Empresarios de varios sectores de la economía local se reúnen hoy con el delegado del Gobierno. Otra vez estará sobre la mesa el problema del paso fronterizo de Beni Enzar. Esta enésima cita no es impedimento para que comerciantes, hosteleros y, ahora también, transportistas conserven aún la esperanza de poder encontrar alguna solución para que el tránsito de personas y mercancías sea realmente fluido entre Melilla y Marruecos.
Aseguran que en el país vecino hay una floreciente clase media-alta que es un potencial cliente de nuestros establecimientos. Sin embargo, añaden, estos ciudadanos no cruzan la frontera porque les supone horas de atasco y, por lo tanto, prefieren quedarse en su país.
Cuando los comerciantes y hosteleros realizan estas afirmaciones, lo lógico es pensar que las hacen con datos en la mano. Pero no deben de olvidar que el día que finalmente el tránsito por la frontera sea fluido, también los melillenses tendremos la posibilidad de desplazarnos con comodidad al país vecino. Entonces, cuando llegue ese momento, deberán tener en cuenta que no será suficiente para la prosperidad de sus negocios el atraer a consumidores pudientes del país vecino. También deberán ‘luchar’ para que los que están a este lado de la frontera prefieran, por ejemplo, pasar los fines de semana o realizar sus compras en Melilla.
Las mejoras en la frontera, cuando hayan concluido las obras que están previstas y el paso fluido de personas y bultos sea un problema resuelto, resultará provechoso para todos. Entre los mayores beneficiados estaremos los melillenses en general, pero no estarán necesariamente los hosteleros y comerciantes. Una frontera fluida no es una garantía de prosperidad, sólo es una grandísima oportunidad de negocio que hay que saber aprovechar.
De momento, los precios es una batalla que tienen ganada nuestros vecinos del otro lado. Difícilmente podemos competir con ellos cuando, por ejemplo, los costes de la mano de obra son incomparables. Del mismo modo, la facilidad con la que llegan productos y materias primas a las poblaciones marroquíes provoca que éstos, en la mayoría de las ocasiones, sean más baratos que en Melilla.
Por el contrario, nuestros empresarios tienen las bazas del mejor servicio, la calidad y la garantía. Es lo que claramente diferencia una compra de un producto o la contratación de un servicio a uno u otro lado de la frontera. Sin embargo, no debemos olvidar que la capacidad de descubrir oportunidades de negocio no es una virtud exclusiva de los melillenses. Nuestros vecinos también saben cómo hacer dinero. Por eso hay que tener en cuenta que si hoy, a pesar de los problemas en la frontera, el flujo económico es favorable para nuestros empresarios, mañana el viento puede soplar en dirección contraria. Hosteleros, comerciantes y transportistas deben empezar a prepararse para una competencia cada vez mayor.