Marruecos está construyendo un tramo de una nueva valla fronteriza cerca del Barrio Chino que separa el territorio marroquí de la ciudad española de Melilla, en una zona que resultó dañada hace un año cuando alrededor de 2.000 personas migrantes intentaron cruzar la frontera.
Según informaron a EFE una fuente de seguridad marroquí y un vecino de la zona, se trata de una valla de color verde que recorre un tramo de la frontera cerca del puesto fronterizo, hacia la ciudad de Nador, y que va paralela a las vallas erigidas por España (la más alta de 10 metros) y a la levantada antes por Marruecos.
La fuente de seguridad indicó que la valla antigua de Marruecos, coronada por alambres de espino, resultó dañada en el intento de cruce de los migrantes el 24 de junio de 2022 -que se saldó con la muerte de 23 de ellos- y por eso Marruecos decidió levantar esta protección adicional.
Un vecino de la zona explicó que las autoridades marroquíes comenzaron a construir esta nueva valla, erigida junto a la acera que bordea una carretera, hace aproximadamente un mes.
La costrucción de ese tramo de la nueva valla coincide en el tiempo con el primer aniversario de la muerte de aquellos jóvenes, en su mayoría sudaneses, sin que todavía se hayan establecido responsabilidades por tan trágico suceso.
Aunque las autoridades marroquíes hablan oficialmente de 23 muertos, otras organizaciones, como Amnistía Internacional, los eleva a cien. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que tan solo uno de ellos recibió sepultura en un cementerio de Nador; los demás permaecen en la morgue a la espera de ser identificados.
Precisamente este sábado, con la conmemoración del primer aniversario de la tragedia, se concentraron en Melilla decenas de activistas procedentes de la península para poner de manifiesto la necesidad de que se establezcan responsabilidades y se investigue a fondo lo que ocurrió.