El presidente de la entidad dice que en la ciudad conocen perfectamente a las instituciones que reciben su ayuda y que además aquí no hay residencias privadas.
El jueves, la Guardia Civil de Cádiz destapaba una actividad, presuntamente fraudulenta, por parte de los responsables de once residencias de ancianos de la provincia gaditana. Los imputados habrían alimentado a sus residentes con productos procedentes del Banco de Alimentos, destinados a personas de especial necesidad, entre las que no se encuentran los ancianos ingresados en estos centros. No es la primera vez que se mezcla al Banco de Alimentos en una situación de este tipo, hace algunos meses, en Granada, un periódico local publicaba que una residencia de estudiantes universitarios también estaba utilizando alimentos procedentes de esta entidad en el comedor. El presidente del Banco de Alimentos de Melilla, Juan Paredes, aseguró ayer, en declaraciones a El Faro, que es difícil que una situación así se produzca en Melilla y destacó que él confía en todas las asociaciones con las que colaboran. Paredes explicó que en la ciudad autónoma no hay residencias privadas, por lo que es muy complicado que suceda algo como lo que presuntamente se ha producido en Cádiz. En este sentido, el presidente del Banco de Alimentos de la ciudad indicó, que en el caso de que se produzca un caso así, la responsabilidad no es de la institución a la que representa sino de la residencia que pide unos alimentos que realmente no necesita. No obstante, Paredes insistió en que en Melilla es improbable que se detecte esta situación. El presidente de la institución señaló que por las características de la ciudad, ellos conocen personalmente a todas las entidades que reciben su ayuda y saben de primera mano que necesitan esos alimentos. Así, Paredes puso como ejemplo la Gota de Leche, el albergue San Vicente de Paul o la escuela Divina Infantita, que acoge a niñas con pocos recursos. En este sentido, indicó que cualquier melillense conoce perfectamente la labor que se realiza en estas instituciones y las personas que acuden a ellas y sabe que los alimentos que reciben los necesitan realmente. “ No vamos a poner en duda el trabajo que realizan estas instituciones”, afirmó. Sin embargo, Paredes reconoció que siempre existe la picaresca en este tipo de acciones y que esto es lo que provoca situaciones como las de las residencias de Cádiz. “Nosotros distribuimos productos de primeras marcas y eso hace que sean aún más atractivas”. No obstante, Melilla es una ciudad pequeña, para lo bueno y para lo malo y en este caso, tal y como explicó el presidente del Banco de Alimentos, facilita el hecho de que sepan exactamente quienes son las personas que se benefician de lo que ellos dan. Y además, sea como sea, de lo que no hay duda es de la gran labor que esta institución está llevando a cabo, más aún en unos momentos como los actuales, en los que cada vez son más los que necesitan ayuda.
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