La delegada del Gobierno en nuestra Ciudad nos informó el pasado miércoles que no existe ni se ha planteado por el Gobierno ningún Plan Estratégico para Ceuta y Melilla, sino que se ha decidido centralizar en una persona del Mº de Política Territorial la coordinación de las necesidades y actuaciones que competen a los distintos Ministerios y en revisar las disposiciones legales que no incluyen o tienen en cuenta las especificidades de ambas Ciudades Autónomas. Y me parece bien y necesario, pero insuficiente.
El Plan Estratégico que requiere esta Ciudad es más que necesario para buscar un futuro que no dependa casi en exclusiva -como hasta ahora- ni del comercio fronterizo ni del sector funcionarial, pero sin renunciar a ninguno de ellos. Es la Ciudad Autónoma -su Gobierno y su Asamblea- la que debe liderar y plantear al Gobierno de la Nación los proyectos de inversión pública y las iniciativas legislativas que permitan desarrollar nuevas actividades y atraer inversiones privadas.
El Plan Estratégico iniciado en noviembre del 2019 realizó la Conferencia Estratégica el pasado 24 de marzo sin que hasta la fecha se hayan publicado las propuestas del Grupo de Trabajo de expertos designado por la CAM y que debían recoger y elevar a definitivas las conclusiones de las distintas Mesas que conformaron la citada Conferencia y que ya fueron publicitadas en la página web https://pemelilla29.es/conferencia-estrategica/. Los días pasan y los plazos se incumplen.
A estas alturas del curso y ante la necesidad imperiosa de buscar e impulsar alternativas a la gravísima situación que pasan las empresas y los trabajadores de Melilla -con algunas excepciones de aquellas cuya actividad depende total o en gran medida de los recursos públicos- necesitamos el esfuerzo de todas las personas con responsabilidad política o administrativa para retomar urgentemente el programa del Plan Estratégico y presentar -cuanto antes- al Gobierno de España las peticiones que sean necesarias. Ello nos permitirá vislumbrar el futuro a medio y largo plazo de la nueva estructura económica de Melilla y el de nuestras empresas. Y si se hace con consenso, con vocación de permanencia tras las probables alternancias en el Gobierno – como sucedió con el de Málaga- y sin rechazar propuestas de uno u otro partido -solo por ese motivo- será mejor para todos.
Pero a corto plazo, los responsables políticos -locales y nacionales- deben solucionar los problemas urgentes que mantienen “asfixiada” a nuestra Ciudad tanto económica como socialmente: mejora en los precios de los billetes de barco y avión; seguridad en la frontera y en la propia Ciudad; los derivados de la obligación de tutelar a los menores extranjeros mientras se tramita su retorno al seno familiar; la necesidad de buscar una solución al futuro a los ex-tutelados que siguen en nuestra Ciudad en un limbo administrativo; la alta ocupación del CETI que de “temporal” solo tiene su nombre; la situación creada por la Sentencia del TS en la tramitación de las peticiones de asilo que se ha convertido en un nuevo “efecto llamada” para la llegada de inmigrantes; la reapertura de la aduana comercial que permita el tráfico regular de mercancías documentadas; la formación de los jóvenes -y no tan jóvenes- parados que les permitan obtener una capacitación profesional en oficios con demanda de puestos de trabajo y que hoy no se cubren por esa falta de formación; el fracaso escolar que alcanza cotas altísimas; la ampliación de la oferta universitaria de nuestro “campus” que tanta demanda tiene como se ha visto esta pasada semana. Y no sigo para no hacer más largo el escrito…
Habrá que decidir pronto -yo tengo clara mi opinión como he manifestado públicamente- entre la entrada en la Unión Europea o convertir el actual estatus como Territorio Franco en una Zona Económica Especial con mejores condiciones fiscales – las actuales no han atraído inversiones productivas- y una mejor estrategia de comunicación para darlas a conocer. Hay que aprobar ya la ampliación de la pista del aeropuerto y mejorar sus sistemas de aproximación. Hay que iniciar ya la construcción del dique para buques de grandes esloras que tiene dotación presupuestaria local para realizar el necesario dragado. Y hay que aprobar ya los mecanismos de ejecución e impulso del Plan Estratégico, así como el seguimiento y evaluación de las planificaciones sectoriales y los correspondientes proyectos motores. De la supresión o no de las actuales exenciones de visado también tengo mi propia opinión pero, hasta no ver como se desarrollan las conversaciones para establecer una nueva etapa en la relación con Marruecos y la demostración con hechos de esa buena voluntad, me la guardo.
Para todo ello hace falta voluntad y liderazgo político algo que, lamentablemente, falta en esta Ciudad. No podemos seguir en el “y tú, más”, en los “errores” administrativos que paralizan inversiones o la disposición de los fondos adjudicados -por ejemplo- para formación, en el “amiguismo” y “clientelismo” político o la falta de transparencia que tanto practican los políticos cuando llegan al poder y critican cuando están en la oposición.
La negativa a hacer partícipe a los agentes sociales en instituciones y empresas municipales reservando los puestos en sus órganos de gobierno a los políticos o a sus compañeros de partido sin otro mérito o capacidad que ser obedientes a las consignas del partido. Tampoco podemos seguir soportando las veleidades de algunos políticos que dicen una cosa y practican la contraria o hacen dejación de sus obligaciones por caprichos o intereses personales. Si todo esto es dañino y grave en épocas de bonanza, con la que estamos sufriendo una gran parte de la población es lo peor que nos puede pasar. Alguien tendría que coger la batuta o el bastón de mando y poner a trabajar a todos en la misma dirección por el PRESENTE Y FUTURO DE MELILLA. Gracias.