El Parque Hernández y el Parque Lobera

Estamos en Melilla, en una zona limitada de verde, de zonas ajardinadas y nuestro único pulmón verde son los pinos de Rostrogordo y Río Nano. Más o menos esta es la situación de nuestra ciudad.

Tenemos un parque centenario como es el Parque Hernández, testigo de grandes acontecimientos sociales, en el pasado. Ha tenido innumerables lavados de cara, pero no ha tenido nunca, en democracia el cuidado y tratamiento que necesita.

Soy un asiduo usuario de dicho parque y lo que primero destaca cuando llegas al mismo es la sensación de abandono y suciedad que tiene. Están las zonas de césped, maltratadas, sin apenas cultivo aprovechable. Los árboles están descuidados, algunos señalados por salvajes, con frases en las cortezas de los árboles, otros con verdaderos destrozos.

Ante esto, uno se pregunta, ¿dónde está el Consejero de Medioambiente? Da la impresión que a este gobierno disparatado no le importa más que ciertas parcelas de sus distritos. Tenemos algo que nos puede valer una reputación nacional, pero para eso es necesario poner el Parque Hernández en su sitio. Hacer una limpieza de choque, para que el suelo no tenga los despojos de las plantas, los despojos de los salvajes que tiran desperdicios de todo tipo. Hay que hacer que los vigilantes del parque estén vigilando, no en su caseta. Hay que hacer ciudadanía de un valor que puede ser emergente en nuestra sociedad. Un buen paso fue instalar un pequeño bar, para solaz de los ciudadanos, pero para que nuestro querido Parque Hernández sea algo interesante hay que hacer muchas cosas. A título de ejemplo, hay que acotar aquellos espacios con plantas y árboles de valor especial, que los tenemos, para evitar las marcas de cuchillo en sus cortezas. Hay que poner un sistema de información de cada árbol y planta. Me dirán, es que es mucho. Pero yo digo, prefiero que se gaste el dinero en algo útil, que beneficia a todos los melillenses, que estar soltando dinero a subvenciones extrañas o pagar pérdidas de hoteles en la ciudad. Ese renombramiento de los distintos tipos de árboles y plantas hace que una visita al Parque Hernández sea muy agradable e ilustrativa. Una breve reseña a la entrada y cada cierto espacio, de lo que nos vamos a encontrar, es un buen comienzo. Tenemos un parque que tiene una forma determinada, no es así por capricho, rememora la forma del cañon que delimitó la ciudad de Melilla. Por lo visto a ningún gobierno, ni actual ni pasado, le da la importancia que tiene. Y tiene mucha importancia para saber cuales son nuestra raíces. Habrá personas a las que esto moleste, pero en definitiva la historia es historia y hay que saberla y tenerla presente para no repetir errores.

El otro parque magnífico es el Parque Lobera, que a estas alturas tiene que ser una maravilla, porque lleva dos años cerrado en obras y nunca se acaba, nunca se abre y a este paso nunca volverá a tener vida. En este caso ha habido polémica en cuanto a los árboles que han suprimido, algo deleznable.

Parece mentira que tengan que ser asociaciones privadas las que tengan que velar por el medioambiente y no sea la administración la que lo haga. Esto debería hacernos pensar que si esto es así, no debería existir esa parte de la administración por inútil. Es algo incomprensible. Si la administración que tiene encomendada esa función no la cumple, tomaremos nota de ello y cuando llegue el día de las elecciones, deberíamos acordarnos para no votar al que no hace su trabajo. Pero el problema es que casi ningún político hace su trabajo, hacen un paripé y listo.

Total, que estamos desperdiciando el patrimonio verde de nuestra ciudad por ignorancia, desidia o desconocimiento, total un disparate de los que ya nos tienen acostumbrados los políticos de Melilla.