Parecidos peligrosos y 58 nadadores rechazados en un solo día

Este miércoles se hizo viral el vídeo del rey de Marruecos, Mohamed VI, visiblemente desorientado por una calle de París. Desconocemos la fecha y el contexto de la grabación, pero sabemos que los medios prosaharuis se han encargado de darle difusión a una escena que hace mucho daño a la corona alauí en un momento de crisis económica y emigración desbocada.

He leído con fruición los comentarios a la noticia hechos por los lectores de El Faro y, como casi siempre, hay opiniones para todos los gustos y de todos los colores. Pero me llamó la atención que más de uno asociara a un guardaespaldas del monarca alauí con el deportista melillense Yusef Kaddur.

Para salir de dudas escribí al seis veces campeón del mundo y probablemente mejor deportista melillense de los últimos tiempos y aunque leyó mis mensajes, porque aparecen con aspas azules en WhatsApp, optó por el silencio como respuesta. Yo sólo quería saber si él es el joven de negro que acompaña a Mohamed VI en la polémica escena parisina.

No quería quedarme con la duda y también pedí opinión a varios periodistas de Deportes de Melilla y la respuesta fue unánime: todos le ven un parecido del 90%, pero ninguno pone la mano en el fuego para decir que es él.

En cambio, en el círculo político cercano al entorno de Yusef Kaddur, la respuesta fue unánime. Todas las personas consultadas aseguran "al 100%" que el deportista melillense es el hombre de negro que sale en el vídeo detrás de Mohamed VI.

Me gustaría decir algo positivo pero creo que al único que benefician estas imágenes es al consejero de Deportes e Infraestructuras, Rachid Bussian, a quien Kaddur acusó hace unos días de comportamientos alejados de la integridad política, a raíz de que la Ciudad le denegara una subvención para seguir compitiendo con la bandera de Marruecos, algo que hace desde agosto de 2020.

La imagen, en cambio, perjudica a CpM porque como todos recordamos, Yusef Kaddur fue viceconsejero de Juventud nombrado por los cepemistas, pero tuvo que dimitir tras la sentencia que obliga a que todos los cargos del Gobierno sean diputados electos.

Nadie quiere que uno de sus miembros destacados, muy cercano a un fundador de un partido en el Gobierno de Melilla, tenga hilo directo con el rey de un país que no sólo nos asfixia sino que, además, siendo amigo y hasta socio estratégico, no nos da tregua.

Sin embargo, como a la ocasión la pintan calva, esta es, a la vez, la mejor oportunidad que CpM ha tenido en años para sacudirse el sambenito. Nunca lo ha tenido tan fácil.

En definitiva, en mi caso personal he pasado en cuestión de horas de entender que Yusef Kaddur, como deportista, tiene todo el derecho del mundo a competir con otra bandera, incluso con la marroquí, (algo que sostengo) a preguntarme si es o no el joven de negro que acompañaba a un rey desorientado en París.

Me quedo con la duda a pesar de que muchos enemigos han reconocido a Yusef Kaddur en las polémicas imágenes. No seré yo quien cuestione a qué se debe el honor de formar parte de la burbuja de privilegios de un monarca que dedica un discurso a la juventud, pero que no es capaz sacar adelante medidas efectivas para frenar la emigración masiva de los jóvenes marroquíes.

Sólo hay que ver el desfile que se monta durante la Operación Paso del Estrecho para entender la magnitud de la emigración marroquí. A un gobierno se le debe juzgar por el número de emigrantes que produce. Luego la propaganda puede disfrazar la espantada de una especie de colonización silenciosa, pero quienes hemos dejado atrás nuestra tierra sabemos que nada se aleja más de la realidad. No todo lo que encaja dentro del discurso de polinización ideológica, se ajusta a la realidad.

Mientras tanto, la Guardia Civil de Melilla tiene que hacer frente al rechazo continuo de nadadores marroquíes que intentan entrar de forma irregular en nuestra ciudad. Sólo en el día de ayer, durante siete horas y media, el equipo de los GEAS rechazó a 58 nadadores. Unos 18 por Aguadú y el resto por la Bocana. Están en jaque permanente.

La cifra es escalofriante y nos lleva a preguntarnos cuántos rechazos se produjeron el día que se nos coló una lancha a motor hasta la arena en Horcas Coloradas. Probablemente nuestros agentes no dan abasto. No se trata de vigilar sino de rechazar la entrada de migrantes en su mayoría económicos que quieren llegar a Melilla para pedir asilo y marchar a la península.

Saben que en el momento en que lo consiguen se aseguran un viaje seguro hacia el resto de Europa. Así están las cosas por estos lares.

Y mientras eso ocurre, Marruecos presiona a los barcos españoles so pretexto de la lucha sin cuartel contra la inmigración irregular.