La Cruz Roja y el resto de ONGs de Melilla y de la totalidad del país se preparan para hacer frente a uno de sus años más difíciles. La situación queda resumida en el titular de portada de El Faro: Más necesitados, menos ingresos y los mismos voluntarios. No pueden darse unas circunstancias peores, aunque la gravedad de la situación la determinarán el incremento que finalmente se registre en el número de ciudadanos obligados a recurrir a las ONGs, el nivel de la reducción de recursos de que dispongan y, en especial, de la capacidad de sus gestores y voluntarios para plantar cara a una situación que amenaza con desbordarles.
En ningún momento hasta ahora han tenido las ONGs una oportunidad tan clara de demostrar hasta que punto son necesarias. En estos años de crisis se han convertido en un elemento clave para evitar que la situación registre tintes dramáticos. Hasta tal punto son ya imprescindibles que no es posible hoy concebir ninguna medida de choque sin su participación. Atender a los más necesitados, familias que las actuales condiciones económicas mantienen al borde del precipicio y otras a las que es necesario sostener para tratar de rescatarlas del pozo, sería una labor impensable si no existieran las ONGs.
Hasta ahora, colaborar con estos voluntarios venía a ser un gesto altruista que el resto de los ciudadanos nos obligábamos a realizar en fechas señaladas a lo largo del año. Hoy, arrimar el hombro, ofrecer nuestro tiempo, participar con donaciones, apoyar a sus voluntarios... se ha convertido en una obligación. Los ciudadanos que se enfundan una prenda con el emblema de alguna de estas organizaciones están demostrando que la mejor manera de encarar la crisis pasa por las aportaciones que cada uno podemos hacer en beneficio de quienes ya sólo tiene posibilidad de pedir ayuda.