El coronel Antonio Sierras, jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Melilla, ha dicho que la retirada de concertinas del perímetro fronterizo ha supuesto “una oportunidad de reforma de una valla que resultaba totalmente ineficiente”, pues según manifestó, estas “apenas retardaba un intento de salto”, ya que “la valla de Melilla se ha llegado a pasar en menos de dos minutos”, estando compuesta de dos vallas de seis metros y una intermedia de tres, dijo en una conferencia del Observatorio de Ceuta y Melilla del Instituto de Seguridad y Cultura que tuvo lugar en la mañana de este jueves.
Sierras explicó que Melilla “es una ciudad abierta” por el número de pasos fronterizos que tiene en sus 11 kilómetros de perímetro y subrayó que en un solo día, cuando estos estaban abiertos, se han llegado a contabilizar 73.000 pasos en un solo día, teniendo en cuenta a aquellos que repetían los cruces por el comercio atípico y 15.000 coches.
Así pues, subrayó que esta estructura fronteriza estaba siendo reformada. “Con la nueva infraestructura, sobre todo intentamos que al menos la valla detenga, es decir, que se canalice todo el movimiento migratorio a través de los pasos fronterizos”, dijo Sierra. “No hay que olvidar que el paso de Beni Enzar tiene una oficina de asilo que funciona las 24 horas del día y en la que cualquier inmigrante que desee solicitar asilo así lo pueda hacer”, señaló.
Siguió relatando que los distintos gobiernos “han apoyado y sostenido” que la entrada al país ha de hacerse por los puestos fronterizos habilitados y no “a la fuerza”. “La forma de entrar a un Estado es por la puerta con las condiciones que marca la legislación y no precisamente por la fuerza y por lugares no habilitados” y que “el propio código de fronteras Schengen así lo acredita”. Recordó que esta cuestión fue solucionada con la Ley de protección de la seguridad ciudadana. “En cualquier caso, hay que intentar que el guardia civil o el policía no tenga que tener el contacto directo con el inmigrante porque supone muchas veces tener que tomar decisiones que pueden incluso superar la capacidad del propio agente”, dijo. A esto añadió que “una valla inexpugnable nos va a resolver, evidentemente, todos esos problemas.
También valoró como “excelente” la colaboración con las fuerzas de seguridad marroquíes y en especial con la Gendarmería. Detalló que la colaboración con esta es estrecha y con estas palabras el coronel quiere “desmitificar” la idea de que no existe dicha comunicación entre las dos partes. Aseguró que en numerosas ocasiones las fuerzas de seguridad marroquíes han impedido “los temidos saltos”. Además, apuntó que en la zona marítima marroquí “realizan numerosos rescates” de personas que quieren llegar por mar a territorio español, superando en 2019 las 11.000 interceptadas que salieron del puerto de Beni Enzar con el objetivo de emigrar.
Sierras explicó que el espacio Schengen se ha elaborado en cierta manera “a la carta” y remarcó que, estando Melilla dentro de este espacio, la población de la provincia de Nador es de más de 500.000 personas, es decir, que medio millón de personas tienen acceso a la ciudad española. También apuntó a que el célebre Acuerdo de Amistad “nadie lo ha conseguido leer”. “Lo cierto es que es una frontera permeable en cuanto al número de personas que circulan”, por lo que, a no ser que fuera con ayuda de la tecnología inteligente para el control de fronteras, les sería imposible la realización de las exigencias de Schengen en los controles. De todas formas, Sierra matizó los seis controles por los que pasan los ciudadanos de Nador que quieren ir a la península: el primero por parte de la Policía Nacional y en segundo de la Guardia Civil en los puestos fronterizos. Si una de estas personas quiere coger un barco o un avión hacia la península, también podrá encontrarse los controles de los dos cuerpos nacionales y a la hora de llegar a la península también cabe la posibilidad de otro doble control, relató. Así pues, expuso que cuando vienen evaluadores de Schengen, que tratan a las dos ciudades como frontera exterior, les explican que esa falta de exigencia de visado a la hora de entrar a la ciudad sí que existe a la hora de salir de esta rumbo a la península. “Creemos que podemos decir que estamos dentro de Schengen a pesar de esa diferencia “, por ello defiende que el control de las personas que entran por Ceuta y Melilla “es exhaustivo y total”.
Sobre el comercio atípico, el coronel quiso describirlo como “la división de un contenedor en múltiples partes” para ser pasado bajo la apariencia del régimen de viajeros a Marruecos”. El comercio atípico para los marroquíes es contrabando, así lo ha definido el Comité Económico y Social y de Medio Ambiente del país vecino e introducen la palabra corrupción en dicho comercio', explicó Sierrsa. Añadió que las autoridades del país vecino han manifestado que les afecta enormemente de forma negativa, pues los bienes que se pasan no solo llegan a otros países africanos sino también se distribuyen por todo Marruecos. De ahí que cerrara unilateralmente la aduana comercial y haya disminuido enormemente el comercio en las dos ciudades autónomas.
Esta exposición estuvo enmarcada en el último informe que ha publicado el Observatorio, que se focaliza en lo que supone que Ceuta y Melilla sean dos fronteras europeas con África y la relación económica y social que emana de esta idiosincrasia entre los dos territorios.
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