El guía José Oña asegura sentirse “contento y muy agradecido” por haber recibido este sábado, en el hotel Tryp Melilla Puerto, el premio al Melillense Ejemplar del Año por su labor profesional y turística de parte de la Federación Nacional de Casas de Melilla, que engloba las de Sevilla, Málaga, Granada, Almería, Valencia, Toledo, Valladolid, Zaragoza o Barcelona.
Para Oña, este reconocimiento es, si cabe, más importante porque proviene de gente de la península y supone para él un orgullo que hayan sabido apreciar lo que hace por ellos, bien a través de programas de televisión o enseñando la ciudad a los nuevos cuando vienen a Melilla.
Según Oña, se trató, en su caso, de un acto también “muy emotivo”, porque él fue de aquellos niños que, como los integrantes de las casas regionales, se marchó de Melilla en los años 60, así que también se ha criado fuera. En este sentido, ha recordado que su padre fue uno de los fundadores de la Casa de Melilla en Málaga con el propósito de no olvidar la tierra. Por lo tanto, el acto fue, si cabe, más emotivo porque le hizo rememorar todos esos recuerdos.
“O sea, que conozco el sentimiento que tienen”, apunta el guía, quien elogia que, cuando vienen a Melilla, traen consigo a gente que nunca ha visitado la ciudad para que conozcan su tierra, al modo de “pequeños embajadores”.
Con motivo de este acto, unas 150 personas han venido a la ciudad, donde han permanecido entre cinco y seis días. Obviamente, no podían faltar las rutas y el viernes por la tarde vieron el modernismo y el sábado por la mañana, Melilla la Vieja. Allí coincidieron con el Mercado Renacentista, que causó una muy grata impresión en todos ellos, especialmente en quienes nunca lo habían visto, de acuerdo con Oña.
Mi aplauso a ese gran melillense, que lo es de corazón, José Oña.