En mayo de 2013, El Faro estuvo en el Monte María Cristina y recogió el lamento con que los vecinos denunciaban que el suyo era “un barrio muerto”, con la cárcel, el helipuerto, el repetidor y la incineradora por banderas.
En general, se quejaban de todo. De la falta de seguridad, del lanzamiento de droga hacia la cárcel a través de la alambrada exterior del recinto penitenciario; de las vallas arrancadas, de las pintadas y grietas en las paredes... Pero, sobre todo, de los balonazos, los ruidos y las peleas que se daban a diario y hasta altas horas de la noche en la plaza en la que la Ciudad inauguró ayer un jardín infantil, que ha costado 235.000 euros.
En 2013 el consejero de Fomento era el actual presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, y consultado entonces por El Faro sobre la dejadez en el Monte María Cristina, avanzó a este periódico la intención del Gobierno local de adecentar la pista deportiva, después de que el proyecto para hacer un campo de fútbol junto a la cárcel fuera desechado por Instituciones Penitenciarias por problemas de “seguridad”.
Dos años después, el Monte María Cristina ha sido testigo de la inauguración de una plaza con un parque infantil calcado al que disfrutan ya los vecinos de El Real.
Tras cinco meses de obras, el Monte estrena bancos para sentarse, papeleras de acero inoxidable y una pérgola, ubicados en el mismo sitio degradado en el que hace dos años se montaba la marimorena día sí y día también.
El Monte María Cristina disfruta desde ayer de un parque acogedor al que bajar con los niños para sentarse a disfrutar de la inversión municipal. Que dure.