Así lo anunció ayer el presidente del Puerto, Miguel Marín, que dijo que el paseo del Espaldón abrirá para los ciudadanos antes del próximo verano, cuando tanto la entidad que él dirige como la Consejería de Medio Ambiente realicen las actuaciones necesarias.

Con estas actuaciones, el puerto de Melilla quiere poner fin a las más de 19.200 intrusiones de inmigrantes que se produjeron en el 2017 y las 3.122 de enero de este año y reabrir al público el paseo del espaldón, cerrado desde hace años por este problema de inmigración irregular, que tiene en esa zona su mayor actividad.

El presidente de la Autoridad Portuaria visitó ayer el espaldón para explicar sobre el terreno en qué consistirán estas nuevas medidas de seguridad que ya se han ejecutado y las que están en proceso de ejecución, y precisó que la mayoría de éstas últimas estarán terminadas en el mes de marzo.

Entre las medidas que ya se han iniciado ha destacado la instalación de 580 metros lineales de valla en el paseo del espaldón, el doble de alta que la que hay actualmente, así como la colocación de una triple alambrada de espino, que suman 1.800 metros en total, en la zona de la escollera que da al mar para impedir el acceso al espaldón que actualmente se produce cuando los niños tratan de escalar el muro.

Caseta de vigilancia

El presidente del Puerto indicó que se va a instalar de una caseta de vigilancia permanente al final de dicho paseo, que confían en que esté lista para finales de abril, y en la cual podrán trabajar dos personas, aunque en principio la idea es que haya una persona 24 horas y los 365 días del año. Asimismo, anunció la sustitución de unas vallas en esa zona, por las que trepan los chicos, por acero galvanizado para impedir que nadie pueda escalar. Marín indicó que también se está llevando a cabo la colocación de unas vallas de cuatro metros de altura y terminada en alambre de espino en el Muelle Ribera I, que es la parte por la que embarcan los vehículos, pegada a la Estación Marítima. Actualmente había una verja de dos metros de alto en este último punto.

En cuanto a las medidas que ya se han instalado, el presidente de la Autoridad Portuaria se refirió a 123 metros lineales de una valla de 2,5 metros de altura en el muelle nordeste, una alambrada coronada por concertina para evitar que los jóvenes puedan entrar. Asimismo, en el muelle espigón también se ha instalado 130 metros de valla de las mismas características En la zona de las bateas, la valla es de cuatro metros de altura.

Martín apuntó que todas estas medidas se complementan con las cámaras de seguridad. Señaló que actualmente hay 300 operativas, a las que se sumarán otras 29 que se están instalando en estos momentos. Dijo que gracias a esta vídeovigilancia tienen controlada toda la zona portuaria. Además, el máximo dirigente del puerto también avanzó que ya ha empezado a funcionar una cámara térmica para facilitar el control nocturno de la zona del espaldón, y que está ubicada en el faro.

“El compromiso que asumimos con los melillenses en acabar con las intrusiones del puerto lo vamos a cumplir”, aseveró Marín que dijo que para el Gobierno del PP y para el Puerto lo más importante es el bienestar de los melillenses y que van a hacer todo lo posible para que así sea. “Los melillenses nos merecemos vivir en una ciudad tranquila”, apostilló.

El presidente del Puerto insistió en que tanto el alambre de espino como la concertina son elementos estáticos y disuasorios. “El que no vaya a cometer ninguna irregularidad no va a tener un problema”, aseveró, al tiempo que insistió en que caer desde un muro y a las hélices de un barco es más peligroso que la concertina.