Esta semana Melilla ha tenido una pareja de visitantes muy peculiar: una pareja de buitres leonados (Gyps fulvus) hacían parada en lo alto de los cortados de Aguadú. Se dejaron ver entre una bandada de gaviotas este martes por la tarde en esta famosa localización que además está considerada una zona de especial conservación de Melilla (ZEC).
Al parecer es muy poco habitual encontrar esta especie de ave en nuestra ciudad y su parada, según los expertos, ha sido accidental. El coordinador del grupo local de SEO Birdlife (Sociedad Española de Ornitología) en declaraciones al periódico de El Faro, comentó que esta peculiar pareja se encontraba volviendo de una migración postnupcial desde Europa, un trayecto migratorio muy habitual en esta época. Su destino es África, concretamente el sur del Sáhara.
“Normalmente no pasan por aquí, suelen cruzar el Estrecho de Gibraltar por Ceuta, aprovechando las corrientes térmicas”, explicó el coordinador de SEO Birdlife. Se desconoce el motivo de su desvío y su pausa en el paraje natural melillense, donde fueron vistos este martes por la tarde.
De acuerdo con las palabras del experto, estos dos buitres leonados probablemente cruzaron el Mediterráneo siguiendo una corriente térmica que les llevó hasta el acantilado de Aguadú, donde por cansancio hicieron una parada. Estas majestuosas aves debieron pasar la noche por donde fueron avistadas, ya que el coordinador de SEO Birdlife señaló que este miércoles por la mañana continuaban en el mismo lugar. Aunque alrededor de las 11:30 horas ya habían desaparecido, probablemente continuando su migración.
“En principio no creemos que pasen mucho más tiempo por aquí, porque supongo que habrán hecho noche, habrán descansado y seguirán su migración hacia el sur”, explicó Francisco José Pérez Ruiz, que señaló que una vez se hubiese levantado el sol y las corrientes térmicas hayan sido las adecuadas, estas aves alzarían su vuelo hacia el sur del Sáhara.
El buitre leonado es un animal muy atractivo de casi un metro de altura y su envergadura puede llegar a ser de tres metros. Los melillenses no están acostumbrados a ver a estos majestuosos animales en su ciudad, por lo que según los expertos ha podido tratarse de una “migración accidentada”.
Este tipo de aves, como muchas de las rapaces, aprovechan las corrientes térmicas, en este caso las que se forman en el Estrecho de Gibraltar, que por su orografía está muy cerca de la tierra por ambos lados. De esa manera se forma una serie de corrientes que estas aves aprovechan para poder volar.
Su peso y sus grandes alas hacen que el buitre leonado no sea un ave de con un vuelo a base de aleteo como sucede con los pájaros pequeños. Nunca cruzan el Mediterráneo directamente hacia Melilla, aunque como señalaron desde SEO Birdlife, cruzan el Estrecho por Ceuta aprovechando estas corrientes , lo que hace que algunos de ellos, como esta pareja, pase por la costa de nuestra ciudad.
Al parecer por la situación en la que fueron vistos, creen que pudieron haber llegado directamente desde el mar, seguramente a causa de una tormenta en el Mediterráneo o una corriente que los llevó a parar en el acantilado de Aguadú.
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