Luis Álvarez y Ana Hidalgo aseguran que con las pruebas que hay contra sus clientes, investigados en la ‘operación Javer’, todos podemos acabar en la cárcel. Defienden que Melilla no es cuna de yihadistas.
Indignados. Así están los abogados de Madrid Ana Hidalgo y Luis Álvarez tras el reenvío a prisión de cuatro de los seis presuntos yihadistas detenidos en Melilla hace dos años en el marco de la ‘operación Javer’. Por eso se han desplazado hasta la ciudad para denunciar una “caza de brujas” y la detención “al peso” de supuestos terroristas para engordar las estadísticas policiales o para cumplir directrices políticas.
Álvarez, con 35 años en la profesión y abogado del turno especial de oficio de la Audiencia Nacional, considera que procedimientos como el de su defendido, Kamal Mohamed Dris (uno de los seis melillenses detenidos por pertenencia a organización terrorista el 30 de mayo de 2014), “no tienen ni pies ni cabeza. Está todo atado con hilos”, dijo.
Hidalgo, conocida en Melilla por defender a la joven que recientemente ha quedado absuelta por el Supremo tras la muerte de su bebé en la Navidad de 2012, es contundente y señala que con pruebas como las que pesan en contra de sus dos defendidos (Rachid Abdelnahet y Mustafa Zizaou) “podemos acabar en la cárcel todos”. Todas las acusaciones “están cortadas por el mismo patrón”: pertenencia a una organización terrorista que envía combatientes a zonas en conflicto.
Ambos letrados creen que en este caso no sólo están en juego la libertad de los seis supuestos yihadistas sino también el derecho a una justicia igualitaria. “No nos había pasado nunca. Es una situación excepcional. La dificultad que tenemos es terrible”, se queja.
Registros sin garantías
Álvarez se refiere a la falta de garantías, por ejemplo, en registros como el llevado a cabo en la casa de Kamal Mohamed, donde la Policía entró con cámaras, grabando, lo detuvieron, lo esposaron en el salón y le sentaron a su suegro al lado.
Esta forma de proceder, señala, el abogado está fuera de la ley. “La persona que va a ser detenida tiene que estar presente en el registro. También debe asistir un secretario de juzgados para ver qué es lo que se está incautando, pero Kamal no estaba en las habitaciones, sino esposado en el salón de una casa en la que ni siquiera vivía. Se llevaron cosas de su suegro, de los hermanos de su mujer... Y ahora dicen que los libros incautados son la prueba principal para decir que es un posible terrorista”.
Primero los comunistas...
Hidalgo cree que estamos ante presunciones de culpabilidad. “Los detienen y ya son presuntos yihadistas. Da lo mismo que rompan esta puerta como la del vecino y eso no se puede hacer porque la gente es presuntamente inocente. Nuestras normas valen para los delincuentes de cuello blanco o para los políticos. Para unos sí y para otros no. ¿Quién decide eso? Eso se decidirá después”, sentenció.
Luis Álvarez lo tiene claro. “El problema es que como ya no hay terrorismo de ETA, hay que buscar otro con el Daesh. La Policía tiene unidades antiterroristas que tienen que estar funcionando”, señaló.
Hidalgo, por su parte, se pregunta “qué está pasando” y ella misma se responde con otra pregunta: “¿Hay directrices políticas?”
La abogada madrileña no se anda con medias tintas y habla directamente de una “caza de brujas”. “Una vez se cazó a los comunistas y ahora a los yihadistas”, comentó.
Los dos letrados están convencidos, en primer lugar, de que sus clientes son inocentes. Hidalgo explicó que ella no es una abogada de oficio y que el caso le llegó tras recibir una llamada de Melilla. En un principio, se lo pensó. “Yo no defiendo terroristas”, dijo.
A Luis Álvarez, por su parte, el caso de Kamal y el de otros detenidos por yihadismo le llegó estando de guardia en la Audiencia Nacional. Por defenderlo, la Administración le paga menos de 300 euros y le pone muchas trabas. Por ejemplo, el último tomo de la investigación, el 36-37 (son 38 tomos y 16.000 folios) se lo entregaron el pasado martes, cuando el juez Fernando Andreu escuchó la petición del Ministerio Fiscal y devolvió a la cárcel a cuatro de los seis supuestos yihadistas para asegurarse su presencia en un juicio “inminente”. Todos habían salido hace un año de la prisión preventiva con fianzas de entre 1.000 y 2.000 euros.
Cuna de yihadistas
La abogada Ana Hidalgo defiende que en Melilla se ha detenido a mucha gente, pero asegura que esta ciudad no es “una cuna de yihadistas. No lo veo. No lo siento. La gente que cogen, no lo es. Mis clientes no lo son”. Por eso, concluyó, ella y Luis Álvarez decidieron desplazarse desde Madrid para denunciar lo que está pasando.
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