Melilla sufre de nuevo cortes en el suministro de agua, aunque esta vez no se trata de un fallo de la desaladora o de la rotura de una tubería. Es la naturaleza la que ha paralizado la actividad en la planta desalinizadora de Aguadú. El temporal de levante ha obligado a parar el trabajo de estas instalaciones obligando a cortar el suministro de agua durante la tarde de ayer hasta las 7:00 horas de hoy.
El consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, aseguró a El Faro que es muy importante que los melillenses “reduzcan a lo mínimo necesario el consumo de agua” estos días.
En cuanto a si durante hoy domingo se producirán cortes de agua, Quevedo subrayó que hay que esperar a ver cómo están los depósitos y cuánta agua se ha podido producir por parte de la desaladora si se puede arrancar por las noches algunas de las líneas. Asimismo, también influirá el consumo que se haya hecho por parte de los melillenses en estas horas.
En concreto, la Consejería de Medio Ambiente informó ayer al mediodía de que la planta desalinizadora de Aguadú estaba paralizada desde las 11:15 horas de la mañana “sin producir desde esa hora agua potable en ninguna de sus tres líneas”.
En el comunicado, se destacó que se debía al “fuerte oleaje” de levante. “Arrastra gran cantidad de arena y de algas, que colmatan los filtros de primera etapa y, como consecuencia, impiden la entrada de agua de mar” en las líneas de la desaladora, añadió.
Medio Ambiente subrayó que tanto la desalinizadora como el pantano de las Adelfas son instalaciones operadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, “siendo la Ciudad sólo el cliente, que adquiere y abona el agua potable producida para, a su vez, distribuirla a los ciudadanos”.
El 50% de la producción de agua potable para los melillenses procede de la planta desaladora y al no estar operativa ni poder aportar agua, “es imprescindible cortar el suministro a toda la ciudad” desde las 17:00 horas de ayer sábado a las 7:00 horas de hoy domingo.
No obstante, la consejería apuntó que la mayor parte de los ciudadanos no va a notar este corte si cuentan con depósitos de “suficiente capacidad”.
Al margen de esto, insistió en que el consumo debe reducirse a lo mínimo, “ya que se prevé que la situación no vuelva a la normalidad hasta el lunes”.
No obstante, Medio Ambiente subrayó que los operarios de la desaladora intentarían recuperar en la noche del sábado al domingo al menos una de las tres líneas de producción de agua.
Por otro lado, la consejería apuntó que el barrio de la Victoria y parte de la zona de Farhana tienen otro suministro de agua potable y, por lo tanto, sólo se verán “parcialmente afectados” por esta situación.
La Consejería de Medio Ambiente informó ayer sábado de que el temporal de levante había paralizado la producción de agua de la desaladora. Eso obligaba a cortar el suministro desde las 17:00 horas hasta las 7:00 horas de hoy domingo. Indicó que el fuerte oleaje arrastraba gran cantidad de arena y de algas, que han atascado los filtros de primera etapa y, como consecuencia, impiden la entrada de agua de mar en las líneas de la planta.
Melilla consume unos 38.000 metros cúbicos de agua, que es mucho más de lo que se logra producir con la desaladora, donde actualmente se producen unos 20.000 metros cúbicos. El resto sale de los pozos, pero al no dejar descansar estos depósitos naturales, se cuenta con un agua mezclada entre las de los pozos y la de la desaladora. Con la ampliación de un cuarto módulo en estas instalaciones, se lograrán 10.000 metros cúbicos más de agua y, por lo tanto, no depender de los pozos. Los melillenses, según datos de la Consejería de Medio Ambiente, consumen 350 litros por habitante al día. De ahí que también haya que reducir la cantidad de agua que se consume. Para ello, se han emprendido diferentes campañas de concienciación.
En la primera quincena de noviembre de 2018 también se produjeron cortes de agua y hubo que reducir la presión por las noches para poder recuperar los niveles de los depósitos de agua. La avería se produjo en el Callejón de la Marina durante una mañana y afectó a la red de impulsión del agua de los pozos. Pero son otras muchas las situaciones que han llevado a reducir la presión, como roturas de tuberías.
Uno de los cortes del suministro de agua que han padecido los melillenses tuvo de protagonista a la línea eléctrica que surte de electricidad a la desaladora. La avería se produjo en septiembre de 2017. Desde Delegación del Gobierno, en noviembre de 2018, se informó de que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir estaba trabajando en la adecuación de esta línea eléctrica e iba a invertir 1,7 millones de euros para mejorar este suministro.
Fue en noviembre cuando la Delegación del Gobierno informó de que se iniciaba el trámite para licitar la ampliación de la desaladora y construir el cuarto módulo para estas instalaciones. De hecho, la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, explicó que el proyecto, que se encontraba en su fase de redacción de pliego para la contratación de las obras y que contemplaba, entre otras actuaciones, la ampliación de la capacidad de producción de la planta hasta los 30.000 metros cúbicos por día; la mejora de la protección frente a oleajes extremos; el incremento de la capacidad de filtración; un segundo depósito de agua filtrada y una segunda toma de agua marina para poder realizar el mantenimiento; así como, la reducción del consumo de energía, que incorporará sistemas de mayor rendimiento.
“Con una inversión de 17,3 millones de euros, estas mejoras tendrán un plazo de ejecución de 24 meses”, apuntó.
Pero desde la Ciudad se ha asegurado que el Gobierno central va tarde con la licitación de la obra, entre otras cosas, porque la empresa actual que lleva las instalaciones termina su contrato el 7 de junio.
Desde la Consejería de Medio Ambiente se asegura que para evitar notar que durante las madrugadas se reduce la presión o para contar con agua cuando hay problemas en la desaladora o en la red de suministro, hay que contar con depósitos de agua y motores en los edificios.
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