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Orozco: “Todos los desequilibrios que se producen en la naturaleza los ocasiona el hombre”

–El pasado 18 de junio fue el Día Mundial de los Océanos, ¿significa algo para los submarinistas o la reivindicación de los océanos debería ser todos los días?

–Nosotros pensamos que esa reivindicación debería ser todos los días, por supuesto. Pero sí es verdad que ya que tenemos un día en el que todo el mundo fija su interés en los océanos es un buen momento para aprovecharlo. Es verdad que como los océanos al final no se ven, está todo un poquito olvidado. Es decir, nos asomamos y vemos la superficie, no lo que hay en el fondo. Estos días se agradecen para que la gente tenga interés y el foco se ponga sobre los océanos porque necesitan nuestra ayuda, y mucho.

–Es una reivindicación que surge recientemente...

–Bueno, en los últimos años tenemos muchos días como el del medio ambiente o de la biodiversidad, o este que es el Día Mundial de los Océanos. En ese momento van a aparecer en televisión, en radio, en las redes sociales y todo el mundo se va a hacer eco de ello. Si con eso se consigue que la gente se conciencie, aunque sea una milésima parte de la sociedad vea lo que está pasando con los océanos, bienvenidos sean todos estos días.

–¿Qué particularidades tienen nuestras costas?

–Las costas de Melilla, aunque parezca mentira, tienen mucha vida, pero también tenemos mucha, mucha, mucha basura. De todo tipo. Es un problema porque tenemos zonas que son verdaderos vergeles de vida y cuando vienen a bucear de fuera se sorprenden de ver algunas especies que en otras partes no se ven o están en sitios muy protegidos a los que no se puede bucear como el gusano de fuego (’hermodice carunculata’) o el ‘astroides calycularis’ que en Andalucía esta protegido y solo se encuentra en los parques naturales. Pues aquí los tenemos en la misma pared de Aguadú. La verdad es que por la situación de Melilla tenemos una vida grande debajo del mar.

"Intentamos que nuestros buceadores saquen algo que no debería estar en el agua cada vez que se tiran”

–Ha comentado que cuando salen a bucear se encuentran mucha basura y la sacan, ¿no?

–Sí. Normalmente el Club Ánfora de Buceo hace limpiezas anuales y participa en todas las que se hacen. Pero sí es verdad que nosotros intentamos que nuestros buceadores día a día, cada vez que se tiran al agua se traigan algo que no debe estar en el agua. Una botella, una lata, plomos… todo lo que encuentran lo sacan. Eso es nuestro día a día. Es verdad que parece contar los granitos de arena de la playa. Pero bueno, poco a poco cada uno va haciendo lo poquito que pueda, todos sumamos.

–¿Cuánto pueden llegar a recoger cuando se sumergen?

–Recogemos lo que nos cabe en las redes llenas. Si llevamos cinco redes, llenamos las cinco redes. Si llevamos treinta redes, llenamos treinta redes. Si tuviésemos medios y fuerzas se podrían llenar camiones por cada vez que nos tiramos al agua. Las personas que pasean por Aguadú no tienen que ver el fondo, solo se tienen que asomar a la piedra, a la costa, para ver cómo está eso de basuras, bolsas y latas. Todo eso que está arriba con el viento y demás acaba abajo y ya no se ve, pero arriba se vuelve a llenar otra vez y vuelve a caer abajo… y así continuamente.

–¿Qué se siente al salir del agua con todo eso?

–La verdad es que nos sentimos tristes y cada vez más porque limpiamos y limpiamos, pero siempre hay. De hecho, hace poco salieron unos compañeros a bucear por la parte de Aguadú y estuvieron 40 minutos y sacaron unas cuatro redes llenas de basura. Realmente bueno, siempre que salimos sacamos, y no es que sea aburrido, pero es cansado que cada vez que nos metemos en el agua, tras haber quitado diez botellas, vuelves a ver otras diez botellas. Es complicado.

–Pero esto realmente no es solo provocado las empresas, es sobre todo la acción individual de cada una de las personas. Es por falta de educación, ¿no?

–Eso es lo que falta, la educación. Nosotros pensamos que la educación en los centros educativos es muy importante. De hecho, llevamos años dando charlas en distintos centros sobre medio ambiente marino, sobre residuos, sobre basuras… Piense que yo puedo recoger los plásticos, pero lo que yo no puedo recoger es el microplástico que es el verdaderos problema. El plástico se degrada y forma microplásticos, eso ya es imposible de recoger. No se puede ni ver. Pero ese microplástico acaba en los peces, y esos peces son lo que nosotros comemos. O sea, estamos comiendo lo que tiramos al agua. Eso es un problema.

"Nosotros hemos visto pulpos en latas de cerveza o erizos que se ponen tapones de refrescos en vez de algas”

–¿Cómo afecta el impacto ambiental a la especies de nuestra zona? ¿Hay alguna que esté desapareciendo?

–Ahora mismo en la zona de Melilla y en todo el Mediterráneo está desapareciendo la ‘pina nobilis’, lo que se conoce aquí por nacra. Es muy famosa porque en la zona de la Mar Chica se encontraban estas nacras que son como mejillones gigantes de casi un metro de largo. Estas realmente están muriendo porque hay una bacteria que las ataca e impide que se alimenten, entonces acaban muriendo de hambre. Con el tema de los plásticos nosotros vemos por ejemplo un pulpo en una lata de cerveza o vemos un erizo se ha puesto tapones de cocacola en vez de algas para esconderse. Y claro, claro que afecta.

–¿La bacteria que afecta a las nacras es reciente?

–Sí, creo que entró en 2015 o 2016. Empezaron a ver que las nacras estaban muriendo en muchas partes, sobre todo en la parte de Valencia y toda es parte de allí y se ha ido extendiendo por todo el Mediterráneo. Ahora mismo parece que están consiguiendo criar algunas en unos laboratorios en Alicante, pero han muerto en todas partes. Incluso en Chafarinas, donde había muchísimas, no queda ninguna. Ni en el Peñón de la Gomera. Aquí en Melilla, que habían, no queda ninguna. Alguna que hemos encontrado enferma, al final va a acabar muriendo. Y dentro de una colaboración que hicimos con el Instituto Oceanográfico Español (que tiene la sede en Mallorca) sobre la Pina, estuvimos haciendo trayectos en la Mar Chica, y no hemos encontrado ninguna viva. Solo encontramos el ya animal muerto.

Una nueva bacteria está acabando con toda la especie de la Pina Nobilis en nuestras aguas

–La aparición de esta bacteria salen con toda la contaminación que trae el mar… ¿o cómo?

–No tienes muy claro de dónde ha salido, pero lo que sí se tiene claro es que todos los desequilibrios que se producen en la naturaleza en estos momentos los produce el hombre. A no ser que sean por un terremoto o un volcán. El crecimiento de las especies invasoras es producido por el hombre por el cambio climático y porque me traigo un barco de china lleno de animalitos que se han pegado y los dejo aquí en el Mediterráneo y se hacen fuertes. Normalmente las especies invasoras no tienen depredadores, porque el medio no está acostumbrado a ese tipo de animal o de especie; y lo que hace la especie invasora es ocupar el nicho de otra especie que vive aquí. Entonces todo tiene que ver con el hombre.

–¿Hay alguna especie que se haya perdido por completo?

–Seguramente habrá alguna que se haya perdido, estudios que se tenga sobre ello yo los conozco. Sí es verdad, por ejemplo, que aquí tenemos la gran suerte de tener una colonia de la lapa Patella Ferruginea. Es una colonia muy, muy grande. Está la de Chafarinas y después está la de Melilla, y le sigue la de Ceuta. Tenemos en el Peñón de Vélez también alguna, tenemos en Alhucemas. Pero aquí en Melilla, esa lapa es el único invertebrado marino que está catalogado en peligro de extinción y está protegido.

De hecho, en su día se puso un cartel en la playa nueva de Horcas y fue el primer cartel que se ponía en el España sobre la protección de la lapa ferruginea. Ya el cartel esta que no se ve. Pero tenemos que pensar que a la lapa no la veos moverse, no la vemos nadar, no la vemos cazar, pero la lapa está en la misma categoría que un lince ibérico. No quiero decir que sea mejor ni peor, simplemente que tiene la misma categoría que un lince aunque sea menos vistosa.

La Patella Ferruginea es el único invertebrado marino que está catalogado en peligro de extinción 

–¿Hay algún proyecto de preservación de especies en el que esté implicados los submarinistas del Club Ánfora?

–Nosotros ahora mismo creamos uno que se llama Proyecto Inbiomar que es inventariando la biodiversidad marina. Este proyecto pretende dar valor a la diversidad presente en la vertiente sur del mar de Alborán. O sea, en nuestra ‘lead’ (línea?) en el Peñón de Vélez de la Gomera y en Alhucemas. Con esto intentamos sentar las bases para la protección de nuevas áreas marinas. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica y hace cosa de tres o cuarto meses se adhiere a Intimares que es el mayor proyecto de conservación marina que hay a nivel europeo.

La verdad es que estamos muy contentos con este proyecto Inbiomar. Lo forma realmente el club entero quienes han creado el proyecto, pero si es cierto que son 16 personas. Es un equipo un poco multidisciplinar, porque hay ambientólogos, biólogos, informáticos, hay buceadores recreativos y buceadores profesionales. Todos ponen su granito de arena como pueden y componen juntos el equipo de Inbiomar. La verdad es que nos está dando muy buenas sorpresas. A principios de agosto habrá una exposición de la primera campaña y la verdad es interesante y bonito de ver.

–¿Todos los miembros son de Melilla?

–Todos son de Melilla menos dos chicos. Natalie y Jose, que son dos biólogos marinos que viven fuera. Entonces ambientólogos de Melilla somos cuatro, después hay otro ambientólogo en Granada, y los buceadores son todos de aquí, como los informáticos. Entre todos, poco a poco, vamos construyendo el proyecto.

–Uno de los grandes lemas del Día de los Océanos ha sido ‘Nuestros océanos, nuestro futuro’, ¿cómo animaría a las generaciones más jóvenes, y a las que no lo son tanto, a proteger el mar?

–Lo primero lo que tienen que tener claro es que lo que nosotros dejemos, es lo que ellos van a tener. Porque al final, si nos damos cuenta nuestros padres y nuestros abuelos eran mucho más ecológicos con todo que nosotros. Iban a comprar sin plásticos, el cristal tenía mil usos… al final somos nosotros realmente quiénes realmente estamos contaminando más. El problema es que lo que nosotros dejemos, o lo que no dejemos, es lo que van a quedarse las nuevas generaciones y es una pena. Porque realmente al final este movimiento es por necesidad. Sería de sobrevivir.

"El problema es que lo que nosotros dejemos es lo que ellos se van a quedar"

Estamos viendo que nos vamos a cargar el planeta, si no nos lo hemos cargado ya. No pensamos, se vive al día. Tenemos que pensar en el futuro de estas personas. Hay una definición por ahí que dice que “el planeta no lo heredamos de nuestros padres, sino que lo tenemos prestado de nuestros hijos”. Eso lo deja claro. Estamos usando una cosa que no es nuestra realmente. Y cuando definimos sostenibilidad es que nosotros podamos usar nuestros recursos, pero sabiendo que los que vienen después van a poder usar esos recursos u otros recursos. Pero no que nosotros los agotemos.

Si quieren seguir en el planeta tal y como está ahora mismo, tienen que luchar, está claro. Es lo que intentamos decir en todas las charlas que damos con colegios de todo este tema y de Inbiomar. Intentamos inculcarles ya ese amor por el planeta. Cousteau decía que se protege lo que se ama. O sea, se protege lo que se ama, y se ama lo que se conoce. Y eso intentamos, que se conozca lo que hay en el mar.

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