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Otros 800 usuarios se suman al Banco de Alimentos, la mayor subida en 3 años

La falta de espacio en su sede ralentiza la llegada de productos para las familias necesitadas.

La crisis económica sigue afectando de forma directa a las familias melillenses. Así lo asegura el presidente del Banco de Alimentos de Melilla, Juan Paredes, que afirma que sólo en seis meses se han sumado unos 800 usuarios nuevos a esta entidad. Es la primera vez que en los últimos tres años el Banco de Alimentos incrementa tanto su número de beneficiarios. Paredes asegura a El Faro que mientras no se genere más empleo en la ciudad,  la demanda de alimentos a esta entidad no se reducirá.
Los últimos en formar parte del Banco de Alimentos han sido dos parroquias y una mezquita. Estas instituciones siempre han atendido a las personas que tienen pocos recursos, pero la demanda de ayuda las ha desbordado y no les ha quedado otra opción que incorporarse a las ONG’s que forman parte del Banco de Alimentos. Paredes explica que el año pasado atendió a unas 7.100 personas. Sin embargo, el desempleo y la mala situación económica de muchas familias en los primeros seis meses del 2014 ha provocado que el número de usuarios haya ascendido a 8.000. También Cruz Roja, otra institución que reparte alimentos de la Comunidad Europea, cuenta con otros 8.000 beneficiarios, por lo que la cifra total de personas que reciben alimentos de estas entidades alcanza las 16.000.
El presidente del Banco de Alimentos destaca que el reparto de productos es continuo. No basta sólo con distribuir los víveres que llegan de la Comunidad Europea. En Melilla, la necesidad de las familias es mayor que en otras regiones y eso obliga a esta institución a buscar donaciones de productos para repartirlos durante todo el año. Las toneladas que llegan de Europa se complementan con las donaciones de grandes superficies, cooperativas e industrias de la península, resalta Paredes.
Hace unos meses, un grupo de cooperativas de Andalucía donó a Melilla pimientos verdes, calabacín y tomates por toneladas. Pero como en la sede de esta institución no hay sitio para almacenar estas verduras ni cuentan con una cámara frigorífica, el Banco de Alimentos buscó una industria para que las transformara en pisto, apuntó Paredes. De esta forma, llegaron hace unas semanas 15.000 kilos de pisto a la ciudad.

Más espacio
No sólo el gran incremento de la demanda de alimentos es problema para esta institución, sino también la falta de espacio en su almacén. La sede del Banco de Alimentos es ‘un garaje grande’. Para guardar los alimentos que llegan de la Comunidad Europea necesitarían un espacio de unos 300 metros cuadrados y en la actualidad no cuentan con más de 150. ¿Cuáles son las consecuencias? La primera, y la más importante, es que los alimentos llegan a ‘cuenta gotas’ a las familias necesitadas. Las toneladas de alimentos no se pueden almacenar a la vez en la sede, así que los voluntarios organizan varias entregas a las ONG’s. La semana pasada distribuyeron arroz, leche y galletas. Pero aún hay unos ocho palés de legumbres en el puerto que comenzarán a entregarse a partir de hoy. Lo ideal es que las familias recibieran todos los productos a la vez, pero eso no es posible con un Banco de Alimentos con una sede tan pequeña.
Otra consecuencia de la falta de espacio es la imposibilidad de instalar una cámara frigorífica. Las hortalizas donadas por las cooperativas andaluzas fueron transformadas en pisto porque no hay forma de refrigerar estos productos hasta que se repartan entre las familias. Tampoco se puede traer a Melilla las toneladas de yogures, quesos y otros productos lácteos que se distribuyen en otras ciudades que cuentan con cámaras de frío.
Esta distribución a plazos de los alimentos también complica la labor de las ONG’s que distribuyen la ayuda a las familias. La mayoría utiliza los vehículos de los voluntarios para cargar las cajas de arroz y legumbres y llevarlas a sus sedes. Si todos los kilos de alimentos se entregaran a la vez, quizás algunas podrían hacer frente al pago de un camión que transportara este cargamento hasta sus locales, pero no tienen recursos económicos suficientes para alquilar un gran vehículo todas las semanas.

Ramadán
Paredes explica que no se puede aumentar el número de kilos de alimentos a las familias porque la demanda es alta. Ni en el mes sagrado de Ramadán cuentan con más ayuda para que los beneficiarios musulmanes puedan celebrar con más alimentos esta festividad. De hecho, destaca que hasta esta semana no se podrán repartir las legumbres, uno de los alimentos que suelen contener las comidas especiales que los musulmanes preparan por Ramadán. Eso sí, ya se han distribuido toneladas de arroz, fideos y otro tipo de pasta y harina que aliviará en parte la necesidad de las familias.
El presidente del Banco de Alimentos resalta que en septiembre habrá más problemas para hacer llegar los alimentos a los usuarios de la entidad. Si las 41 toneladas de productos que ha recibido en las últimas semanas se han tenido que repartir poco a poco por la falta de espacio en su sede, ¿qué hará cuando en dos meses reciba 80 toneladas?
Paredes asegura que los voluntarios agilizan todo lo que pueden el reparto de los productos, pero no pueden ir más rápido en 150 metros cuadrados. En febrero de este año recibió 70 toneladas de alimentos y un melillense ofreció una nave que tiene en el polígono  para almacenar estos kilos de productos. Paredes espera volver a contar con una ayuda de este tipo en septiembre.

El Ramadán, causa de la baja demanda de comedores

El presidente del Banco de Alimentos, Juan Paredes, afirma que el Ramadán puede ser la causa de que sólo 140 niños hayan demandado plaza en los comedores escolares este verano, a pesar de que la Dirección Provincial y la Ciudad estimaran en 400 los pequeños que se podían adherir a este programa. Explica que durante este mes sagrado “las familias musulmanas se arropan y estrechan lazos”. Destaca que, en estos días, las ayudas solidarias llegan a más personas afectadas por la crisis y ello puede ser una de las causas de que tan sólo se haya ocupado un 35% de las plazas en estos comedores. Además, destaca que muchas familias musulmanas aprovechan esta festividad para reunirse con sus familiares al otro lado de la frontera.
En consecuencia, resalta que tras el Ramadán aumentará la demanda de este servicio por parte de los ciudadanos porque “hay mucha necesidad”.

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